Ver la media que ofrece Filmaffinity para esta película de reciente estreno (4,8) me entristece. En su momento, con Annabelle (John R. Leonetti, 2014), me sorprendía lo infravalorada que veía a tan buena película (que no brillante, ni muchísimo menos perfecta). Ahora, creo que entiendo qué pasa con estos spin-off de The Conjuring (James Wan, 2013) y The Conjuring 2 (Idem, 2016). A modo de inciso, voy a resumirlo en una sola frase: creo que el género de horror de hoy día se encuentra simplemente en un punto sobrevalorado.

La mayoría de fans se ciñen a una sola cosa: "esta película no me da miedo". Bien es cierto que La monja, el film del que vamos a hablar hoy, no da particularmente miedo... y puede que falle en este apartado, al menos en ciertas ocasiones, por un motivo muy simple: exagera de los jump scare. Sí, ya sabéis, esos momentos en los que la pantalla genera sensación de intriga, sobretodo de inquietud, con música espeluznante, mientras esperas hasta que salte finalmente el susto del siglo y... sí, siempre está ahí.

Esto no sucede una sola vez, sino varias, quizá demasiadas, en la película. Es un método muy usado en el género del terror para despertar al espectador, para asustarlo en global. Repetir el mismo recurso una y otra vez hace de lo que vemos algo pedante: terminamos por acostumbrarnos después de una, dos y tres veces. Al final, aburre que no se nos asuste de otra manera, porque parece que siempre tenemos que saltar de la silla con lo mismo.

Quizá otro problema que le veo a la película es el hecho de que algunos hechos, sucesos en el guión, suceden porque sí: incongruencias (que no veo necesario especificar en esta crítica) que intentan forzar ciertos eventos de la historia y, a veces, cae en lo ridículo. Esto pasa en realidad en una situación muy concreta, cerca del final.

Como veis, no creo que La monja, de Corin Hardy, sea una obra maestra o una película que resalte en su género. Lo que sí creo es que, lejos de ser mala, es decente: tiene muchas cosas buenas (más buenas que malas, de hecho), las suficientes como para que, según yo, esté por encima de la media.

En primer lugar, me encanta cómo cuenta la historia. Si olvidamos las incoherencias de las que os hablaba antes, La monja cuenta con una serie de personajes que, lejos de ser aburridos, tienen algo que decir: los tres, incluso algún secundario que otro, despierta interés. Tienen un trasfondo llamativo, se desarrollan, aprenden de la hora y media de película (otro punto a favor: la duración y el ritmo) y terminan tomando ciertas decisiones que, evidentemente, crea otra clase de consecuencias. Quizá no sea un guión sublime, al nivel de lo que hacían los hermanos Nolan con varios films (El caballero oscuro, Inception, ...), pero sí que lo hace bien cuando quiere, hasta el punto de intentar cierta proximidad con un mensaje más profundo dentro del género: personajes con dudas, algunos diálogos que te harán cuestionarte según qué cosas, etcétera.

Si hay algo por lo que creo que La monja destaca, no obstante, es por su ambientación: joder, es sublime de qué forma está filmada, más que nada. La cámara es movida por una mano muy diestra, que sabe mucho de planos, de enfocar el rostro de los personajes, de captar sensaciones terroríficas, ... Parece que el mismo James Wan se mete en la piel de Corin Hardy, tal y como también sucedía con John R. Leonetti que, sorprendentemente, creaba su propia firma con Annabelle. La película quizá no de miedo a muchos, pero a gran escala, intimida. Es la palabra que veo más acertada para lo que logra.

Y no es sólo la cámara: los juegos de luces, sobretodo cuando no la hay; el ritmo de la cinta, la música que suena de fondo y que lo acompaña, ... El "pack" me parece un todo tan sólido que, si bien no te hace olvidar todo lo malo que tiene la película, te hace soportarlo quizá un poco. Al menos, así es como yo lo he vivido. Así es como critico a La monja.

