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Críticas 21
Críticas ordenadas por utilidad
6
11 de octubre de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Corría el año 2004 cuando en octubre llegó al Festival de Cinema Fantàstic de Catalunya la película Saw, dirigida por aquel entonces por un desconocido James Wan (Silencio desde el mal, Expediente Warren, Insidious, Aquaman). La película venía de ser proyectada en festivales como Sundance o San Sebastián, ganando el premio a mejor película de género en este último. Pocos se imaginaban que en aquel momento esa mezcla de Seven (Fincher, 1995) y Cube (Natali, 1997) daba inicio una de las sagas más rentables de los últimos veinte años, 10 películas y más de 1000 millones de dólares recaudados.

Lo primero que hay que reconocer a está última parte es tener una historia digna de contar. Así como a partir de la segunda parte todas las películas tenían una historia nula. Además, sus personajes iban saliendo y apareciendo por sorpresa pero sin demasiada explicación solo como pretexto de ir tirando de giros de guión bastante inverosímiles.

En esta nueva entrega hay un poco más de argumento y sus personajes un poco más perfilados y trabajados, un ejemplo es la empatía que tiene un personaje conocido y aliado de Jigsaw con una de las víctimas. Podríamos decir que la película sacrifica sus múltiples giros de guión por una historia más sólida.

Lo segundo que la hace igual o más especial que las siete anteriores es su cantidad de sangre y vísceras. Aún teniendo más historia, la película tiene una duración de 118 minutos y prácticamente en la primera mitad de ellos se nos presenta la trama y personajes, no pierde un ápice de secuencias que satisfarán a los amantes del gore.

Y por último, Tobin Bell vuelve a brillar en su papel de John Kramer/Jigsaw, creando un personaje atormentado por su muerte inminente y lleno de rabia y sed de justicia.

En definitiva, Saw X supera las (pocas) expectativas que había en ella y se posiciona como una de las mejores películas de la saga.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
mpt
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7
12 de abril de 2024
3 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Antes de convertirse en un referente del cine de fantasía y aventuras con clásicos como Superman (1978), The Goonies (1985), Lady Halcon (1986) y la saga de acción Arma letal (1987), Richard Donner debutó en el largometraje en el año 1976 dirigiendo un clásico ya del cine de terror, La profecía. La película cuenta a grandes rasgos como un hombre, embajador de EEUU en Londres y su mujer, adoptan un niño que resulta ser la reencarnación del diablo.
Para ello contó con la interpretación estelar de Gregory Peck, conocido y premiado actor por títulos como Vacaciones en Roma (Wyler, 1953), Horizontes de grandeza (Wyler, 1958) o Matar a un ruiseñor (Mulligan, 1962).
La película llegaba justo un año después de la mítica y premiada El exorcista (Friedkin, 1975) y rápidamente se convirtió en otro título de culto y premiado con el Óscar a mejor banda sonora, obra de Jerry Goldsmith, el hombre detrás de la música de películas como Papillon (J.Schaffner, 1971), Alien (Scott, 1979), Rambo (Kotcheff, 1982) o Gremlins (Dante, 1984).
La película tuvo su continuación con una segunda parte muy inferior y un remake muy plano en el año 2006.
Casi cincuenta años después nos llega la que se dice ser su precuela, el origen de todo lo que pasó en la primera película.

Para ello nos encontramos con la debutante en un largo, Arkasha Stevenson. No es una tarea fácil coger un clásico del terror e intentar contar su origen, recientemente hemos podido ser testigos con la mediocre El exorcista: Creyente, de David Gordon Green.
En este caso, Stevenson demuestra un oficio ejemplar y un sentido del terror de primer nivel para tratarse de una debutante. Desde el primer momento vemos como cada plano y cada escena están creados y pensados al milímetro, con encuadres y enfoques originales, jugando con espejos y con el típico, pero magníficamente usado arsenal de elementos religiosos, estatuas, túnicas, cruces e iglesias.

