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Críticas 44
Críticas ordenadas por utilidad
Críticas ordenadas por utilidad
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20 de octubre de 2019 4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
El desorden mental de las personas está a la orden del día, no es una opinión, es un hecho. Los ciudadanos pertenecientes a la sociedad occidental cada vez dependen más de las drogas (legales o no) para sobrellevar su estancia en este mundo en el que vivimos. Los fármacos disfrazan nuestra tristeza, nuestra soledad, nuestra incapacidad para rendir al ritmo que nos imponen nuestros jefes o incluso nosotros mismos en nuestro inútil afán de destacar sobre los demás. Que nadie se equivoque al ver que escribo en primera persona del plural, no es que yo me incluya entre esa gente, es que todos estamos incluidos, nos demos cuenta o no de ello. "Joker" (2019, Todd Philips") es una excelente recreación de esta locura general que llamamos sociedad capitalista del bienestar, partiendo de la figura del famoso villano que apareciera por primera vez en un cómic hace ya casi 80 años.

Arthur Fleck (Joaquin Phoenix), malvive trabajando de payaso ocasionalmente mientras lucha por hacerse un hueco como cómico en el Gotham de principios de los 80. Sus problemas mentales, se ven acentuados por una serie de sucesos en los que se ve involucrado y que muestran la crueldad de una sociedad que protege a los poderosos frente a los más débiles.

Lo primero que hay que comentar es que, a pesar de usar como reclamo el nombre del famoso criminal creado por DC Comics y estar ambientado en la ciudad en la que perpretaba sus fechorías, este film no tiene nada que ver con el cine de supehéroes con el que nos bombardean cada poco en nuestras sufridas carteleras. Se trata de una película con todas las letras, una obra adulta y dirigida a un público maduro a la que apenas se le ven los típicos defectos de las películas de Hollywood de gran presupuesto. Es sin duda toda ella una anomalía, y casi una broma propia del Joker el hecho de disfrazar bajo el manto de las películas de superhéroes una cinta como ésta en la que la crítica social es su principal objetivo.

Lo segundo más destacable es el trabajo de Joaquin Phoenix, superlativo a todos los niveles. Quiero destacar especialmente el nivel gestual que consigue en su actuación, tanto de cara como de todo su cuerpo. Desde Charles Chaplin no había visto a nadie en pantalla con un control de su cuerpo tan tremendo. Al igual que el genio británico, Phoenix se convierte de repente en un bailarín sin igual, sólamente unos segundos antes o después de helarnos el corazón con esa risa que en realidad en un llanto desesperado. Lo siento por el resto de intérpretes, pero todos (incluido Robert de Niro), quedan totalmente eclipsados ante la genialidad del trabajo de Phoenix.

La influencia de Chaplin no se resume a ese aspecto, todo el espíritu de la película nos traslada a aquella obra maestra de Chaplin titulada "Tiempos modernos" ("Modern times", 1935), la cual es objeto de homenaje durante el transcurso de la película. En ella Chaplin denunciaba, al igual que Todd Philips en ésta, el la enorme diferencia entre pobres y ricos, la cual se acentúa enormemente en tiempos de crisis. Es quizás otra pequeña broma del guión el hecho de que sea Chaplin, el autor que popularizó el cine mundialmente, y sea "Tiempos modernos", su obra más social, los escogidos por parte de los poderosos de Gotham para hacer una proyección especial.

El guión, escrito por el director Todd Philips junto a Scott Silver, es retorcido y cruel a partes iguales. Resulta casi imposible poder identificarse con alguno de los personajes, ya que todos ellos poseen taras físicas, mentales o morales. Sientes pena por Arthur, pero llega un momento en que es imposible justificar su comportamiento dentro de los límites de la moral. Si hubiera que resumir la historia en una sóla frase, me decantaría por la siguiente variación del título de uno de los grabados más famosos de Goya: "El sueño del capitalismo produce monstruos".

Respecto a la labor como director de Todd Philips, es muy destacable, sobre todo en la primera mitad de la película, en la que consigue escenas de alto nivel artístico sin perder en ningún momento el tempo narrativo. Tempo que en la segunda mitad del film se convierte en el objetivo principal del director, lo que hace que la labor visual quede a un segundo plano en beneficio de la narración. Si algo se puede achacar al film es la aparición de algunos subrayados innecesarios más propios de otras películas menos adultas que ésta de la que estoy hablando.

En definitiva, nos encontramos con una sorpresa tremendamente agradable, una pesadilla visual y auditiva (excelente la banda sonora a partir de instrumentos de cuerda), que se mantiene en tu cerebro durante mucho tiempo después de abandonar la sala de cine. Sólo indicar para finalizar que no es una película para niños ni para adolescentes, debido a su crudeza y al mensaje que nos transmite, no apto para cerebros que no estén totalmente formados.