Podéis estar de acuerdo o no, como siempre digo. Al fin y al cabo, me limito a comunicaros , desde mi buena voluntad, qué he sentido viendo la obra de Corin Hardy; e intento deciros también qué he visto de bueno y qué he visto de malo. Puedo equivocarme, puedo no tener razón, pero siempre son cosas que mejor hacerlas saber de forma civilizada, diplomática y con...

Paz.

Ante todo, tengo que decir que voy a ser tan parcial como imparcial en esta crítica... que ni siquiera llamaría crítica en sí: es una completa alabanza al maravilloso trabajo que hay detrás, pero lo hago con conocimiento cinematográfico (hasta cierto punto, por supuesto), y por eso quiero dejar de lado primero el lado más objetivo posible y luego comentar más que nada mis impresiones con esta película.

¿Qué es y qué no es Inside Out? Yo diría que una de las mejores películas de animación de los 20 últimos años con total diferencia. Si uno ha seguido de cerca el proceso de creación, se dará cuenta de que la película pasó por una producción un tanto tediosa, pero que los responsables de esta nueva maravilla cinematográfica que ha pasado a ser uno de mis films preferidos llevaron adelante con mucho esfuerzo y sudor.

El resultado es una obra maestra. Es cierto que no es perfecta, es cierto que tiene algún que otro fallo a nivel de guión, pero son tan escasos que los puedo contar con los dedos de una mano y en ningún momento destrozan el ritmo o las sensaciones que transmite a través de sus colores dispersos, a través de la luz, a través de personajes tan emblemáticos que no olvidaré en muchos años; a través de sus diálogos para nada equívocos, a través de su impresionante mensaje y de su manera de contarte una historia un tanto adulta en un contexto infantil. ¿Sabéis a qué me recuerda? A mi vecino Totoro.

Inside Out tiende hilos a los sentimientos, a la mente, a qué se halla en la cabeza de las personas y lo hace de manera ejemplar: sabe ser directa pero mágica y nunca baja o sube el tono. Aparte de su música, aparte del mundo que representa, aparte incluso de la manera tan dulce en que nos cuenta todo lo que pasa, elementos como la expresión facial clara y concisa de cada uno de los personajes hacen que todo sea más fluido y que al final la película consiga llegarnos al corazón, o por lo menos transmitir de manera ejemplar lo que quiere transmitir. Riley y sus padres, Tristeza, Alegría, ... Todos tienen un propósito de ser y se ganan su sitio en la película a base de diálogos, a base de sonrisas y muecas, a base de lanzarnos algún que otro hilo para que nos podamos sentir identificados, e Inside Out lo hace de manera magnífica.

Cuando salió en su momento, fui a verla al cine con un buen amigo mío que me dijo: "esto tiene pinta de ser un muermo". Estábamos sentados y lo primero que salió fue el maravilloso cortometraje musical de "I Lava You", y ya con eso nos entró ganas de echarnos a llorar. El tiempo pasó, avanzamos en la película y llegamos a un punto clave (que indicaré en la zona de spoilers) en el que ninguno de los dos pudimos resistir. Me giré para mirar a mi colega y estaba llo-ran-do.

Esta es la parte subjetiva: tengo que decir que he llorado con muy pocas obras, no porque no sean emocionales o porque yo sea un insensible, sino porque no muchas me han llegado de verdad. El ejemplo más claro y con el que más lágrimas he derramado sería "Final Fantasy VII: Crisis Core" (a pesar de que objetivamente no sea la gran cosa), y mi video-juego preferido sería "Final Fantasy X", con el que es cierto que no lloré tanto pero me llegó mucho más al corazón. Si hablamos de cine, esta es la película con la que más he llorado en toda mi vida y no muchas han logrado hacer que derrame una lágrima.

Especifico: la he visto tres veces. Una con mi amigo, otra con una amiga que quería ir a verla y yo estaba completamente dispuesto a acompañarla por cómo me había embaucado; y la última hace no mucho tiempo para afirmar si de verdad era una obra maestra o era yo en plan objetivo como me pasa con "Batman & Robin". Sí, he llorado como un crío las tres veces.

Así que sí, Inside Out es una maravilla. Si no la habéis visto, no sé a qué esperáis. Creo que es el mejor trabajo de Pixar con total diferencia seguido de obras como "Toy Story 3", "Up", "Wall-E" y por encima de estas tres mi preferida "Ratatouille".

