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7.2
86,947
10
26 de enero de 2012
26 de enero de 2012
19 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esa sensación que todo cinéfilo experimenta contadas veces en su vida, tras visionar una película que ha llegado más allá de lo que él mismo, y quizá el propio director, había, a priori, planeado. Cuando el arte se torna en su más pura expresión, supera la forma y se convierte en fondo; un calco cinematográfico de uno mismo al que no se le puede sacar pegas, porque no, porque es imposible: ya es parte de ti, de tu cultura cinematográfica y de tu manera de entender la vida.
Supongo que todos los que escribís por aquí habéis vivido esa sensación. Pues bien, algo así me ha sucedido con la nueva obra del hasta ahora desconocido para mí Winding Refn. Todo, desde el reparto, dirección, guión y fotografía, hasta la banda sonora y el montaje me ha parecido tan perfectamente pulido, tan bellamente funcional que a ratos me olvidaba de que estaba viendo una película y creía estar dentro de ese mundo vibrante, intenso y melancólico que el director danés consigue crear en poco más de hora y media.
Drive bebe de referencias tan obvias como Taxi Driver, en su ambientación y visión oscura del mundo urbano, hasta otras que no lo son tanto, como los Spaguetti Western de Sergio Leone (en particular, el personaje de Ryan Gosling me recordó mucho en la actitud a Armónica, de Once Upon a Time in the West, aunque menos definido y, a la vez, poseedor de una carga sentimental mucho mayor; por no hablar de que, al igual que Eastwood en la trilogía del dólar, "no" tiene nombre) o la gran Sin Perdón (personajes apesadumbrados ante las circunstancias que han ido ocupando sus vidas). Y es que, al hilo de esto último, se podría encasillar a Drive, simple y llanamente, como un western crepuscular ambientado en un mundo urbano oscuro y decadente que no deja lugar a los débiles y en el que, o bien hay que ser un completo cabronazo, o bien hay llevarse bien con un completo cabronazo si pretendes sobrevivir. ¿Que es lenta en su desarrollo?¿Que se recrea en exceso en detalles, en apariencia, nimios? Por supuesto, es un western, aunque eficazmente camuflado de thriller. Cambiad los caballos por coches, la taberna por la pizzería y la asfixiante estepa del lejano oeste por el asfalto: ahí lo tenéis.
(Sigo en spoiler por falta de espacio).
Supongo que todos los que escribís por aquí habéis vivido esa sensación. Pues bien, algo así me ha sucedido con la nueva obra del hasta ahora desconocido para mí Winding Refn. Todo, desde el reparto, dirección, guión y fotografía, hasta la banda sonora y el montaje me ha parecido tan perfectamente pulido, tan bellamente funcional que a ratos me olvidaba de que estaba viendo una película y creía estar dentro de ese mundo vibrante, intenso y melancólico que el director danés consigue crear en poco más de hora y media.
Drive bebe de referencias tan obvias como Taxi Driver, en su ambientación y visión oscura del mundo urbano, hasta otras que no lo son tanto, como los Spaguetti Western de Sergio Leone (en particular, el personaje de Ryan Gosling me recordó mucho en la actitud a Armónica, de Once Upon a Time in the West, aunque menos definido y, a la vez, poseedor de una carga sentimental mucho mayor; por no hablar de que, al igual que Eastwood en la trilogía del dólar, "no" tiene nombre) o la gran Sin Perdón (personajes apesadumbrados ante las circunstancias que han ido ocupando sus vidas). Y es que, al hilo de esto último, se podría encasillar a Drive, simple y llanamente, como un western crepuscular ambientado en un mundo urbano oscuro y decadente que no deja lugar a los débiles y en el que, o bien hay que ser un completo cabronazo, o bien hay llevarse bien con un completo cabronazo si pretendes sobrevivir. ¿Que es lenta en su desarrollo?¿Que se recrea en exceso en detalles, en apariencia, nimios? Por supuesto, es un western, aunque eficazmente camuflado de thriller. Cambiad los caballos por coches, la taberna por la pizzería y la asfixiante estepa del lejano oeste por el asfalto: ahí lo tenéis.
(Sigo en spoiler por falta de espacio).