Gabriel Menéndez Piñera
https://historiasdelceluloide.elcomercio.es
27 de marzo de 2019 4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tras sorprender hace cuatro años, a público y crítica, con "It follows" (2014), el director David Robert Mitchell ha intentado hacer lo mismo con su última película "Lo que esconde Silver Lake" ("Under the Silver Lake", 2018). Sin embargo, en esta ocasión no ha conseguido un resultado tan brillante como entonces.

Sam (Andrew Garfield) vive en Los Angeles, ocupando su tiempo en nada provechoso. Un día conoce en la piscina de su urbanización a una chica un tanto misteriosa, con la que entabla amistad, pero que al día siguiente desaparece sin dejar rastro. A partir de entonces, Sam se obsesionará con encontrarla, teniendo que lidiar, durante la búsqueda, con asombrosos descubrimientos.

La película es un inmenso "collage" de referencias a la cultura popular de los últimos 80 años. El cine de terror clásico, el cine negro, las películas de Hitchcock, la música popular, los videojuegos, las leyendas urbanas, todo está incluido en esta insólita mezcla de géneros que no se toma nada demasiado en serio. Lo que podría ser una gran baza a su favor, se convierte en su propio veneno ya que, en ese afán mitómano, la película abre demasiadas puertas, dejando la mayoría de ellas sin cerrar. Eso provoca que el espectador se pierda un poco, desconociendo en todo momento que camino va a tomar la película.

Lo mejor de este neo-noir lisérgico es la excelente realización por parte de David Robert Mitchell, el cual consigue insuflar constantemente una gran calidad técnica a una historia disparatada, cuyo ritmo no decae en las más de dos horas de duración de la misma. Por otro lado, si se le puede poner algún pero, es haber dejado muchas piezas sin colocar, en este enorme puzzle que nos ha puesto encima de la mesa.

Es "Lo que esconde Silver Lake" una película que dará que hablar y mucho, para bien y para mal. Es de esas extrañas obras que hacen que la gente se posicione en uno u otro extremo, aunque espero que a mí se me permita quedarme en medio.

Gabriel Menéndez Piñera
Https://historiasdelceluloide.elcomercio.es
11 de agosto de 2019 3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dicen los sabios que un viejo animal herido, se vuelve extremadamente peligroso, cuando se siente amenazado por otro animal más joven y fuerte. No en vano, la falta de fuerza es suplida por la astucia y el cinismo que proporciona los años vividos en un mundo cruel, que no perdona a los débiles. Esta podría ser la base de "El cuento de las comadrejas", película argentina, dirigida por el oscarizado Juan Jose Campanella y en la que el humor negro campa a sus anchas, por una mansión poblada de viejas glorias cinematográficas.

Mara Ordaz (Graciela Borges) es una vieja actriz ya retirada por los años y las arrugas. Vive en su antigua mansión junto a su marido Pedro de Córdova (Luis Bandroni), antiguo coprotagonista de sus películas. Además de ellos dos, viven en la casa Norberto Imbert (Oscar Martínez) y martín Sarabia (Marcos Mundstrock) director y guionista respectivamente de muchos de los éxitos de la antaño diva. Un día llegan a la mansión dos jóvenes, Bárbara Otamendi (Clara Lago) y Francisco Gourmand (Nicolas Francella), cuyos halagos a Mara apenas ocultan sus aviesas intenciones.

Si por algo destaca el film positivamente, es por un guión pleno de comentarios mordaces en boca de unos actores en constante estado de gracia. Ello hace que el visionado del mismo venga acompañado de carcajadas en varios momentos por parte del respetable, debido a la enorme ironía de los diálogos, lo cual, en estos tiempos de humor grueso, es de muy agradecer.

Cada uno de los personajes que viven en la mansión tiene su propia forma de llevar esos últimos años de vida. Mientras unos recurren a la nostalgia, otros buscan un aliciente en la caza de comadrejas y otros animales. Todo parece tener una extraña armonía en ese ecosistema, hasta que aparecen dos depredadores dispuestos a alterar el orden establecido y llevarse un jugoso botín.

En el aspecto técnico la película no destaca especialmente, sin tampoco tener una realización totalmente plana. En un primer momento parece que el director argentino va a echar mano de todo su talento a la hora de mover la cámara y crear arriesgadas composiciones de plano. Sin embargo la ilusión pronto se desvanece y la película enseguida pasa a centrarse más en los diálogos y los personajes, que en crear escenas interesantes a nivel visual o narrativo.

El film guarda ciertas similitudes con la obra maestra de Billy Wilder "El crepúsculo de los dioses" ("Sunset Boulevard", 1950). Similitudes como el personaje de Mara, casi idéntico al interpretado por Gloria Swanson en la película del director Austriaco. Así mismo las películas que visiona la anciana actriz en su mausoleo privado, son películas reales interpretadas por Graciela Borges en su juventud, mientras que en "El crepúsculo de los DIoses" la película que Gloria Swanson le muestra a William Holden es "La reina Kelly" ("Queen Kelly",1929), película que la Swanson había rodado en la época del cine mudo y dirigida por Erich Von Strohein, que interpreta a su mayordomo en la película de Wilder.