No voy a engañaros: las expectativas que había puesto en esta película fueron decayendo con el miedo de que acabarían estampándose contra una pared y dejándose llevar demasiado por el "fan service" en lugar de querer dejarnos otro film memorable y un mensaje significativo, que al fin y al cabo, el cine está para eso: para comunicar cosas.

Al final, cuando llegué al cine, sólo tenía ganas de ver a Felicity Jones en la gran pantalla. Y por eso creo que la decepción fue mucho menos importante de lo que habría sido si hubiese puesto tanto en esta película como lo había hecho con "El despertar de la Fuerza", una película que es mejor que ésta en cualquier aspecto.

Básicamente, Rogue One es una película con un concepto muy interesante que no sabe explotarlo. Personajes de todo tipo que nos son presentados en diferentes momentos y lugares y que al final se acaban entrelazando para que la trama pueda dar un paso adelante.

Son interesantes, eso no lo podemos negar. Mi problema con los personajes de esta película, que creo que es lo peor con diferencia, es que de un concepto que llama la atención sacan un constante repetir de intentos dramáticos que se estrellan contra una pared.

¿Por qué? Porque no sabemos casi nada sobre ellos, no están bien desarrollados, y son personajes planos. De haber sido más profundos, más naturales y personajes con los que nos podamos identificar, entonces sí que habría dicho "vaya, esta escena me hace sentir algo", porque no son pocos los intentos y el empeño que Rogue One pone para crear momentos memorables.

La protagonista es el mejor ejemplo de ésto. Una actriz bastante correcta, a mi parecer, que no puede desplegar todo su talento por falta de esencia en su personaje.

No creo que sea necesario hablar sobre efectos especiales y demás. La película hace un trabajo impresionante en cuanto a ese aspecto y pocos podrían quejarse sobre ello. Lo que me interesa comentar también es la aparición de Darth Vader, personaje legendario de la franquicia de películas.

He leído miles de alabanzas a esta escena en particular. Siento decir que no es la gran cosa, que lo venden como si fuese el boom del cine cuando es una secuencia bastante torpe y mal escrita. El guión se vuelve caprichoso y más que una película de Star Wars pareciera que tenemos ante nosotros el fanfiction perfecto de Darth Vader.

Pixar lo vuelve a hacer. En pleno 2020, la reputada compañía nos regala otra cinta de las que, para mí, pasará a ser reconocida como una obra maestra. Justo después de un primer visionado, uno que ha resultado intenso y único —lamentando únicamente no haber podido realizarlo en una sala de cine—, empiezan a surgirme la clase de preguntas que, a mi entender, todos deberíamos hacernos con cada película que nos es desconocida. ¿Qué es realmente una película? ¿A qué está sujeta? ¿Cómo podemos entenderla sin quedarnos en la superficie?

Es un ejercicio muy difícil de llevar a cabo, pero uno que, según yo, puede llevarnos a un mayor nivel de comprensión e incluso apreciación. Una película no es exclusivamente su historia o su apartado técnico. Opino que una obra que de verdad merezca la pena es aquella que empieza después de su primer visionado, así como, bajo mi punto de vista, toda buena película es la que te sobrepasa. Por supuesto, no me refiero sólo al intelecto. Hablo también de emociones y sentimientos.

Soul forma parte de esa lista.

La cinta habla de Joe Gardner, un profesor de música que se siente insatisfecho e infeliz en su vida. Tras un accidente que hace que su alma (de ahí el título de la cinta) se adentre en un mundo que le es hostil, y que lo hace debatirse entre la vida y la muerte, empieza a percatarse de que no ha estado llevando su vida de la mejor forma posible.

Obviamente, no podía faltar el elemento «imaginario» al que suelen estar ligadas las películas de Pixar. De ahora en adelante, voy a referirme varias veces a Del revés (2015), una de mis películas preferidas de todos los tiempos. En dicha película, también existe un mundo ficticio que funciona paralelamente y en coordinación con el real: las emociones antropomórficas —varios de nuestros personajes principales— están a cargo de la base de operaciones donde se gestionan los sentimientos y los recuerdos de Riley, y cada paso que dan se ve reflejado, de una forma u otra, en el mundo real. En Soul, ocurre algo muy parecido: las acciones de las almas impactan de forma directa en qué ocurre fuera de la zona ficticia.