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Pero quizá la mayor virtud de la película radica en tratarnos como a espectadores inteligentes, algo que el cine tiende últimamente a olvidar: no opta por delimitar milimétricamente el pasado oscuro del conductor de pose estoica, sino que nos invita a deducirlo por sus miradas melancólicas, sus gestos y sus muecas dedicadas al pequeño Benicio; no busca el morbo radiografiando una relación amorosa entre dos seres dañados, sino que la evoca con hechos, medias sonrisas y diálogos tan escuetos en palabras como desbordantes en lo sentimental, creando uno de los romances menos explícitos y, pese a ello, más bellos y efímeros que jamás se han mostrado en la gran pantalla; no reflexiona con voces en off sobre la soledad, el amor o la busqueda de un sentido para llenar una vida fútil, sino que, si le damos la oportunidad, nos obliga a crear esa voz dentro de cada uno, mientras contemplamos las peripecias del conductor para salvaguardar su único motivo real para seguir viviendo.
Gosling hace el papel de su vida. Es difícil plasmar a un personaje tan parco en palabras, portador de un mondadientes en la comisura de los labios y de una chupa con un escorpión dorado a la espalda, sin que parezca una parodia, y él supera el reto con matrícula de honor. El elenco de secundarios es magistral, con una sensual e inocente Carey Mulligan, que entiende perfectamente cómo debe ser la química entre su personaje y el de Gosling, y un sensacional Albert Brooks; sin olvidar a ese puñado de actores sacados de la pequeña pantalla (Bryan Cranston, Ron Perlman, Christina Hendricks) que, sobre todo en el caso del señor Cranston, vuelan muy por encima de lo mínimo exigido. La dirección de Refn es altamente satisfactoria, con un gran uso de primeros planos y un buen número de planos interiores en los que el coche es protagonista, filmando sin tapujos desde la más explícita violencia hasta los motivos más íntimos y personales que la justifican, parando en el camino por ambientes casi oníricos, muy propios de David Lynch (esa escena en el club del alterne, o aquella del ascensor, tan hipnótica como despiadada). La fotografía juega con el contraste de luces, consiguiendo que la alta luminosidad de algunas escenas no muestre alegría y regocijo, sino todo lo contrario. La banda sonora ochentera le viene al pelo y está perfectamente fusionada con el aspecto visual, destacando entre todos los temas "A Real Hero" de College y Electric Youth. Y me dejo cosas en el tintero; así podría seguir enumerando virtud tras virtud, sin parar.
En definitiva, Drive es una obra maestra del cine de este siglo. Futurible película de culto. Junto con El Árbol de la Vida, el mejor largometraje de 2011. Una de esas películas que te hacen amar el séptimo arte.
Gosling hace el papel de su vida. Es difícil plasmar a un personaje tan parco en palabras, portador de un mondadientes en la comisura de los labios y de una chupa con un escorpión dorado a la espalda, sin que parezca una parodia, y él supera el reto con matrícula de honor. El elenco de secundarios es magistral, con una sensual e inocente Carey Mulligan, que entiende perfectamente cómo debe ser la química entre su personaje y el de Gosling, y un sensacional Albert Brooks; sin olvidar a ese puñado de actores sacados de la pequeña pantalla (Bryan Cranston, Ron Perlman, Christina Hendricks) que, sobre todo en el caso del señor Cranston, vuelan muy por encima de lo mínimo exigido. La dirección de Refn es altamente satisfactoria, con un gran uso de primeros planos y un buen número de planos interiores en los que el coche es protagonista, filmando sin tapujos desde la más explícita violencia hasta los motivos más íntimos y personales que la justifican, parando en el camino por ambientes casi oníricos, muy propios de David Lynch (esa escena en el club del alterne, o aquella del ascensor, tan hipnótica como despiadada). La fotografía juega con el contraste de luces, consiguiendo que la alta luminosidad de algunas escenas no muestre alegría y regocijo, sino todo lo contrario. La banda sonora ochentera le viene al pelo y está perfectamente fusionada con el aspecto visual, destacando entre todos los temas "A Real Hero" de College y Electric Youth. Y me dejo cosas en el tintero; así podría seguir enumerando virtud tras virtud, sin parar.
En definitiva, Drive es una obra maestra del cine de este siglo. Futurible película de culto. Junto con El Árbol de la Vida, el mejor largometraje de 2011. Una de esas películas que te hacen amar el séptimo arte.
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