“Érase una vez el Oeste”, la miniserie de Netflix estrenada en 2025, nos sumerge en el salvaje territorio de Utah en 1857, durante la Guerra de Utah. Con seis episodios, esta producción creada por Mark L. Smith y dirigida por Peter Berg sigue a una madre, Sara Rowell (Betty Gilpin), y su hijo, que huyen de un pasado turbio mientras enfrentan un entorno brutal marcado por conflictos entre pioneros, mormones, nativos americanos y el ejército estadounidense. La serie combina acción visceral y drama humano, destacando por su atmósfera inmersiva, aunque su argumento no brilla por originalidad.

La gran fortaleza de “Érase una vez el Oeste” es su ambientación realista, que captura con maestría la crudeza del Oeste americano. Los paisajes desolados, filmados en exteriores naturales, transmiten tanto la majestuosidad como la hostilidad de la frontera. La fotografía, con tonos fríos y tomas amplias, convierte al entorno en un personaje más, mientras que el vestuario y el diseño de producción recrean con detalle la miseria y la violencia de la época. Cada escena, desde las gélidas montañas hasta los fuertes polvorientos, refuerza la sensación de un mundo sin ley donde la supervivencia es un desafío constante.

El argumento, aunque sólido, no es particularmente innovador. La premisa de una madre y su hijo enfrentándose a un viaje plagado de peligros, traiciones y redención es un terreno conocido en el género western. La narrativa, que arranca con la masacre de Mountain Meadows y se adentra en conflictos religiosos y territoriales, recicla tópicos familiares como el forastero atormentado, la lucha por la libertad y los enfrentamientos entre culturas. Sin embargo, el guion logra mantener el interés gracias a un ritmo ágil y a la intensidad de las escenas de acción, que no escatiman en violencia explícita ni en dilemas morales. Los personajes, especialmente Sara y el guía Isaac Reed (Taylor Kitsch), están bien construidos, aunque algunos secundarios caen en estereotipos del género.

Las actuaciones son otro pilar de la serie. Betty Gilpin ofrece una interpretación poderosa, equilibrando fortaleza y vulnerabilidad como una madre dispuesta a todo por proteger a su hijo. Taylor Kitsch, en el rol de Isaac, aporta carisma y profundidad a un hombre marcado por el dolor, mientras que el reparto coral, con nombres como Shea Whigham y Saura Lightfoot-Leon, añade matices a un mundo donde nadie es completamente héroe o villano. La banda sonora, con tonos melancólicos y tensos, complementa la atmósfera sin robar protagonismo.

Conclusión final: “Érase una vez el Oeste” no reinventa el western, pero lo revitaliza con una ambientación realista y envolvente que sumerge al espectador en un mundo brutal y sin concesiones. Aunque su argumento no destaca por originalidad, la dirección sólida, las actuaciones convincentes y la recreación visceral del Oeste hacen de esta miniserie una experiencia intensa y recomendable para los amantes del género.

Votación: 8/10 ********

"Adolescencia", estrenada en 2025, es una miniserie británica de Netflix de cuatro episodios creada por Stephen Graham y Jack Thorne, dirigida por Philip Barantini. Protagonizada por Owen Cooper como Jamie Miller y Stephen Graham como su padre, Eddie, esta producción explora con maestría el impacto de un crimen adolescente en una familia y su comunidad. Con un impresionante uso del plano secuencia, interpretaciones sobresalientes, una crítica afilada a las redes sociales y profundas reflexiones sobre la culpa y la educación de los hijos, la serie se erige como una joya televisiva.

La narrativa sigue a Jamie, un chico de 13 años detenido por un crimen grave, y examina las ondas expansivas en su entorno. Cada episodio, rodado en un único plano secuencia, envuelve al espectador en tiempo real en escenarios como una comisaría, un colegio o el hogar familiar. Esta técnica no solo es visualmente audaz, sino que intensifica la narrativa, con una cámara que captura la emoción cruda en cada gesto y movimiento. El plano secuencia crea una experiencia inmersiva, haciendo que la historia se sienta inmediata y profundamente humana.

