Es una comedia de adolescentes en la que, de forma accidental, dos jóvenes de aproximadamente 14 años (chico y chica) sufren un cambio de cuerpo. El tema, como podéis ver, es de lo más tópico, sin embargo el tratamiento, pese a tocar varios de los clichés inherentes al tema, presenta un desparopajo y una frescura inauditos, se desembaraza de los estereotipos y aborda la curiosidad y los miedos adolescentes de forma bastante directa y nunca complaciente. Además, los dos jóvenes intérpretes están simplemente soberbios y, gracias a su descaro, todo resulta tremendamente divertido y creíble.
En fin, ¡una comedia muy recomendable!

Le tenía muchas ganas porque las tres anteriores del director que había visto me habían encantado pero nada me había preparado para esto.

Más fragmentaria y onírica incluso que "Sleeping man", con una presencia de elementos fantásticos integrados o enlazados con los reales sin solución de continuidad; unos personajes sencillos pero individuales, especiales; un ambiente irreal pero verdadero... La película fluye como una duermevela, como un paseo de isla en isla, sin que la profundidad del agua sea nunca demasiada entre ellas, pero sin precisar puentes tampoco. Un pequeño archipiélago de personajes, de historias, de sueños que conviven sin marco ni red, libres y volátiles como una ballena. Quiero decir, como la imaginación.
Maravillosa ella. Y el director un genio. Sin duda uno de los mejores directores japoneses de las dos últimas décadas, pese a su escasa producción. Hay que reivindicarlo porque está bastante olvidado, y a mi parecer no ha hecho jamás algo malo, ni siquiera mediocre.

Opino como un profano, ya que ni he leido el manga ni he visto el anime, así que mi impresión se basa únicamente en la película. Pues bien, aunque es una historia repetida mil veces, que no va a sorprender a nadie ni por su originalidad (más bien todo lo contrario, rozando algunas veces lo inverosímil, sobre todo en los personajes secundarios) ni por la profundidad o complejidad psicológica de sus personajes (no tienen apenas desarrollo, se mantienen planos de principio a fin, con tan sólo el momento de catarsis que siempre ha de llegar al final en este género), sin embargo está bien hilvanada, te coge de la mano y no te suelta hasta el final, cuando te das cuenta de que, de repente, ¡han pasado casi dos horas y media!
La película no va a ganar ningún premio por su calidad, eso está claro, pero cuando me paro a valorar su nivel de entretenimiento, no puedo sino apreciarla más, ya que en estos tiempos en los que se tiende a alargar exageradamente el metraje (con resultados desastrosos la mayoría de las veces), estos 145 minutos pasan volando.

Me ha decepcionado terriblemente. Me ha parecido una película claramente hecha para "la galería", un melodrama en la típica tradición coreana, pero este mismo hecho de ser voluntariamente comercial y melodramática le quita, para mí, toda la fuerza que podría haber tenido de haberse enfocado de otra manera, ya que el tema tratado lo requiere. Una fotografía tan limpia, luminosa y brillante, para empezar, es muy bonita, pero absolutamente inadecuada. El polvo de las calles no escuece en los ojos, las heridas no duelen, todo es demasiado "de diseño", y por eso, al menos a mí, me parece de cartón, falso, no me lo he llegado a creer en ningún momento. El guión es, más que simple, de catálogo, los personajes son tipos sin ninguna individualidad, muchas escenas son simples ejercicios estéticos vacíos de todo contenido más allá de ahondar en un melodrama que, tratando el tema que se trata, debería venir por sí solo, no con calzador y sobredimensionado como se hace aquí constantemente.
Una pena.

Sólo puedo decir que, sin lugar a dudas, es lo peor que he visto de este señor junto con su corto incluido en Three extremes. Me ha parecido un despropósito narrativo, aparte de presentar unos personajes absolutamente deslavazados. Le salva su, como siempre, inventiva formal, que le hace componer esporádicos planos de gran belleza estética, pero ni siquiera en este plano raya a su nivel habitual, pues estos "brotes" de magia visual son más escasos que nunca y no compensan el resto de debilidades.

No le retiro mi confianza, pues su carrera es más que sólida a estas alturas, y sigue siendo uno de mis directores favoritos, pero esta vez, en mi opinión, le ha salido un pastel bastante incomestible.