Un muchacho discapacitado psíquico es acusado del asesinato de una muchacha. Su madre, absolutamente convencida de la inocencia de este, y ante la pasividad de la policía iniciará la búsqueda, de forma particular, para encontrar al auténtico responsable. ¿ Hasta donde estará dispuesta a llegar la madre para ello, para proteger a su hijo?
Esta película es como los buenos vinos, necesita reposar y su sabor no es el mismo al principio, que en la mitad de la botella o que al final, cuando ya está aireado. De la misma forma, si dividimos la película en tres partes, encontraremos que la primera parte desorienta y desconcierta y uno tiene miedo de que pueda encontrarse ante una película oriental incomprensible, absurda o soporífera. Sin embargo en la segunda mitad, el director empieza a tejer la trama que sutilmente había empezado a bordar en la primera parte, sin que nos diéramos cuenta, mientras nos encontrábamos preguntándonos, si ese vino que habíamos abierto iba a merecer la pena. Aquí empezamos ya a saborear la calidad y nos metemos en la intriga de la película. En la tercera parte, el auténtico sabor, la auténtica calidad, que se ha hecho esperar para surgir con más autenticidad aflora a la luz y nos conmueve y nos sorprende de una manera contundente.
Película no recomendada a los no seguidores del ritmo del cine oriental.

Una periodista americana que vive en París escribe un articulo sobre la persecución judía en Francia. Los acontecimientos le llevaran a descubrir como el destino de una de las víctimas esta relacionada con ella. Tras este descubrimiento, comenzará su incansable búsqueda por averiguar cual fue el destino de esta persona y asumiendo las consecuencias de su decisión.

Eastwood perfila con maestria y sarcasmo hilarante el boceto de un personaje que llega al corazón del espectador. Como ya hiciera en Millón dólar Baby, o en Sin Perdón, el personaje áspero, marcado por los avatares de la vida, enfadado con el mundo, acaba por resultar un personaje adorable y lleno de amor, un amor que guarda para los que con paciencia quieran ir más allá de lo aparente. En esta ocasión, el ex-marine, con una familia de parasitos egoístas, parece no aceptar los cambios que vive el barrio. Los orientales, antiguos enemigos mortales, invaden su distrito, que además ha perdido gran parte de los valores de antaño y se ve atosigado por elementos de ciertas bandas.
El abuelo tiene claro a quien vale la pena proteger. Su redención vendrá a través del sacrificio, asumiendo así,los errores y juicios del pasado y sirviendo de ejemplo a personas queridas.

Una película que, a pesar de no ser una excelente película, resulta un tanto sorprendente. ¿Quien mato al líder de la supremacía blanca? Sus familiares lo tienen claro y buscan venganza. El presunto asesino es un hombre común que niega rotundamente ser el culpable, incluso sometido a torturas. Su negación no parece detener la crueldad y el sadismo de uno de los acólitos de los familiares. Buen final aunque nos sobra la última escena con su mujer.