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7.9
120,142
7
19 de enero de 2013
19 de enero de 2013
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Algunos fans de Tarantino llevaban bastante tiempo sintiéndose decepcionados por él. Yo no era de esos. Kill Bill 1 y 2 me convencieron, y Malditos Bastardos lo logró aún más. Pero esta vez ya no lo has logrado Tarantino, esta vez no.
Django tiene sus virtudes. Retrata perfectamente la sociedad sureña de la época: los aristócratas que combinaban de una forma tan increíblemente natural el refinamiento y la crueldad, los blancos paletos que a pesar de su miseria defendían con una fe ciega el sistema, los esclavos tratados como animales...y no nos olvidemos de Samuel L.Jackson, más blanco que los blancos, para mi sin duda el mejor personaje. Así era verdaderamente Dixie y no el paraíso de la felicidad de la señorita Escarlata. El como el Doctor Schultz logra matar a quien se proponga siempre dentro de la legalidad también es genial, uno de esos detalles desmitificadores que te hacen ver los clásicos del western desde otro enfoque.
Aún así lo cierto es que los puntos flacos predominan. En pocas palabras, mediocridad en todos los aspectos propios de la marca de la casa. La sensación de que Tarantino te está repitiendo lo que te vendió ya muchas otras veces pero con peor calidad es constante, no hay ya diálogos brillantes, ni bromas ingeniosas, los homenajes harán que los que amamos el género esgrimamos de vez un cuando una sonrisilla (el tiro en la rosa a lo Salario para Matar, la pistolita a lo Sabata de Waltz, el tema principal de Dos Mulas y una Mujer, Franco Nero...) pero quedan algo forzados. Jamie Foxx cual Keanu Reeves se nos pasa toda la película con la misma cara de ladrillo y el Waltz hace de un Hans Landa de segunda y bastante cargante. Para más inri la duración no ayuda, sobra metraje por todos lados.
Por último un pequeño apunte para los que sean también asturianos o sepan de la tierrina y la vieron doblada al castellano..."pues", "puen", "tán" ,"quies" ¿negros sureños falando n'amestáu?
Django tiene sus virtudes. Retrata perfectamente la sociedad sureña de la época: los aristócratas que combinaban de una forma tan increíblemente natural el refinamiento y la crueldad, los blancos paletos que a pesar de su miseria defendían con una fe ciega el sistema, los esclavos tratados como animales...y no nos olvidemos de Samuel L.Jackson, más blanco que los blancos, para mi sin duda el mejor personaje. Así era verdaderamente Dixie y no el paraíso de la felicidad de la señorita Escarlata. El como el Doctor Schultz logra matar a quien se proponga siempre dentro de la legalidad también es genial, uno de esos detalles desmitificadores que te hacen ver los clásicos del western desde otro enfoque.
Aún así lo cierto es que los puntos flacos predominan. En pocas palabras, mediocridad en todos los aspectos propios de la marca de la casa. La sensación de que Tarantino te está repitiendo lo que te vendió ya muchas otras veces pero con peor calidad es constante, no hay ya diálogos brillantes, ni bromas ingeniosas, los homenajes harán que los que amamos el género esgrimamos de vez un cuando una sonrisilla (el tiro en la rosa a lo Salario para Matar, la pistolita a lo Sabata de Waltz, el tema principal de Dos Mulas y una Mujer, Franco Nero...) pero quedan algo forzados. Jamie Foxx cual Keanu Reeves se nos pasa toda la película con la misma cara de ladrillo y el Waltz hace de un Hans Landa de segunda y bastante cargante. Para más inri la duración no ayuda, sobra metraje por todos lados.
Por último un pequeño apunte para los que sean también asturianos o sepan de la tierrina y la vieron doblada al castellano..."pues", "puen", "tán" ,"quies" ¿negros sureños falando n'amestáu?

6.4
16,577
9
17 de mayo de 2017
17 de mayo de 2017
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Encerrado en una minimalista celda de diseño, el joven jesuita pasaba la noche en vela. Sus carceleros se cuidaban de respetar su cuerpo, el cual permanecía intacto, pero su mente se retorcía, como corroída por un ácido, sometida a la horrible tortura de la duda, la cual sus captores si se habían preocupado bien de avivar.