Al tratar sobre personajes anclados en el mundo de la creación cinematográfica, el espectador amante del cine más clásico encontrará un aliciente extra, ya que parte de las escenas se centran en recordar los antiguos rodajes y las anécdotas acaecidas en los mismos. Algo de lo que difiere en parte de la película original en la que se basa, ya que en "Los muchachos de antes no usaban arsénico" (1976, Jose A. Martínez Suarez) no se trataba tan en profundidad este aspecto metacinematográfico.

En definitiva una película muy entretenida, que hace las delicias de los más cinéfilos, y que posee la calidad suficiente para que no sea un mero divertimento veraniego. Especialmente recomendada para los amantes de los diálogos ingeniosos y cargados de ironía altamente venenosa.

Gabriel Menéndez Piñera
https://historiasdelceluloide.elcomercio.es
12 de mayo de 2019 3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
El asturiano Luis Trapiello presenta "Enterrados" su debut en el largometraje, tras un único corto en su haber. Una historia, rodada en Asturias, pero que se acerca más al tipo de cine que se hace en los Estados Unidos, ya que busca a toda costa la complicidad del espectador, sacrificando demasiadas cosas para conseguirlo.

Daniel (el argentino Joaquín Furriel), y cuatro compañeros de la mina, se quedan atrapados tras un derrabe a 600 metros de profundidad. Tras el shock inicial, buscarán la manera de salir de su prisión de rocas y carbón, a expensas de que los operarios de rescate logren dar con ellos.

La realización de la puesta en escena dentro de las galerías está muy correctamente realizada, así como la iluminación de dichas tomas, la cual crea una atmósfera de creciente opresión. A ésto se añade el uso del sonido dentro de la mina, como vehículo para intentar introducir al espectador en la tragedia de los protagonistas.

Sin embargo la película cuenta con demasiadas trabas para poder valorarla positivamente. La mayor de ellas es el guión, el cual usa todos los recursos posibles para mantener la tensión del espectador, consiguiendo con ello que la verosimilitud quede tan enterrada como los protagonistas. La labor del actor protagonista, así como de algunos de los secundarios, en especial Paula Prendes, está bastante por debajo de lo deseado, lo cual no ayuda en absoluto al desarrollo de la trama.

El tratamiento de los personajes es bastante deficiente, la mayoría son meros clichés sin apenas desarrollo, los cuales deambulan por una historia, cuyo final busca impactar a costa de echarle toneladas de tierra a lo visto hasta ese momento. Estas deficiencias contrastan con una labor técnica destacable, a la hora de rodar tanto metraje en un escenario tan reducido como es el recreado en el interior de la galería.

Por desgracia, "Enterrados" se encuentra muy lejos del altísimo nivel del cine español actual, aunque no tengo ninguna duda que encontrará su público, entre aquellos que busquen una historia impactante y que les sorprenda en su recta final.

Gabriel Menéndez Piñera
Https://historiasdelceluloide.elcomerecio.es
27 de marzo de 2019
6 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Unos grandes almacenes en rebajas de Enero, una mujer madura recién divorciada, un vestido rojo con el que atraer a un nuevo amor. Cualquiera diría que voy a hablar de una comedia romántica pero no, "In Fabric" (2018, Peter Strickland) es cualquier cosa menos romántica.

Si ya en sus anteriores películas, "Berberian sound studio" y "The duke of Burgundy", Strickland había jugado con la atmósfera de un "giallo" italiano, en esta ocasión se sumerge en dicho género con todas las consecuencias, lo cual le viene de perlas a su estilo visual manierista y mitómano.

La película va poco a poco desgranando sus envites de locura, protagonizados sobre todo por ese maravillosa dependienta delos grandes almacenes (Fatma Mohamed, una habitual del cine de Strickland) y su propietario. Llega un momento en el que la historia no tiene sentido ninguno, pero eso ya da igual, nos encontramos totalmente subyugados por el brillante humor que destila el film y por esa atmósfera absolutamente malsana, que atrae y asusta a partes iguales.

El director británico se mueve como pez en el agua en esta retorcida y macabra historia en la que un simple vestido en rebajas es, en realidad, una especie de simbionte que ataca a todo lo que se le pone por delante. La metáfora y la crítica, en estos días de Black Fridays y consumismo exacerbado, están servidas.

El rojo y el negro son los colores predominantes durante toda la película. Rojo de sangre y negro de un futuro que, ya en 1993 (año en que está ambientada la acción), se presenta descorazonador para una clase media que se consume a sí misma a través del egoísmo y la envidia.

"In fabric" es divertida, está bien dirigida y nos retrotrae a ese cine de terror italiano tan de boga en los años setenta, cuyo mayor exponente fue el director Darío Argento, el cual debe sentirse sentir orgulloso al ver que su obra siga influyendo a nuevos directores después de tantos años.

Gabriel Menéndez Piñera
Https://historiasdelceluloide.elcomercio.es
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