La fotografía, elemento clave en este tipo de producciones, va a cargo de Aaron Morton, director de fotografía de títulos como Evil Dead (Alvarez, 2013) o de series como Spartacus (2011), Black Mirror (2016) y la reciente serie de El señor de los anillos (2022). Morton crea una atmósfera malsana digna de admirar.

Otro elemento destacable es la interpretación principal de la casi desconocida Nell Tiger Free. La actriz se mete de lleno en su papel y nos regala una interpretación progresiva acorde con la evolución de su personaje. Sus escenas de terror hacia el final del film son de alto calibre y nos regala momentos escalofriantes que aquí no voy a destripar.

Porque este es un elemento novedoso respecto al original, sus secretos y giros de guion que se van desvelando a lo largo del metraje.

Y por último, no podían faltar los easter eggs en relación con el material de 1976, con reapariciones de personajes, espacios conocidos y un final muy bien enlazado con la obra de Donner.

En definitiva, La última profecía es un magnífico film de género, que lo tenía muy difícil, ya no por igualar a su antecesora, que a momentos lo consigue, sino por no caer en un tópico y vulgar film hecho para ganar unos cuantos millones.
mpt
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8
20 de mayo de 2024
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
La mesita del comedor inicia con la presentación de su dúo protagonista llevando a cabo una tarea que toda pareja debe hacer en algún momento de su vida, escoger muebles para su nuevo piso, en concreto una mesita del comedor. Una escena que nos presenta como es la pareja, que peso tiene cada uno en ella y cómo viven la recién paternidad y maternidad. Una escena magistral, a momentos hilarante, a momentos provocadora pero siempre manteniendo un gran sentido del humor.

A partir de aquí la película se convierte en un tour de force terrible, trágico, angustioso y con una tensión in crescendo que no suelta al espectador hasta su desenlace.

Entre tanto, van apareciendo diferentes personajes; amigos de la pareja, familiares y vecinos, que con su apariciones van revelando más información sobre nuestros protagonistas. Esta información nos ayuda a entender más sus motivaciones, sus miedos, sus pensamientos y sobre todo, el peso que tendrá el terrible suceso. Mención especial a la hija de la vecina, sus apariciones son breves, pero de gran peso argumental y que hacen subir la tensión del espectador.

El hecho de rodar prácticamente toda la película en un solo espacio podría jugar en su contra, pero Caye Casas sabe sacar el máximo partido de su localización, trasladando al espectador la sensación de opresión y claustrofobia, y de agobio y desesperación de nuestro protagonista.

Casas opta para añadir tintes de humor negro a lo largo de la película, y si bien sabe encontrar un buen equilibrio entre la tensión y lo cómico, en algún momento al director se la va la mano. Es el caso por ejemplo de la segunda aparición, ya en el piso de los protagonistas, del vendedor de la mesita. Una escena un poco fuera de lugar que más que añadir tensión a los espectadores, los puede sacar un poco de la película
Eso sí, en otros momentos, como el encuentro entre el protagonista y la hija de la vecina, sus puntos cómicos dan el pego creando más tensión.

Las actuaciones de todo el elenco son creíbles en todo momento, dando sensación de vérité en una situación extrema.

En definitiva, La mesita del comedor es una obra impactante, perturbadora, desasosegante, terrible y dramática. ¿Merece la pena verla? Merece la pena como excelente ejercicio de género, pero siendo sinceros, es difícil recomendar una experiencia tan extrema como esta.
mpt
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8
28 de diciembre de 2023
3 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Emerald Fennell sorprendió en 2020 a gran parte del público y crítica cinematográfica con Una joven prometedora, un correcto film a cerca de la venganza de una chica a los autores de un terrible suceso años atrás. La película fue todo un éxito y acabó llevándose algunos de los premios más importantes de su año, Oscar a mejor guion original o el BAFTA a mejor film británico.

