Bajo mi punto de vista, la gran obra maestra de la filmografía del director alemán es ''Amanecer''. Resulta curioso que diga esto tras visionar la mayor parte de este notable film, en el cuál se narra la historia de anciano portero de un céntrico hotel que se verá desposeído de su trabajo y será trasladado a la categoría de trabajador de los lavabos del hotel. Nuestro sufrido protagonista luchará por recuperar ese traje de portero, alegoría de la estabilidad laboral e incluso familiar. Resulta una clara crítica a la sociedad capitalista.
Y qué decir de la técnica, la excelsa utilización de la iluminación de la cuál el señor Murnau era un auténtico experto.

Pero algo falla.

Hay películas que ganan puntos gracias a un gran final y otras como ''El Último'' que los pierden.

Martin Scorsese es uno de los cineastas que han marcado la segunda mitad del siglo XX y comienzos del XXI, es muy osado elegir cuál es su mejor película ya que tiene un puñado de obras magnas, pero si un extraterrestre llegase a la tierra y tuviera que explicarle quién es el señor y Scorsese y el porqué de su importancia capital en la historia del cine la respuesta clara sería Taxi Driver.
Los sórdidos mundos de su adorada Nueva York, proxenetas, cines porno, la bajada a los infiernos de un ser enfermo y solitario como Travis Bickle (De Niro en uno de los personajes más importantes de la historia del cine) y por supuesto la banda sonora (el gran Bernard Herrmann sentando cátedra como hacía en todas las obras maestras de Hitchcock).
Es Taxi Driver una película que podría definir a la perfección el camino hacia la locura, podría ser considerado un estudio milimétrico sobra la enfermedad mental, la soledad y la alienación del ser humano en la jungla de asfalto que son las ciudades.
Sería difícil escoger una interpretación en la carrera de una leyenda como De Niro, pero Taxi Driver es probablemente una de sus cinco mejores interpretaciones pero sin duda es la más icónica. Conviene revisar de vez en cuando esta película para recordar lo grande que era De Niro antes de convertirse en una caricatura de si mismo.
Pero una película es grande también por sus personajes secundarios, y en Taxi Driver todos brillan con luz propia: Jodie Foster está fantástica, cautivadora en una de sus primeras presencias en cine y dejaba claro que se convertiría en una de las grandes de verdad, Harvey Keitel está sensacional como de costumbre y Cybill Shepherd encarna a uno de los personajes más seductores y entrañables que hemos visto en una película de Scorsese.
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Probablemente nos encontramos ante la gran obra dramática de Sydney Pollack, director que en los años ochenta nos regaló otra joya como Tootsie.
Ambientada en los años 20, la historia narra como unos personajes desarraigados, desgraciados y miserables se ven abocados a inscribirse en un concurso de baile con la esperanza de ganar el tan preciado premo final.
Una película de sublimes interpretaciones, empezando por el gran Gig Young, uno de los villanos más emblemáticos de la historia del cine.
Michael Sarrazin está correcto en su papel.
Jane Fonda consigue plasmar la que es, junto a Klute, la mejor interpretación de su carrera. Una actriz de carácter, en cada mirada la Fonda consigue transmitir esa energía y desasosiego de su personaje.
Sin embargo señores, la señora Susannah York es la particular roba escenas de la película y consigue eclipsar nada más y nada menos que a toda una Jane Fonda.

Si bien no la consideraría una de las obras maestras de Rossellini, sí que es una película notable.
Segundo film del director italiano junto a su musa sueca. En este caso, la historia se centra en una pequeña isla al norte de Sicilia, a la que llega una forastera (Bergman) recién casada con un oriundo pescador.
La historia se centra en el sufrimiento, la sensación de estar fuera de lugar y las antipatías que poco a poca se irán generando entorno al personaje interpretado por Ingrid Bergman. Ella, sufridora nata intentará sobrevivir a toda costa en un lugar indómito.

Excelente dirección llevada a cabo por el maestro Rossellini y cautivadora interpretación de la gran Ingrid Bergman.

Nos encontramos ante la que probablemente sea una de las 3 mejores películas carcelarias de todos lo tiempos. Está basada en hechos reales.
El cine de Alan Parker siempre ha destacado por transmitirnos esa sensación de desasosiego, soledad y claustrofobia.
Las actuaciones del malogrado Brad Davis y de ese actorazo llamado John Hurt son portentosas, sobre todo la de este último bordando el papel de drogadicto.
Parker plasma perfectamente lo que podía haber sido una cárcel turca de hace 30 años. Con sus policías corruptos, chivatos, lacayos, inocentes y culpables que se movían por un terreno fangoso y absolutamente inmisericorde.

Imprescindible.