Qué bien sabían por donde atacar.
Su mundo se derrumbaba. Todo aquello en que había basado su vida, las verdades absolutas con las que había crecido, se tambaleaba y corría el peligro de venirse abajo en cualquier momento.
“…sí, Jesucristo dijo "Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura", pero ¿no es verdad también lo que afirman estos maestros de la realpolitik? ¿no es cierto que la cristianización traería la pérdida de la independencia de Japón frente a los occidentales y el fin de su cultura?...
...¿qué ha supuesto mi llegada a esta tierra? ¿La salvación y la esperanza para un montón de almas oprimidas...o solo un largo rastro de muertes innecesarias?...
…los autores de la Iglesia dicen que los que sufran martirio por no renunciar a su fe serán recompensados con el paraíso. Entonces, ¿por qué deseo que esta gente apostate y salve su vida terrenal, aunque sé que ello les cuesta condenar su alma para la eternidad? ¿Es por ese sentimiento tan noble que llamamos humanidad? ¿O lo que realmente hay detrás es debilidad, es cobardía, negarse a seguir el camino correcto por miedo al dolor, y lo tapo con buenos sentimientos solo para escapar del sentimiento de culpa?...
... y si los animara a sacrificarse, ¿por qué lo estaría haciendo? ¿Porque de verdad creo que es lo que debe de hacerse? ¿O sería también buscando mi propia gloria, buscando pasar a la historia como un gran misionero, igual que san Francisco Javier?...
Aaaaaaaaaaaaaarrgh
…¿qué camino hubiera cogido Jesús?...
...hasta él tuvo dudas…
…aunque al final sí que aceptó el que le llevaría a la muerte...
…pero fue a él al que martirizaron, no a sus apóstoles mientras le obligaban a mirar...”
Metiendo la cabeza entre los barrotes, levantó entonces su mirada hacia la oscuridad del cielo, en busca...en busca...de una señal, una señal que dirigiera su camino, que le librara de la agonía de tener que tomar esa decisión por sí mismo, una señal como las que salen en los relatos de la vida de los santos.
Un prodigio, una sensación, algo.
Nada.
Silencio.
Solo silencio.
Qué bien sabían por donde atacar.
Su mundo se derrumbaba. Todo aquello en que había basado su vida, las verdades absolutas con las que había crecido, se tambaleaba y corría el peligro de venirse abajo en cualquier momento.
“…sí, Jesucristo dijo "Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura", pero ¿no es verdad también lo que afirman estos maestros de la realpolitik? ¿no es cierto que la cristianización traería la pérdida de la independencia de Japón frente a los occidentales y el fin de su cultura?...
...¿qué ha supuesto mi llegada a esta tierra? ¿La salvación y la esperanza para un montón de almas oprimidas...o solo un largo rastro de muertes innecesarias?...
…los autores de la Iglesia dicen que los que sufran martirio por no renunciar a su fe serán recompensados con el paraíso. Entonces, ¿por qué deseo que esta gente apostate y salve su vida terrenal, aunque sé que ello les cuesta condenar su alma para la eternidad? ¿Es por ese sentimiento tan noble que llamamos humanidad? ¿O lo que realmente hay detrás es debilidad, es cobardía, negarse a seguir el camino correcto por miedo al dolor, y lo tapo con buenos sentimientos solo para escapar del sentimiento de culpa?...
... y si los animara a sacrificarse, ¿por qué lo estaría haciendo? ¿Porque de verdad creo que es lo que debe de hacerse? ¿O sería también buscando mi propia gloria, buscando pasar a la historia como un gran misionero, igual que san Francisco Javier?...
Aaaaaaaaaaaaaarrgh
…¿qué camino hubiera cogido Jesús?...
...hasta él tuvo dudas…
…aunque al final sí que aceptó el que le llevaría a la muerte...
