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Críticas 76
Críticas ordenadas por utilidad
Críticas ordenadas por utilidad
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20 de mayo de 2023 1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Muy intensa película, no parece un western habitual. Tiene elementos de un policial por su elevado y magistral suspenso, que va “in crescendo". Para ser un western tiene más tensión que acción. Y notablemente desarrolladas ambas. El primer tiroteo llega recién a los 45 minutos de película. Y en realidad, no se extrañan tanto las balaceras, dada la subyugante historia que nos están mostrando.

¿Y antes? Se nos muestra al inicio, y de manera brillante, los hechos trágicos que son el nudo de la historia. Y luego la presentación de personajes, firmemente perfilados, con unos soberbios diálogos.
Interpretaciones descomunales, con dos actores principales que dan cátedra. En realidad, no sé quién está más inspirado y metido en su papel. Si Kirk Douglas o Anthony Quinn. Lo dejo en un empate. Inmensa escena al comienzo entre Quinn (como el poderoso terrateniente) frente a su único y sometido hijo, encarándolo paternal, pero fuertemente y le echa encima todos los códigos de la masculinidad, obligándolo a batirse a puño limpio con uno de sus lugartenientes. Magistral y muy decidora. O varias escenas del incorruptible Douglas defendiendo los valores de la justicia, la ley y lo correcto. Enorme.

Un brillante guión, diálogos breves, secos, plenos de sentido y un pulso firme y contundente de Sturges permiten un notable western clásico, en el cual no sólo la acción es relevante (que ya dijimos, es relativamente escasa), sino la historia que narra, los valores planteados y los conflictos de fondo que se generan.
Veamos ejemplos: el sentido del deber y la justicia, el poder y las costumbres locales, los lazos de amistad y lealtad, el amor de pareja frente a la pérdida, el amor filial frente al hijo descarriado, los efectos de una crianza autoritaria y patriarcal, el racismo profundo y la corrupción de un pueblo, entre otros.

Y la mujer que tiene un papel importante muy bien construido por una magnífica Carolyn Jones.
Sturges crea un soberbio clima de tensión e intriga que atrapa desde el principio al espectador y no lo suelta hasta el enorme clímax.
No es una película que haga concesiones al humor, por lo tanto, es seria, pero también tiene visos de tragedia. Es sólida como una roca. Filmada en maravillosa vista visión.
Muy recomendable.
20 de mayo de 2022 1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sí, se sabe, "La maldición de Frankenstein" es una adaptación bastante libre que la Hammer hizo de la célebre novela de Mary Shelley. Y me parece correcta la opción, pues se crea un producto renovado, diferente, tanto del original literario como de la clásica versión fílmica de la Universal, con sus propias cualidades.

¿Qué más agregar a este admirable y muy entretenido clásico de la productora británica? Sólo ratificar la maravillosa ambientación y decorados de época (estamos en Suiza, a mediados del siglo XIX) y la acertadísima musicalización con el sello característico de James Bernard, siempre acompañando y creando la atmósfera adecuada. Insustituible aporte.
Terence Fisher lleva la película con dirección firme, elegante, ritmo ágil, con gran capacidad de síntesis, apoyado en un sólido guión y pertinentes diálogos. Muy buen rol de Robert Urquhart (como el tutor de Frankenstein) que antepone, de manera reiterada, el enfoque de la ética, el bien y el papel benéfico de la ciencia, al proyecto delirante del barón. Correctas interpretaciones de los secundarios, incluyendo las hermosas féminas y un sorprendente personaje del barón-adolescente.