De más está hablar largo y tendido sobre el apartado técnico de la cinta, no sólo porque alabar la portentosa calidad audiovisual de Soul sería banal y obvio, sino porque también nos sacaría de contexto. Sin embargo, la mención está más que merecida: a excepción de todo rasgo humano (a voluntad propia, desde mi punto de vista, de quienes están detrás de la película), cada edificio, cada objeto, cada paisaje podría ser perfectamente filmado por una camára y ni nos percataríamos siquiera de ello. Soul lleva los medios actuales de la animación 3D a un extremo muy, pero que muy prometedor.

La película empieza como Del revés lo hacía: con una breve introducción que nos sirve como, y, a la vez, precede el pasaje a sus términos mayores. De hecho, Soul respira como Del revés: con momentos dinámicos y llenos de movimiento; con pausas para dar ritmo; con momentos en los que todos nos rendimos a la maestría de Pixar a la hora de manejar nuestros sentimientos... Momentos que suelen ir acompañados por la soledad y por música que silencia todo cuanto es irrelevante. Sentir; ¡eso es lo que hay que hacer!

Como lo hacía Del revés, Soul se centra en temas bastante concretos. Del revés hablaba de las emociones, de la familia, de qué es ser un niño o un padre. En cierto modo, hablaba de la vida misma. No obstante, no se adentraba en el lado completamente opuesto: la muerte. Soul sí lo hace. Me recuerda, en cierta medida, a Final Fantasy IX: ambas historias comparten varias temáticas principales así como un mensaje concreto: «¡Vive!».

Porque Soul es vivir; Soul nos habla desde el alma y nos coge de la mano para hacernos ver que lo que a veces creemos es malo, es en realidad bueno; o que aquello que no importa, realmente sí importa. Final Fantasy IX hablaba de la vida y la muerte; se cuestionaba a sí mismo, se preguntaba qué es vivir, cuál es el propósito de nuestras vidas, por qué existimos... ¿Os suena, verdad? Soul sigue esa misma línea, aunque es posible que trate de responder de forma más tajante que el hoy día aclamado videojuego de Squaresoft. Por lo menos, las respuestas dadas cobran sentido para quienes viven la historia (es decir, los personajes).

Para mí, dichas respuestas también tienen sentido. En esta crítica, apenas he escrito unos pensamientos fugaces que necesitarán ser pulidos con el paso del tiempo. Probablemente, analizaré la película y sintetizaré todas mis ideas para entenderla mejor. Soul es digna de estudio, tal y como lo es Del revés y, a mi entender, la mayoría de cintas de la compañía. Si lo que buscáis es un viaje inolvidable, éste es un tren que no podéis dejar pasar.

Esta es la segunda vez que veo Kimi No Na Wa o Your Name. He querido revisionarla con miedo a que me gustara menos que la primera vez. No me ha apasionado más, pero tampoco he visto que haya envejecido de dos o tres años. De hecho, creo que le costará un poco hacerlo. Bien es cierto que, con el tráiler de la próxima cinta de Makoto Shinkai (Weathering with You), salta a la vista que el dibujo y la animación no tendrán nada que envidiarle a esta última. No obstante, lo que hace Your Name es sobrecogedor y aún a día de hoy me sorprende que no estuviera presente en los Óscar de su año correspondiente. Al fin y al cabo, se trata de una película muy taquillera (habiendo recaudado más que El viaje de Chihiro).