…pero fue a él al que martirizaron, no a sus apóstoles mientras le obligaban a mirar...”
Metiendo la cabeza entre los barrotes, levantó entonces su mirada hacia la oscuridad del cielo, en busca...en busca...de una señal, una señal que dirigiera su camino, que le librara de la agonía de tener que tomar esa decisión por sí mismo, una señal como las que salen en los relatos de la vida de los santos.
Un prodigio, una sensación, algo.
Nada.
Silencio.
Solo silencio.

7.2
73,567
9
23 de enero de 2015
23 de enero de 2015
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Porque si, al no tener nada nuevo que añadir a lo ya dicho por el resto de usuarios con respecto a la mayoría de aspectos de la película (fotografía, ambientación, su parecido con True Detective, que yo le veo mucho) voy a ahorrarme toda esa parte y, en vez de hacer lo que sería una crítica propiamente dicha, me limitaré a ir directamente a por aquello que me lleva a escribir y realizar un apunte con respecto al desenlace y la figura de “el Cuervo” que considero importante y que no he visto mencionar a nadie. Procedo en el spoiler.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Como muchas otras películas de cine negro, “La isla mínima” tiene una carga importante de crítica social, dentro de la cual podemos diferenciar dos denuncias relacionadas pero distintas.
Así, por un lado tenemos una denuncia de carácter universal: los poderosos utilizan su posición para aprovecharse de la gente humilde, condenando a la mayor parte de la gente del lugar a una vida miserable de la que intentan escapar aunque sin mucho éxito (la huelga por los jornales, la desesperación de las chicas por encontrar trabajo fuera del pueblo a cualquier coste, el fardo de heroína que se queda el padre), y llegando, si quieren, hasta a poder matarles sin tener que temer consecuencias al respecto por contar con la protección de las autoridades.
Por otro, sin embargo, se nos ofrece una crítica a un acontecimiento concreto, uno de los aspectos oscuros de una Transición cuya verdadera capacidad de cambio se pone en duda en varios momentos de la película. “El Cuervo” (que no tiene ninguna implicación en los asesinatos que están investigando) fue miembro de la Brigada Político-Social, en la que actuó como torturador y asesinó a una manifestante, y sin embargo no sufrió castigo por ello y sigue trabajando como policía. ¿Cómo puede ser esto? “El Cuervo” fue uno de los beneficiarios de la Ley de Amnistía de 1977, la cual, a pesar de haber sido elaborada por miembros de las principales fuerzas nacionalistas y de la izquierda del momento, sirvió por medio de sus artículos 2 E y F (“En todo caso están comprendidos en la amnistía: e) Los delitos y faltas que pudieran haber cometido las autoridades, funcionarios y agentes del orden público, con motivo u ocasión de la investigación y persecución de los actos incluidos en esta Ley f) Los delitos cometidos por los funcionarios y agentes del orden público contra el ejercicio de los derechos de las personas.”) para evitar que los crímenes del franquismo fueran castigados. Tampoco olvidemos que por ella también se permitió la salida de la cárcel de miembros de grupos de la oposición antifranquista tan cuestionables como ETA o los GRAPO.
Así, por un lado tenemos una denuncia de carácter universal: los poderosos utilizan su posición para aprovecharse de la gente humilde, condenando a la mayor parte de la gente del lugar a una vida miserable de la que intentan escapar aunque sin mucho éxito (la huelga por los jornales, la desesperación de las chicas por encontrar trabajo fuera del pueblo a cualquier coste, el fardo de heroína que se queda el padre), y llegando, si quieren, hasta a poder matarles sin tener que temer consecuencias al respecto por contar con la protección de las autoridades.
