Extraordinaria película, que explota al máximo las posibilidades de un magnífico guión (basado en la novela de Thomas Harris 'El silencio de los inocentes') y de una pareja de protagonistas que logra hipnotizar al espectador. El director, además, narra los hechos de un modo magistral y acaba dotando al conjunto (gracias a su inquietante banda sonora) unas dósis de tensión y dramatismo difíciles de igualar.

El papel de Anthony Hopkins es tan creible, tan sugestivo, que logra erizar el vello de quien presencia la película: de un modo tan natural como terrorífico, da vida a una de las caras del mal más fácilmente impactantes en la historia del cine. Además, en existen algunas escenas memorables: entre ellas, la del desenlace final... con la pobre Jodie Foster aterrada, a oscuras y a merced del asesino...

La película obtuvo, en la edición de 1991 de los Oscar, cinco premios: Mejor Película, Director, Actor Principal, Actriz Principal y Guión Adaptado; optaba a otras dos estatuillas que no consiguió (Mejor Montaje y Mejor Sonido).

Estupenda película, que consigue emocionar tanto por la historia que desarrolla como por el nivel interpretativo de sus protagonistas: apabullante Hopkins, que resuelve con maestría un personaje dificilísimo de interpretar, y maravillosa Thompson, que deja aflorar sus sentimientos sin caer en una sensiblería artificial.

La dirección de Ivory es magnífica, con un ritmo milimétricamente ajustado; además, la belleza de los interiores y los exteriores le confiere a la obra una belleza visual inusitada, casi propia de una serie de grabados pictóricos. El film es estéticamente impecable y también la Banda Sonora resulta muy apropiada y sugerente.

La película es una melancólica evocación a los amores que pudieron ser y que no llegaron a consumarse, dado el hermético carácter del señor Stevens, insondable en sus sentimientos, incapaz de abandonar su permanente y abnegada dedicación al oficio de mayordomo. También se aborda, aunque como un tema menos importante, la muy discutible política que abordó una parte de la alta sociedad inglesa durante los años 30, con una peligrosa afinidad respecto a las ideas de la Alemania nazi.

La película estuvo nominada en 8 categorías (Mejor Película, Director, Actor, Actriz, Guión Adaptado, Banda Sonora Original, Dirección Artística y Vestuario) en los premios Oscar de 1994; no obtuvo ninguna estatuilla porque tuvo que competir, entre otros grandes films, con 'La lista de Schindler'.

Magnífica película del genio Billy Wilder, que nos ofrece una auténtica comedia romántica: situaciones hilarantes, enredos sentimentales y momentos de gran ternura. La película es interesantísima y resulta tan perfecta que cuesta mucho encontrar algún defecto en ella; desde luego, yo no le he encontrado ninguno.

El film, como comenta una jovencísima Shirley MacLaine en la parte final de la película, nos muestra que la sociedad se divide en dos grupos: por un lado están los 'aprovechados', que saben explotar su falta de escrúpulos y la ausencia de malicia ajena para lograr sus objetivos; y las 'víctimas', que son los que acumulan un desengaño tras otro y carecen del carácter necesario para romper esa dinámica tan auto-destructiva.

Resulta gratificante encontrar ejemplos como este, todo un clásico por el que no pasa el tiempo, que ponen en valor a un género... y que, por contraste, despedaza las posibles alternativas actuales, que ha llegado a niveles de estulticia difícilmente soportables.

La película ganó, en los premios Oscar de 1960, cinco premios: Mejor Película, Director, Guión Original, Dirección Artística y Montaje; además, estuvo nominada en otras cinco categorías: Actor Principal, Actriz Principal, Actor de Reparto, Fotografía y Sonido.

Nos encontramos ante una curiosa revisión de la novela 'El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde', escrita en 1896 por Robert Louis Stevenson... así, mientras que la novela era un magnífico exponente de relato de terror y suspense, en esta versión cinematográfica nos encontramos en una comedia que incluye gags que explotan la innata capacidad de Jerry Lewis para gesticular y chistes propios de los dibujos animados de tipo 'Looney Tunes'.

La película entretiene, pero no ha envejecido demasiado bien y sólo muy esporádicamente consigue divertir; Lewis tiene a sobractuar y sólo en algunos gags me resulta ingenioso. También se aprecian algunos elementos de rancio machismo propio de la época en que se filmó (inicios de la década de los 60).

En general, 'El profesor chiflado' es un film que se deja ver, pero que aporta poquita cosa al género.

Nefasto pseudo-film de terror, que da verdadera pena en casi todos los aspectos. Se parte de una idea interesante (aunque poco original) y se logra crear un ambiente desasosegante, en las distintas salas del centro psiquiátrico (pero recordemos que es algo mil veces visto antes y otras mil después de esta cinta, casi siempre con MEJORES resultados). A partir de ahí entramos en una sucesión de despropósitos que llega a su culmen en el desenlace final (que es aberrante).

El director de la película es William Malone… quien, en los últimos 33 años, ha dirigido 5 películas, 1 telefilm y 17 capítulos de series televisivas… siempre en el género de terror. Menudo ‘carrerón’ el suyo (y por algo será, ¿no?). Su mayor aportación a la causa ha sido el diseño de la careta que lucía el asesino de ‘La noche de Halloween’. Sus películas siempre han sido grandes mierdas y ‘House on Haunted Hill’ no es precisamente una excepción. Su estilo narrativo es aburridísimo y el modo que tiene de (intentar) asustar al espectador es infantil. Que se retire ya, por favor.

El guión de la historia es lamentable (hay unos ‘cráteres’ en la trama descomunales) y los diálogos son pueriles. Se intenta crear cierta ‘tensión dialéctica’ entre el matrimonio Rush-Janssen, pero las (supuestamente) mordaces ‘puyas’ que se mandan entre ellos son tan bizarras, artificiales y pretenciosas… que causan estupor.

El desarrollo del film se divide en tres categorías:

1.- LO PREVISIBLE: el fallo del ascensor hacia la atracción es una broma pesada que se ‘huele’ a kilómetros… y que el fallecimiento de Evelyn en la sala de electroshock es un ‘fake’ no sorprende a nadie…

2.- LO INTRASCENDENTE: el 95% de la película…

3.- LO PATÉTICO: el aspecto del ‘espíritu’ que forman las almas de todos los que han muerto en ese edificio (un 'humillo' casposo)… el final de la historia, que es como para tirarse por un acantilado…

Los actores están bastante mal, en general. El terror no es el género al que mejor se ajusta el estilo de Geoffrey Rush, y se nota bastante. Famke Janssen tiene una cara bonita y un hermoso cuerpo, pero a la hora de actuar sólo puede aportar algún mohín y varias muecas bastante cargantes… del resto del grupo, creo que la peor de todas es Ali Carter (¡da repelús!), y el más convincente Taye Diggs (es el único mínimamente entonado). Los demás, mediocres o peor aún…

Sólo un apunte más: Me resulta desesperante que no haya forma de que los miembros del grupo puedan pasar siquiera un minuto juntos… además, el modo de separarlos es siempre de lo más peregrino… ¿no hay otra manera de crear una mínima angustia en el espectador? Qué vergüenza, por favor.

En resumen: una película malísima, con un par de cosillas que pueden salvarse de la quema… pero, en su conjunto, es una porquería. Verla es perder tiempo de vida.