Sea como fuere, lo poco que Your Name hace mal es un tanto típico en esta clase de películas. Si bien no es particularmente larga (dura aproximadamente una hora y cuarenta minutos), el segundo acto de la cinta se hace un tanto pesado llegados a cierto punto. Intenta compensarlo con drama subido de tono, despertando sentimientos que, sí, funcionan en el espectador, pero no pueden tapar lo evidente: que habría acortado parte de lo que ocurre, suprimiendo unos diez minutos de la cinta y resumiendo mejor las cosas (no me estoy refiriendo al final - final, sino a antes). Además, Makoto Shinkai (pues el guión está escrito con su puño y letra) deja algún que otro cabo suelto o lo explica con cierta pereza y le resta verosimilitud a la historia. Bien es cierto que Your Name no está pensada para ser precisamente realista. Al fin y al cabo, se basa en viajes en el tiempo y fantasía. Pero creo que no habría estado de más pulir ciertos detalles que me recuerdan un poco al mismo desgano que mostraba Christopher Nolan en Interstellar (2014). Hablo de este tema en otra crítica.

Habiéndome deshecho de inmediato de lo que considero lo peor de la película, ahora toquemos madera. Creo que lo que hace Your Name es para llevarse las manos a la cabeza. En primer lugar, considero que es la mejor cinta de Makoto Shinkai hasta la fecha (e incluso tengo la esperanza de que lo superará con la próxima). Además, es uno de mis directores de cine japonés y contemporáneos favoritos. Creo que tiene un futuro brillante por delante. Hasta ahora, ha demostrado saber mejorarse con cada película que ha sacado, empezando con preciosidades como Voces de una estrella (2002) o El lugar que nos prometimos (2004) y pasando por películas buenísimas como 5 centímetros por segundo (2007) y Viaje a Agartha (2011). Ésta, Kimi No Na Wa, es su obra maestra.

La película habla de dos jóvenes que viven en lugares distintos y que, al despertar, intercambian cuerpos y tienen que vivir la vida del otro. Partimos de una base muy fantástica (en el sentido artístico de la palabra), la cual nos traslada a ciertos eventos trágicos que desarrolla no sólo los eventos, sino a ambos personajes. El vínculo romántico del que habla la sinopsis ofrecida por Filmaffinity se estrecha, haciendo que ambos se percaten de que, con el paso del tiempo, se necesitan mutuamente. Si ignoramos por completo los errores de guión de los que hablaba antes, la historia en sí misma es muy buena. Makoto Shinkai sabe cómo despertar emoción, ternura, alegría, tristeza y añoranza en el espectador. No sólo lo consigue a través de sus diálogos, de qué ocurre, sino también a través de su mano.

Es difícil no encontrar frecuentemente planos a lo largo de la película que deseas poner de fondo de pantalla en tu ordenador. Makoto Shinkai es consciente de que dibuja como Dios, y te lo demuestra con escenarios abiertos (paisajes de campo, ciudades, ...), coloreados e iluminados a las mil maravillas. Es imposible no babear con la forma en la que dibuja este hombre. Además, no es sólo la ambientación, sino también el propio estilo de los personajes. No me digáis que no morís de amor con verlos a los dos en su día a día: cuando sonríen, cuando fruncen el ceño, cuando reaccionan... Visualmente, Your Name es un portento y una joya verdadera. Por este motivo comentaba antes que, en mi humilde opinión, la película no ha envejecido en lo más mínimo.

También podemos hablar brevemente de la música, de Radwimps. Sinceramente, no tengo ni la menor idea de quién o quiénes son y tampoco me he parado a indagar sobre ello. Sin embargo, la banda sonora de Your Name me parece una burrada bestial. No hablo de las canciones con vocal (que también), sino del acompañamiento que se deja oír en la mayoría de escenas. En alguna que otra ocasión, se juega con el silencio para recordar que estamos ante un producto audiovisual; y sí, Your Name sabe perfectamente lo que se hace.

Sé que ésta es una película hecha para ganar dinero, lo que muchos llamarían cine comercial. Si Your Name ha recaudado tantísimo dinero en su estreno, es por algo. Eso no quita que, para mí, sea una película maravillosa, muy por encima de la media. Es la muestra de que Makoto Shinkai es lo que muchos consideran un nuevo Hayao Miyazaki. Sólo puedo decir que me alegro de que Your Name exista y aún más de haber podido verla dos veces. Si no lo habéis hecho vosotros, os lo recomiendo encarecidamente.