El monstruo está bien construido por el gran Christopher Lee, aunque claramente no es su interpretación más destacada, pero logra darle un tono personal y grotesco, más desagradable si se quiere, destacando esa mirada atemorizante, es muy efectivo en lo que se quiere mostrar, un ser incompleto, no terminado. Muy distinto al monstruo clásico de la Universal. Y está bien que sea así, pues la Hammer entregó otro producto, no un remake. Primero, una apariencia física y particularmente un rostro totalmente diferente a aquella icónica figura que todo el mundo conoce hasta nuestros días. Y segundo, una mayor maldad, alejándolo de esa humanidad y compasión que producía la criatura de la década del '30.
Lee enfrentaba un desafío enorme y la tenía muy difícil, pues en el imaginario colectivo de todos (y diríamos hasta la actualidad) estaba grabada a fuego aquella inmortal figura y brillante creación de Boris Karloff. Pero salió airoso, logró entregar otro registro de la criatura, incluso más cercana a la novela original y hasta inspiró a más de una versión posterior.

Pero quiero centrarme en lo que considero es el principal mérito y aporte de ¨La maldición de Frankenstein", de Fisher. La película pone el foco no en el monstruo, sino en su creador y está desarrollada en un extenso flashback (en sentido estricto es un racconto), que es la historia contada por el propio barón. El amo y señor de la función: el Dr. Víctor Frankenstein. Con su complejidad psicológica, su concepto de la ciencia, de la moral y de la vida.
Peter Cushing en ésta -su primera interpretación del barón- y en las sucesivas secuelas de la Hammer, está magistral y carismático. Es EL barón Frankenstein, por antonomasia. El mejor del cine hasta hoy, para mi gusto.
Compone un científico brillante y competente, muy seguro de sí mismo, obsesivo con su trabajo y una absoluta convicción en sus paradigmas. Absorbente, elegante y cortés cuando quiere, de fina ironía y a veces derechamente sarcástico. Pero también es amoral (o podríamos decir, de doble moral), cínico, frío, manipulador, violento cuando alguien se interpone en sus planes, y de una perversidad sin límites. Nada lo detiene en su camino, está dispuesto a todo con tal de conseguir sus objetivos (incluyendo homicidios). De una ambición desmesurada, su ego es inmenso y está por sobre la ciencia misma y por supuesto, por sobre los demás. "No es suficiente con que los muertos vuelvan a la vida. Hemos de crear una criatura desde el principio", le dice el barón a su atónito tutor.
¿Qué es la moral? ¿Qué es el deber ser? ¿Cómo se crea la vida? ¿Dónde y cuándo termina la vida? ¿La muerte es definitiva? ¿Las posibilidades de la ciencia no conocen límites? ¿No hay bioética? (término actual). Son complejas controversias que están latentes y palpitan en el trasfondo de la cinta.

El inicio y el cierre de la película (referidos al mismo momento), son extraordinarios. Aquí vemos reflejada, en la desesperación del barón, su lucha interna, su mentalidad paranoica por lograr su enajenado sueño de crear a un hombre a partir de restos de otros seres humanos. Pero no uno cualquiera, sino la perfección. Esos angustiantes momentos finales del ¨Moderno Prometeo¨, con un Cushing entregado y magnífico, son conmovedores. No muestra señales de auténtica contrición, se desentiende de su responsabilidad por los actos de su criatura y su arrogancia intelectual sigue incólume. "Guarde su consejo espiritual para aquellos que lo necesiten", le dice al sacerdote que lo visita en la celda, en su hora postrera, a quien le cuenta su historia, su verdad. Nadie le cree, nadie entiende su enrevesada personalidad (ni su ex mentor y amigo). Sólo lo ven como un desquiciado más cercano a un criminal, que debe ser ajusticiado y guillotinado.