Por otro, sin embargo, se nos ofrece una crítica a un acontecimiento concreto, uno de los aspectos oscuros de una Transición cuya verdadera capacidad de cambio se pone en duda en varios momentos de la película. “El Cuervo” (que no tiene ninguna implicación en los asesinatos que están investigando) fue miembro de la Brigada Político-Social, en la que actuó como torturador y asesinó a una manifestante, y sin embargo no sufrió castigo por ello y sigue trabajando como policía. ¿Cómo puede ser esto? “El Cuervo” fue uno de los beneficiarios de la Ley de Amnistía de 1977, la cual, a pesar de haber sido elaborada por miembros de las principales fuerzas nacionalistas y de la izquierda del momento, sirvió por medio de sus artículos 2 E y F (“En todo caso están comprendidos en la amnistía: e) Los delitos y faltas que pudieran haber cometido las autoridades, funcionarios y agentes del orden público, con motivo u ocasión de la investigación y persecución de los actos incluidos en esta Ley f) Los delitos cometidos por los funcionarios y agentes del orden público contra el ejercicio de los derechos de las personas.”) para evitar que los crímenes del franquismo fueran castigados. Tampoco olvidemos que por ella también se permitió la salida de la cárcel de miembros de grupos de la oposición antifranquista tan cuestionables como ETA o los GRAPO.

7.4
43,406
9
10 de julio de 2014
10 de julio de 2014
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Os habéis divertido? ¿Os habéis divertido? ¿No habéis venido a eso? - Máximo Décimo Meridio
Dice la teoría que el objetivo que Sam Peckinpah buscaba alcanzar con la violencia de sus películas era lograr una catarsis en el público, someter al espectador a una sobredosis de crueldades que causara tal repulsión que le hiciera rechazar esta lacra tan humana. Que en la práctica alcanzara este propósito tan loable ya es otra cosa, personalmente yo creo que no lo logró del todo, no al menos de una forma tan genialmente clara como lo ha logrado aquí Haneke.
A pesar de carecer de escenas realmente gore, “Funny Games” es, a su manera, muy desagradable y ultraviolenta. Y no le queda otra. Llevamos viendo películas del mismo palo desde que medíamos tres palmos. A las cuatro de la tarde los thriller de serie B de Antena 3; secuestros, asesinatos y violaciones de sobremesa. A las diez, Steven Seagal, Chuache y compañía sembrando muerte y destrucción. Violencia light en su mayoría, pero violencia al fin y al cabo, el cine ha tenido un protagonismo clave a la hora de suministrarnos desde nuestra infancia nuestra ración diaria de esta y a estas alturas estamos tan inmunizados que hay que apretarnos bien las tuercas para asquearnos.
Pero no seamos caraduras, nuestras pantallas están llenas de violencia porque nosotros la demandamos. La disfrutamos, la buscamos. Queremos otra entrega de “Saw”, queremos ver “Mil manera de morir” y las broncas de los realities. Así que cuando nos enteramos de qué va “Funny Games” el cuento nos atrae y nos lanzamos a ella esperando que Haneke cumpla su función y sacie adecuadamente nuestros apetito morboso. Y, en su infinita generosidad, el austríaco se saca para ello de la manga a Paul y Peter. Aunque no vayan de esmoquin, estos dos cabrónidos van a ser los perfectos maestros de ceremonias de este espectáculo que venimos a ver extasiados atraídos por su macabra premisa de inicio. Hasta uno es flaco y el otro gordo, como tantos dúos cómicos. Mejor aún, son dos magos preparados para satisfacer a su público con su abanico de trucos, de juegos, que primero explican ante la expectación general y luego ejecutan: El gatito en la bolsa, La esposa enamorada… Al principio todo parece ir al gusto del espectador, que se relame y divierte con el asunto de los huevos y las primeras dosis de crueldad, pero el crescendo no se detiene y, más tarde o más temprano, la cota de lo para él aceptable se rebasa y ya solo desea bajar de esta montaña rusa que le está revolviendo el estómago. Catarsis conseguida, a la vez que la interacción de Paul con el auditorio deja a este bien claro su condición de cómplice, de verdadero causante de esta orgía de brutalidad al demandar al mercado este tipo de productos. Sencillamente genial.