El reparto entrega actuaciones excepcionales. Owen Cooper, en su debut, deslumbra como Jamie, combinando vulnerabilidad y matices con una presencia que trasciende su edad. Stephen Graham, como Eddie, es conmovedor, encarnando a un padre desgarrado por el amor y la impotencia. Christine Tremarco, como la madre Manda, aporta una intensidad sutil, mientras que Erin Doherty, como la psicóloga Briony, y Ashley Walters, como el inspector Luke, enriquecen el conjunto. Los diálogos, auténticos y cargados de sentimiento, hacen que cada personaje resuene con el espectador.

La serie ofrece una crítica incisiva a las redes sociales, mostrando cómo las plataformas digitales alimentan el acoso, la presión social y la exposición a influencias nocivas entre los jóvenes. Este retrato se entrelaza con reflexiones conmovedoras sobre la culpa y la educación de los hijos, cuestionando el papel de los padres, las escuelas y la sociedad en la formación de los adolescentes. Estas ideas, tratadas con sensibilidad y sin caer en sermones, dan a la miniserie una relevancia universal que invita a la introspección.

Técnicamente, "Adolescencia" es sobresaliente. La dirección de Barantini orquesta los planos secuencia con precisión, navegando espacios complejos con una fluidez que mantiene el foco emocional. La fotografía, con tonos fríos que reflejan la gravedad del relato, y la banda sonora minimalista, que realza la tensión, crean una atmósfera envolvente. El diseño de producción, con detalles realistas como el desorden de una casa o el bullicio de un colegio, ancla la historia en un entorno británico auténtico.

Conclusión final: "Adolescencia" es una miniserie extraordinaria que destaca por su magistral plano secuencia, interpretaciones brillantes, una crítica aguda a las redes sociales y reflexiones profundas sobre la culpa y la educación de los hijos. Esta producción no solo emociona, sino que establece un nuevo estándar para el drama adolescente, consolidándose como una experiencia televisiva inolvidable.

Votación: 10/10 **********

"Ladrones de drogas", estrenada en Apple TV+ en 2025, es una miniserie de ocho episodios creada por Peter Craig y producida por Scott Free Productions. Basada en la novela homónima de Dennis Tafoya, esta producción de thriller criminal está dirigida por Ridley Scott (primer episodio), Tanya Hamilton, Marcela Said y Jonathan van Tulleken, y protagonizada por Brian Tyree Henry como Ray Driscoll y Wagner Moura como Manny Carvalho. Ambientada en Filadelfia, la serie sigue a dos amigos delincuentes que se hacen pasar por agentes de la DEA para robar a traficantes, solo para verse envueltos en una peligrosa red de narcotráfico. A pesar de un arranque prometedor y actuaciones sólidas, la miniserie se diluye por un ritmo irregular y una narrativa que no capitaliza su premisa, mereciendo una valoración de 5/10.

La historia arranca con Ray y Manny ejecutando un atraco disfrazados de agentes antidrogas, un plan que se complica cuando su robo destapa una operación criminal mucho mayor. El guion, escrito por Craig, intenta combinar acción, drama y toques de comedia, explorando temas como la lealtad, la supervivencia y las consecuencias de elecciones pasadas. Sin embargo, la trama se estanca en episodios intermedios, con subtramas que se sienten desconectadas y un enfoque excesivo en flashbacks que, aunque aportan contexto, ralentizan el suspense. La premisa de delincuentes superados por las circunstancias promete tensión, pero la narrativa pierde fuelle al no mantener un equilibrio entre la acción y el desarrollo de personajes.