Esta espléndida película transcurre en su mayor parte en espacios interiores, dentro de una atmósfera inquietante y envolvente, entregando momentos siniestros y detalles macabros. Es de imaginar el impacto que causó en su época de estreno. Al día de hoy podemos seguir apreciando esta notable narración, sus implicancias, cómo se desarrolla, cómo se maneja el suspenso y la tensión.
Para ver y disfrutar el sabor de lo clásico.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
* La pintura que Frankenstein le muestra en la escalera al profesor Bernstein (antes de empujarlo y provocar su muerte) se llama ¨La lección de anatomía del Dr. Nicolaes Tulp", del pintor nerlandes Rembrandt, de 1632. Es un reflejo de los propios delirios y acciones del barón.
* "La maldición de Frankenstein" finaliza con el barón mirando hacia la guillotina. Pero no se muestra la decapitación, pues ésta en realidad no ocurre. Queda servida la mesa para una secuela, que la Hammer realizó rápidamente al año siguiente. Es "La venganza de Frankenstein" (de 1958), que comienza justamente con el final de la primera. Y es de una calidad similar a su antecesora, con un barón cada vez más desquiciado.
19 de mayo de 2022 1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Siendo admirador de estas películas de la Hammer desde mis años mozos, esta versión del célebre doctor creador de vida, me gustó menos que las dos primeras cintas de la saga de Frankenstein de la productora británica. Creo que está claramente por debajo de las notables ¨La maldición de F.¨ y ¨La venganza de F.¨ y también de la destacada ¨El cerebro de F.¨ (que es posterior a ésta).

Aquí, si bien tenemos un sugestivo inicio con guillotina incluida, una entrañable ambientación de época (como siempre, marca de la casa), la aparición del barón me trajo reminiscencias de cuando resucitaban a Drácula, no me cuadra ese descongelamiento. Sólo el Conde del brillante Christopher Lee puede resucitar, el Barón escapa a la muerte por otros medios, más terrenales, digo yo.

En esta película el Dr. Frankenstein ya no es el principal foco de atención, podríamos decir que hay dos sub-tramas paralelas, la trágica y breve historia de amor de la pareja protagonista, ambos cargando a cuestas penosas realidades de vida, y el interesante enfoque de la doble moral de las clases altas, de la desigualdad social y de la injusticia del sistema judicial, castigando a los humildes y beneficiando a los poderosos. Nuestro Barón pierde protagonismo, si comparamos con las anteriores versiones donde era el amo de la función.
Sin embargo, Peter Cushing mantiene su magnífica performance actoral, él es EL Dr. Frankenstein en propiedad. Reitera al científico competente, obsesivo, amoral, orgulloso, caballeroso, muy seguro de sí mismo y de fina ironía, a veces directamente sarcástico. Sólo que ahora no crea un monstruo, sino que sigue experimentando entre la vida y la muerte y se introduce en ámbitos más rebuscados. Aquí se encuentra acompañado de otro médico del pueblo, veterano con mucha experiencia, pero de un carácter más moralista, más tímido y mucho menos atrevido que su ¨jefe¨.

La idea de transferir el alma (¿la mente?) de un cuerpo a otro, es original, pero evidentemente exagerada, casi delirante. No obstante, Terence Fisher filma con tal seriedad , oficio y capacidad de síntesis, incluyendo diálogos pertinentes, que la historia se hace entretenida y puede seguirse con atención e interés.

Buen papel, sin brillar, de la bella Susan Denberg, pero me produce ruido cuando en un momento se expresa con esa voz masculina. Claro, sabemos que tiene el alma (¿la mente?) de su novio, injustamente guillotinado, pero se ve extraña. Los demás personajes están correctos y como siempre, estupenda musicalización de James Bernard.
El final, dramático, triste, y el barón abandona la escena cabizbajo, no puede dar con lo que quiere.
17 de mayo de 2022 1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Muy interesante vuelta de tuerca a la historia original de la misma Hammer, estupenda productora del cine-terror que la crítica ha ido revalorizando con el tiempo. Aquí, nuevamente el verdadero monstruo es el Dr. Víctor Frankenstein y lo irá siendo cada vez más según las nuevas versiones de la saga. Y por cierto, otra magnífica interpretación de Peter Cushing.
Muy posesionado del papel, construye un barón cínico, prácticamente amoral, obsesionado con sus experimentos y su proyecto de crear el hombre perfecto. Se muestra muy seguro de sí mismo, orgulloso, agudo como siempre, de fina ironía, cordial y caballero. Por sobretodo, carismático. Es difícil tenerle rechazo, por más que sus ideas sean ¨monstruosas¨.
Cushing es el amo y señor de la película. Pero está muy bien secundado por un médico joven que -admirador del alto nivel científico del barón- logra desempeñarse como su leal ayudante (muy bien caracterizado por Francis Matthews). Éste será fundamental en el impresionante y desquiciado epílogo de la cinta (detalle en spoiler).