Habrá aun así una parte del público que no comprenda el film, o no lo quiera comprender, y se limite a acusar a Haneke de ser un enfermo y haberse pasado de la raya. Culpa tuya Paul, esto te pasa por ser demasiado educado. Cuando uno dice las cosas de una forma demasiado educada a veces no logra que se le entienda bien. “Mira, Gordo” deberías haber dicho “como se ponen todos de parte de ellos. Menudos hipócritas. ¿Qué clase de película hubiera sido esta sino llegamos a aparecer nosotros? Paseos en barco, preparar la cena con óperas de fondo. A la media hora ya se habrían dormido y habrían vuelto a casa diciendo que menudo bodrio. Nosotros nos limitamos a darles lo que quieren, lo que han venido a ver, y ponemos todo nuestro empeño en ofrecérselo con la máxima calidad. Y aun así sienten asco por nosotros, desprecian al verdugo pero no se cuestionan quién es el que pide estas cabezas. Si hasta podíamos haber despachado esto a la media hora, pero aquí estamos, alargándolo lo más que podemos para que esto sea un largometraje y no piensen que les han estafado haciéndoles pagar una entrada de cine. Manda huevos.”
Dice la teoría que el objetivo que Sam Peckinpah buscaba alcanzar con la violencia de sus películas era lograr una catarsis en el público, someter al espectador a una sobredosis de crueldades que causara tal repulsión que le hiciera rechazar esta lacra tan humana. Que en la práctica alcanzara este propósito tan loable ya es otra cosa, personalmente yo creo que no lo logró del todo, no al menos de una forma tan genialmente clara como lo ha logrado aquí Haneke.
A pesar de carecer de escenas realmente gore, “Funny Games” es, a su manera, muy desagradable y ultraviolenta. Y no le queda otra. Llevamos viendo películas del mismo palo desde que medíamos tres palmos. A las cuatro de la tarde los thriller de serie B de Antena 3; secuestros, asesinatos y violaciones de sobremesa. A las diez, Steven Seagal, Chuache y compañía sembrando muerte y destrucción. Violencia light en su mayoría, pero violencia al fin y al cabo, el cine ha tenido un protagonismo clave a la hora de suministrarnos desde nuestra infancia nuestra ración diaria de esta y a estas alturas estamos tan inmunizados que hay que apretarnos bien las tuercas para asquearnos.
Pero no seamos caraduras, nuestras pantallas están llenas de violencia porque nosotros la demandamos. La disfrutamos, la buscamos. Queremos otra entrega de “Saw”, queremos ver “Mil manera de morir” y las broncas de los realities. Así que cuando nos enteramos de qué va “Funny Games” el cuento nos atrae y nos lanzamos a ella esperando que Haneke cumpla su función y sacie adecuadamente nuestros apetito morboso. Y, en su infinita generosidad, el austríaco se saca para ello de la manga a Paul y Peter. Aunque no vayan de esmoquin, estos dos cabrónidos van a ser los perfectos maestros de ceremonias de este espectáculo que venimos a ver extasiados atraídos por su macabra premisa de inicio. Hasta uno es flaco y el otro gordo, como tantos dúos cómicos. Mejor aún, son dos magos preparados para satisfacer a su público con su abanico de trucos, de juegos, que primero explican ante la expectación general y luego ejecutan: El gatito en la bolsa, La esposa enamorada… Al principio todo parece ir al gusto del espectador, que se relame y divierte con el asunto de los huevos y las primeras dosis de crueldad, pero el crescendo no se detiene y, más tarde o más temprano, la cota de lo para él aceptable se rebasa y ya solo desea bajar de esta montaña rusa que le está revolviendo el estómago. Catarsis conseguida, a la vez que la interacción de Paul con el auditorio deja a este bien claro su condición de cómplice, de verdadero causante de esta orgía de brutalidad al demandar al mercado este tipo de productos. Sencillamente genial.