Brian Tyree Henry es un punto destacado como Ray, aportando una mezcla de dureza y vulnerabilidad que hace creíble su lucha por proteger a sus seres queridos. Wagner Moura, como Manny, ofrece una actuación carismática, aunque su personaje, más impulsivo, a veces cae en estereotipos del género. La química entre ambos es convincente, evocando una amistad forjada en la adversidad, pero no siempre basta para sostener la serie. El reparto secundario, con Marin Ireland como Mina, Kate Mulgrew como Theresa y Ving Rhames como Bartram, cumple, pero los personajes secundarios están poco desarrollados, limitados a roles funcionales que no enriquecen la historia.

Técnicamente, la miniserie tiene momentos brillantes. El primer episodio, dirigido por Ridley Scott, establece un tono noir con una fotografía cruda que captura la sordidez de Filadelfia, desde barrios marginales hasta casas de campo. La dirección de Hamilton y Said mantiene una estética consistente, pero las secuencias de acción, aunque bien coreografiadas, no siempre tienen el impacto esperado. El diseño de producción, con detalles como uniformes falsos de la DEA y laboratorios de droga, es auténtico, pero la banda sonora, de tonos electrónicos, resulta genérica. El montaje, con transiciones entre presente y flashbacks, puede sentirse desordenado, afectando el flujo narrativo.

Conclusión final: "Ladrones de drogas" arranca con una premisa intrigante y se beneficia de las actuaciones de Brian Tyree Henry y Wagner Moura, pero su ritmo irregular y una narrativa que no profundiza en su potencial la convierten en una experiencia a medias. Un thriller criminal que entretiene en momentos, pero no logra destacar en el competitivo panorama de las miniseries, quedándose como una propuesta correcta pero olvidable.

Votación: 5/10 *****

"Black Mirror: Gente corriente", estrenado en Netflix en 2025 como parte de la antología de Netflix "Black Mirror" creada por Charlie Brooker, es un episodio dirigido por Ally Pankiw que destaca por ser una original oda al amor incondicional, acompañada de una dura crítica a los abusos de la tiranía de las empresas tecnológicas. Protagonizado por Chris O’Dowd y Rashida Jones, este capítulo de 56 minutos combina ciencia ficción, drama y sátira, ofreciendo una experiencia emotiva y reflexiva que, aunque no exenta de defectos, resuena por su humanidad y relevancia.

La historia sigue a Mike (O’Dowd) y Amanda (Jones), una pareja de clase media con trabajos cotidianos y planes de formar una familia. Cuando una crisis médica golpea su vida, Mike recurre a Rivermind, un sistema biotecnológico de suscripción que promete salvar a Amanda, pero con condiciones que revelan el lado más oscuro del capitalismo tecnológico. El guion, escrito por Brooker, equilibra momentos de calidez emocional con una creciente sensación de opresión, usando la relación de la pareja como ancla para explorar cómo la tecnología puede explotar las necesidades humanas más básicas. La premisa es sencilla pero efectiva, capturando el espíritu de "Black Mirror" al mostrar un futuro cercano que se siente aterradoramente plausible.

Chris O’Dowd brilla como Mike, aportando una mezcla de desesperación, ternura y humor que hace que su lucha sea palpable. Rashida Jones, como Amanda, ofrece una actuación contenida pero poderosa, transmitiendo la fortaleza y fragilidad de su personaje. El reparto secundario, con Tracee Ellis Ross y Nicholas Cirillo, añade matices, aunque sus roles son más limitados. La química entre O’Dowd y Jones es el corazón del episodio, haciendo que la oda al amor incondicional sea creíble y conmovedora, incluso cuando la narrativa se inclina hacia lo distópico.

La crítica a las empresas tecnológicas es incisiva, mostrando cómo los modelos de suscripción y la monetización de servicios esenciales pueden convertirse en una forma de esclavitud moderna. Sin ser sutil, el episodio logra que esta sátira se sienta orgánica, integrándola en la vida cotidiana de los personajes. Detalles como la omnipresencia de anuncios o la burocracia digital refuerzan esta denuncia, recordando al espectador las dinámicas de poder que ya existen en nuestra sociedad.

