Un diez para la primera parte de la película, en la que se nos muestra al hombre tras la máscara, sus motivaciones, sus inquietudes, su sufrimiento y su mundo. La genialidad de Mr.Caine como un magistral Alfred, un Morgan Freeman como siempre en estado de gracia y un correcto Oldman en el papel del comisario Gordon en una película donde el resto del elenco acompaña y arropa y que continúa en su segunda parte de forma mucho más convencional y predecible, aunque también entretenida.
Christian Bale fabuloso. El mejor Bruce Wayne de toda la saga.

La excusa perfecta para que Kris Kristofferson siga su estelar carrera fílmica.
Más allá de esto no encuentro el motivo para la nueva versión, en la que nada nuevo se aporta salvo en el campo infográfico, y en la que se suprimen todas las reflexiones importantes y trascendentes de la versión original

Spielberg nos da su visión del conflicto ocurrido en 1972 con el secuestro y asesinato de miembros del equipo olímpico israelí por parte del grupo terrorista palestino Septiembre Negro.
A pesar de la aparente neutralidad del director, por debajo de la superficie subyace la comprensible tendencia pro-israelí del autor: La acción se inicia a partir del secuestro (parece que antes de ello no hubiera conflicto), los palestinos no tienen ni voz ni voto, sólo actúan (sin plantearse la moralidad ni de sus actos ni de las consecuencias), y los únicos que tienen personalidad propia y dudas (algunos, como Eric Bana) son los israelíes. Pese a esto, la historia entretiene y llama a la reflexión. Maravillosas interpretaciones del irlandés Ciaran Hinds (César en la serie Roma) y del siempre interesante Eric Bana.
Excesivo metraje para un film que a pesar de ciertos altibajos, suele mantener el pulso.

¿Qué más da que a Menelao y a Áyax los maten, Andrómaca se escapey, Eneas sea un alfeñique adolescente?Un buen autor escribe y un gran autor reinterpreta!.
La mayor historia de todos los tiempos con variaciones insulsas y sin sentido en los personajes y en la historia general que no vienen a cuento de nada y que no hacen más que causar confusión en los espectadores iniciados en la historia clásica y malformar a los que no lo están. A pesar de ello, tiene sus momentos y aciertos, destacando a un estupendo Eric Bana en el papel del heroico luchador troyano.

Al inicio esperanzador y entretenido no le sigue un contenido equiparable.
A la escena del león al lado de la tienda en el campamento sólo le falta que éste se vista de gitana y lea la bola a los esbirros del rey Juan.
Predecible y falta de sutileza.
Toda la película suena a chufla.