La historia que se cuenta está muy bien filmada (sello Terence Fisher), buen montaje, ritmo ágil, escenografía, ambientación, decorados notables (marca registrada de la casa Hammer). Vista con los ojos de hoy, tal vez no sea estrictamente de terror, sino que tiene suspenso, misterio y ciertos momentos terroríficos. Pero el relato es muy entretenido, buen guión, finalmente es la venganza, pues el barón claro que se venga de aquellos aristocráticos médicos conservadores que defienden su sitial corporativo, que no innovan en su trabajo, sólo atienden a los pacientes de su clase social, despreciando a los humildes y además, se muestran envidiosos del prestigio creciente del barón (ahora bajo la identidad del Dr. Stein) entre sus pacientes, que van en aumento. Estos galenos sospechan de la verdadera identidad del mencionado Dr. Stein, en él creen ver a Frankenstein encubierto, y finalmente lo quieren muerto y enterrado. Finalmente, llegan a quedar convencidos de la muerte del barón, cuando ven su cuerpo y cabeza deformados a causa del ataque de ira de los enfermos del hospital para pobres, pero no saben el sorpresivo y casi delirante giro final.

La criatura (con apariencia normal) está bien interpretada por Michael Gwynn, otorgándole una gran humanidad, es un ser desvalido, condenado al sufrimiento, pero como es el sello de su identidad, írá despertando su rencor y furia hacia su creador.
Es de destacar la crítica implícita a la Iglesia demostrada en el notable inicio de la película, que parte enlazando precisamente con el final de la anterior (¨La maldición de..F..") . Esa decapitación sacerdotal tiene mucho de simbólico.
En resumen. ¨La venganza de Frankenstein¨ en general está al nivel de su predecesora, eso sí, extrañé la musicalización de James Bernard y no me convenció el canibalismo, creo que está de más.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
El final. Cuando se muestra el cuerpo (tatuaje incluido) que el Dr. Frankenstein tiene preparado para sí mismo, tal vez, ya se puede vislumbrar el cierre casi delirante de la película. La criatura ahora -literalmente- es el mismísimo barón. Eso sí, no me termina de convencer que ese cuerpo tiene prácticamente el mismo rostro de Frankenstein, interpretado por el propio Cushing, con bigotes.
Pero ingenioso recurso eso de llamarse Dr. Stein primero y Dr. Frank después, para ocultar su verdadera identidad. Me divirtió mucho.
25 de abril de 2022 1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Muy interesante película con nostálgicas alusiones al cine del pasado y que permite diversas lecturas, tales como las variaciones en el género del terror, aproximaciones meta-cinematográficas, sociológicas y psiquiátricas.
Peter Bogdanovich nos cuenta una atrapante historia paralela, que parten juntas, luego se distancian y terminan reuniéndose nuevamente en una solución muy efectiva del director. Lo que ocurre en el desarrollo de la cinta, es un relato a dos bandas.