Técnicamente, el episodio es sólido. La dirección de Pankiw utiliza una paleta de colores fríos para reflejar la frialdad del sistema tecnológico, contrastada con tonos cálidos en las escenas íntimas de la pareja. La banda sonora, minimalista pero evocadora, acentúa la tensión sin abrumar. Sin embargo, el ritmo puede sentirse irregular, con algunos momentos que se alargan más de lo necesario, y la producción, aunque efectiva, no alcanza el impacto visual de otros capítulos de la serie.

Conclusión final: "Black Mirror: Gente corriente" es una original oda al amor incondicional que conmueve por su retrato humano, mientras lanza una dura crítica a los abusos de las empresas tecnológicas. Con actuaciones destacadas de Chris O’Dowd y Rashida Jones, el episodio captura la esencia de la antología "Black Mirror", aunque un ritmo algo desigual le impide alcanzar la perfección. Un capítulo que invita a la reflexión sobre el costo de la tecnología en nuestras vidas.

Votación: 7/10 *******

"A muerte", estrenada en Apple TV+ en 2025, es una serie española de siete episodios dirigida por Dani de la Orden que se revela como una agradable sorpresa en el panorama de las comedias románticas. Protagonizada por Verónica Echegui como Marta y Joan Amargós como Raúl, esta producción de Atresmedia TV ofrece una mirada atípica al género, mejorando conforme pasan los episodios, con una gran pareja protagonista y un reparto secundario que aporta chispa. Aunque sólida, su futuro dependerá de cómo evolucione en próximas temporadas.

La serie sigue a Marta, una creativa publicitaria en la cima de su carrera que descubre que está embarazada, y a Raúl, un empleado de recursos humanos que enfrenta un diagnóstico de cáncer de corazón. Tras reencontrarse en un funeral, retoman una amistad de juventud que evoluciona en algo más, desafiando sus visiones opuestas sobre el amor. Los primeros episodios, aunque divertidos, se sienten algo titubeantes al establecer el tono, pero la narrativa gana fuerza conforme avanza, equilibrando humor irreverente, momentos tiernos y reflexiones sobre la vida y las relaciones. Esta mezcla atípica, que huye de los clichés almibarados del género, hace que la serie se sienta fresca y cercana.

Verónica Echegui y Joan Amargós son el corazón de la serie, formando una gran pareja protagonista. Echegui dota a Marta de un carisma arrollador, combinando desparpajo y vulnerabilidad, mientras que Amargós aporta a Raúl una dulzura torpe que contrasta perfectamente con su compañera. Su química crece con cada episodio, anclando las escenas más emotivas y los gags más absurdos. El reparto secundario es igualmente destacable, con Paula Malia como la amiga sarcástica de Marta y Cristian Valencia como un colega de Raúl, entre otros, que inyectan humor y humanidad. Actores como Roger Coma y Julián Villagrán añaden color a personajes excéntricos, enriqueciendo el universo de la serie.

Técnicamente, "A muerte" es funcional, aunque no deslumbra. La dirección de De la Orden apuesta por un estilo dinámico, con una Barcelona vibrante como telón de fondo, capturada en una fotografía cálida pero algo estándar. El montaje, ágil en las escenas cómicas, puede sentirse irregular en momentos más dramáticos, y la banda sonora, con temas pop y toques indie, acompaña sin destacar. El diseño de producción, con oficinas modernas y bares acogedores, refleja bien el ambiente urbano de los personajes.

Conclusión final: "A muerte" es una agradable sorpresa que revitaliza la comedia romántica con un enfoque atípico, mejorando con cada episodio gracias a la gran química de sus protagonistas, Verónica Echegui y Joan Amargós, y un sólido reparto secundario. Aunque no está exenta de pequeños tropiezos técnicos y un arranque algo lento, su frescura y corazón la convierten en una joya del género. Habrá que esperar cómo evoluciona en futuras temporadas para consolidar su potencial.

1ª Votación: 7/10 *******