Tres años más tarde vuelve con un film no apto para todos los públicos y gustos.
Fennell empieza su película exponiendo las fiestas y excesos que tienen lugar entre el alumnado de la prestigiosa Universidad de Oxford, y como nuestro protagonista Oliver Quick, debe luchar para hacerse un hueco entre las personas más influyentes. Unos cuarenta minutos iniciales que por momentos parecen sacar lo mejor de una película de comedia juvenil al estilo American Pie (Weitz Brothers, 1999) o Las ventajas de ser un marginado (Chbosky, 2012).

Su segunda, más extensa y brillante parte da comienzo con Oliver viajando a la mansión de un tal Felix Catton, hijo de una familia de aristócratas. Es a partir de aquí cuando la película nos vuela la cabeza encadenando algunas de las escenas más escatológicas y retorcidas que he visto en mucho tiempo en una película "comercial." Nos encontramos con un inesperado cruce de Retorno a Brideshed (Sturridge i Lindsay-Hogg 1981) y Babylon (Chazelle, 2022).

Sus escenas no serían las mismas sin la magnífica interpretación de todo su elenco y su increíble fotografía. De su elenco destacan en especial Barry Keoghan, nominado al Oscar el año pasado por su papel en Almas en pena de Inisherin (Martin McDonagh, 2022) y que vuelve a sonar con fuerza para las nominaciones de este año. También merece mención Rosamund Pike, vista en películas como Perdida (Fincher, 2014) u Hostiles (Cooper 2017) y que también parece ser que tendrá una temporada de nominaciones generosa.

La fotografia va cargo de todo un maestro en lo suyo, Linus Sandgren. El hombre detrás de la fotografía de las últimas películas de Damien Chazelle como La La Land (2016), por la que ganó el Oscar, First Man (2018) o la reciente Babylon (2022). Sandgren juega con encuadres imposibles y con un abanico de colores muy destacado, en especial el rojo.

En definitiva, Fennell nos regala una obra diferente, difícil, excesiva e incluso de mal gusto, pero que se disfruta desde el primer minuto de metraje y elevándola con maestría en su tramo y giro final.
mpt
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7
25 de enero de 2024
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
El director italiano Matteo Garrone nos presenta su nueva película, un relato sobre el drama que viven cientos de personas que día tras día intentan llegar a Europa desde las costas africanas.

Tal como ya hizo en la formidable y cruda Gomorra (2008), película que nos muestra los horrores de la mafia, el director vuelve a optar por narrar y mostrar de la forma más realista posible y lejos de sensacionalismo el drama de la inmigración. En esta ocasión lo hace a través de los ojos de dos primos senegaleses cuyo sueño es viajar y triunfar en Europa.

Lo primero que llama la atención es su impresionante producción a nivel técnico y artístico. El coste de producción es de unos 11 millones de dólares, una cifra nada despreciable teniendo en cuenta que su producción es meramente italiana. Todo eso se puede comprobar con su impresionante fotografía durante la travesía por el desierto y las impresionantes escenas que tienen lugar en alta mar.

La película evita caer en el cine de denuncia. No se juzga a ningún gobierno en concreto ni se reparten culpas políticas del drama migratorio. De hecho, es quizás este punto de vista equidistante del film en relación a la culpabilidad, la forma que encuentra el director de precisamente hacernos cupables a todos.

El objetivo de Garrone es exponer y mostrar, y lo que expone y muestra lo hace con crudeza. El director italiano no escatima en mostrar las miserias y situaciones límites que pasan nuestros protagonistas. Aún así, en sus escenas al desierto o en los centros de detención, Garrone no deja pasar la oportunidad de regalarnos bellas imágenes que sirven para ilustrar el delirio de nuestros protagonistas.

Hablando de protagonistas, el peso de la interpretaciones recae sobre Seydou Sarr y Moustapha Fall, dos jóvenes debutantes que convencen en todo momento.

En definitiva un film duro, que no da tregua y que golpea al espectador para llegar a un final que no esconde el destino y futuro inciertos de sus protagonistas y resto del elenco.

La película ha recogido ya premios en San Sebastián, en el Festival de Venecia y recientemente ha obtenido nominaciones en la categoría de mejor película de habla no inglesa en los Globos de Oro y en los Oscars.
mpt
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