Por un lado, la trama de un joven y dinámico cineasta (admirador de una gloria del cine terror de antaño), aquí interpretado por el propio Bogdanovich y el viejo actor, figura mítica del cine clásico, caracterizado por Boris Karloff, de manera brillante, como interpretándose a sí mismo. Ya se considera cansado y un producto de un cine pretérito y desfasado, por lo tanto, sólo quiere retirarse en paz, pese a la insistencia del novel director que trata de convencerlo para hacer su última película. Da gusto ver a este verdadero ícono del género en un papel tan diferente a los clásicos roles que lo hicieron inmortal en ese cine que asustó a medio mundo. Con dosis de humor negro, mostrando esa fragilidad física propia de su edad y algo cascarrabias, Karloff muestra una naturalidad asombrosa en su representación, rodeada de simpáticos diálogos con su secretaria.

Por el otro lado, la situación de un joven de clase media de la familia ideal norteamericana, en la cual se muestra esa felicidad aparente, pero que, en el fondo, es una estructura frágil y este personaje algo siniestro esconde detrás de esa aparentemente tranquila y ejemplar fachada, de "buen hijo y vecino". Desde que aparece en escena, ya sospechamos algo. ¿Qué pasa con este joven enajenado que de repente sale a disparar a todo lo que se mueve, sin motivos aparentes? Es claramente una personalidad psicopática y además -tal como vemos en la escena final- sin consistencia, endeble. Admirador de las armas, por influjo de su padre, con quien salen a prácticas de tiro y a cazar, no sabemos si pertenecen a la Asociación Nacional del Rifle (tan importante en USA y alguna vez presidida por Charlton Heston), pero un afiche de esta organización aparece en la tienda de venta de armas y municiones.

¿Crítica social velada de Bogdanovich a una sociedad violenta como la estadounidense? En la que el peligro se encuentra a la vuelta de la esquina e incluso, puede hallarse en el seno plácido de un hogar típico de dicho sistema social, mostrado habitualmente como el paradigma de lo deseable.
Inevitable recordar, en este punto, el magnífico documental “Bowling for Columbine”, de Michael Moore y su incisiva crítica a esa cultura de las armas y de la violencia.
No en vano, además, la película que nos ocupa está basada libremente en los asesinatos de agosto de 1966, perpetrados por Charles Whitman, situado como francotirador en lo alto de una torre en el campus de la Universidad de Texas, desde donde dispara contra varios estudiantes.

Otro mensaje que nos comunica el director: el terror antiguo ya no asusta como antes, aunque los cinéfilos seguimos viendo esas películas como algo entrañable y nostálgico. Y se sabe que son fantasía y misterio, pero no más que eso. En cambio, nos dice esta película, el terror de hoy procede de un mundo real, violento, sin concesiones, el que ahora puede causar verdadero pánico y no va a "matar" a la gente sólo del susto, sino de verdad. Esa realidad puede estar presente en las calles, un supermercado, un parque, en el cotidiano de cualquiera, personificada en sujetos en apariencia normales (no disfrazados de monstruos), pero asesinos potenciales y reales. Esa realidad es la que ahora atemoriza.

La película tiene estupendas tomas panorámicas que nos permiten observar la fría preparación que hace el francotirador de sus armas y mira telescópica para disparar a cualquiera que vaya en los vehículos en la autopista. Les dispara haciendo puntería como si fueran las latas en el campo junto a su padre. Y después los disparos en el autocine, oculto por la oscuridad del recinto, provocando el caos y la desesperación de la gente, para llegar a un desenlace muy bien elaborado y, en cierto modo, sorpresivo. El viejo monstruo ha triunfado sobre el nuevo terror que campea en la urbe. Pero ¿por cuánto tiempo?
Algunos detalles del guión en spoiler.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Se puede interpretar como ciertos vacíos aparentes en el guión -que tal vez no interese despejar mucho en aras de la trama principal- como ¿Qué pasa con el padre al descubrir a toda su familia asesinada en su casa? ¿Qué pasa con la policía y los vehículos atacados en la autopista, no le sigue la pista al francotirador? Está claro, no es una película policial propiamente tal y ese no es el tema de fondo, por lo que se deja pasar y son considerados detalles. La trama es otra. De acuerdo.
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