Habrá aun así una parte del público que no comprenda el film, o no lo quiera comprender, y se limite a acusar a Haneke de ser un enfermo y haberse pasado de la raya. Culpa tuya Paul, esto te pasa por ser demasiado educado. Cuando uno dice las cosas de una forma demasiado educada a veces no logra que se le entienda bien. “Mira, Gordo” deberías haber dicho “como se ponen todos de parte de ellos. Menudos hipócritas. ¿Qué clase de película hubiera sido esta sino llegamos a aparecer nosotros? Paseos en barco, preparar la cena con óperas de fondo. A la media hora ya se habrían dormido y habrían vuelto a casa diciendo que menudo bodrio. Nosotros nos limitamos a darles lo que quieren, lo que han venido a ver, y ponemos todo nuestro empeño en ofrecérselo con la máxima calidad. Y aun así sienten asco por nosotros, desprecian al verdugo pero no se cuestionan quién es el que pide estas cabezas. Si hasta podíamos haber despachado esto a la media hora, pero aquí estamos, alargándolo lo más que podemos para que esto sea un largometraje y no piensen que les han estafado haciéndoles pagar una entrada de cine. Manda huevos.”

6.6
54,936
7
4 de noviembre de 2012
4 de noviembre de 2012
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Qué difícil resulta a veces establecer la barrera que separa el spoiler de aquella otra inocente información que no condicionará tu visionado de la película, mejor no arriesgarse
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
-Aunque a primera vista pueda parecer que sobra y no se ha sabido aprovechar el tema de la "muerte y resurreción" de Bond resulta clave para entender todo lo que viene después. Hasta entonces James jugaba con la muerte creyéndose protegido por un halo que evitaría siempre que se quemara, apenas acababa de salir del atolladero y ya tenía la gracieta de turno preparada ("Lo siento, esa última mano casi me mata") mientras que a partir de ahora va a adquirir verdaderamente conciencia de su mortalidad adoptando por ello el personaje unos tintes cada vez más oscuros.
-Veo mucho de este patrotismo barato del corte "marca España" que ha surgido en los últimos años en como bastantes críticos nacionales han subido el papel de Bardem a los altares. Ni fu ni fa, otro villano normalito que pasa sin pena ni gloria a la lista de la saga y del que lo único que cabe destacar es lo exageradamente que se han pasado con él copiando al Joker.
-Judi Dench tampoco nos ofrece nada nuevo en su papel de M exceptuando el hecho de que la casque y Ralph Fiennes por ahora ha estado desaprovechadísimo.
-Enorme Craig (la pantalla es solo suya) y enorme como está evolucionando el personaje. Quemado, consciente de que en el fondo tan solo es uno más entre tantos otros agentes, en una decadencia física a la que logra sobreponerse solo con su resistencia mental, fallando el tiro que salvaría a la chica, silencioso y reflexivo (cada vez se nos parece más al modelo de "héroe" de los westerns de John Wayne, Clint y compañía), con una forma de hacer las cosas desfasada en este mundo de ataques informáticos y una mentalidad que también lo está en una Gran Bretaña a la que ya le queda muy lejos el Imperio y ahora no es más que una ficha más en el tablero...y aún así el viejo león sigue revolviéndose.
-Veo mucho de este patrotismo barato del corte "marca España" que ha surgido en los últimos años en como bastantes críticos nacionales han subido el papel de Bardem a los altares. Ni fu ni fa, otro villano normalito que pasa sin pena ni gloria a la lista de la saga y del que lo único que cabe destacar es lo exageradamente que se han pasado con él copiando al Joker.
-Judi Dench tampoco nos ofrece nada nuevo en su papel de M exceptuando el hecho de que la casque y Ralph Fiennes por ahora ha estado desaprovechadísimo.
-Enorme Craig (la pantalla es solo suya) y enorme como está evolucionando el personaje. Quemado, consciente de que en el fondo tan solo es uno más entre tantos otros agentes, en una decadencia física a la que logra sobreponerse solo con su resistencia mental, fallando el tiro que salvaría a la chica, silencioso y reflexivo (cada vez se nos parece más al modelo de "héroe" de los westerns de John Wayne, Clint y compañía), con una forma de hacer las cosas desfasada en este mundo de ataques informáticos y una mentalidad que también lo está en una Gran Bretaña a la que ya le queda muy lejos el Imperio y ahora no es más que una ficha más en el tablero...y aún así el viejo león sigue revolviéndose.
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