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Críticas ordenadas por utilidad
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7.7
142,426
3
3 de febrero de 2006
3 de febrero de 2006
10 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tras su primera parte, lo esperado aquí era "al fin se nos explicará todo", puesto que en Kill Bill 1 Tarantino no desvela nada mínimamente interesante. Pues bien, malas noticias: lo desvelado no es que no sea poco o nada interesante, es que es sencillamente absurdo.
Todo el entramado argumental se viene abajo por la débil caracterización de los personajes, y porque Tarantino renuncia a abrir caminos interesantes, como en ese diálogo entre Bill y su hermano Buddy, en el que éste dice: "esa mujer se merece su venganza, y nosotros morir", inmejorable base para montar una hipotética secuencia al estilo Samurai, en la que Buddy moriría con honor y no como un perro, pero que se frustra cuando el propio Buddy afirma "ella también (merece morir)", contradicción de términos que expone mejor que cualquier otra cosa la endeblez del guión, y su carencia de lógica interna.
Nada puede salvar este desastre, ni siquiera las grandes actuaciones de los actores, demasiado encorsetados en unos personajes poco significativos.
Habría que especificarle a Tarantino que toda venganza busca la redención, esto es, recuperar el honor perdido. Pero qué honor va a recuperar esta mujer rencorosa, cuando es igual o más hija de puta que el resto. El maniqueísmo es otro defecto a añadir, vaya.
Todo el entramado argumental se viene abajo por la débil caracterización de los personajes, y porque Tarantino renuncia a abrir caminos interesantes, como en ese diálogo entre Bill y su hermano Buddy, en el que éste dice: "esa mujer se merece su venganza, y nosotros morir", inmejorable base para montar una hipotética secuencia al estilo Samurai, en la que Buddy moriría con honor y no como un perro, pero que se frustra cuando el propio Buddy afirma "ella también (merece morir)", contradicción de términos que expone mejor que cualquier otra cosa la endeblez del guión, y su carencia de lógica interna.
Nada puede salvar este desastre, ni siquiera las grandes actuaciones de los actores, demasiado encorsetados en unos personajes poco significativos.
Habría que especificarle a Tarantino que toda venganza busca la redención, esto es, recuperar el honor perdido. Pero qué honor va a recuperar esta mujer rencorosa, cuando es igual o más hija de puta que el resto. El maniqueísmo es otro defecto a añadir, vaya.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La viga maestra sobre la que se sustenta no sólo ésta, sino su primera parte, reside en el problema de la niña. Esta niña simplemente no debiera existir, y me remito a la escena ridícula del predictor, en la que asistimos a un momento de epifanía insólito, por el que Uma Thurman se encarna en San Pablo y ve la luz: su malvada alma pecadora se redimirá si da a luz a su niño. Solo que hay un problema, ese momento es absolutamente increíble, teniendo en cuenta la falta de escrúpulos, de piedad, y el grado de crueldad que "Black Mamba" ha mostrado durante todo el metraje. ¿quién puede ver a esta asesina salvaje y brutal como mamá, vestida como una hippy el día de su boda, inocente cual corderillo?. Respuesta: nadie. El problema viene porque el personaje es plano, sin profundidad psicológica, y con motivaciones confusas y poco explicadas. Aunque esto sucede con cada uno de los personajes

7.6
187,996
3
3 de febrero de 2006
3 de febrero de 2006
6 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo postmoderno parece caracterizarse por el "pastiche", la mezcla de géneros, estilos y formas. Tarantino, quien muy bien podría considerarse un postmoderno, ejemplifica esto bastante bien. En Kill Bill pretende mezclar elementos de tres fuentes: Spaghetti-western, cine Samurai y cine de Kung-Fu, o de artes marciales, ese género radicado en Hong-Kong desde hace más de treinta años. Es una pretensión de espectador de ese tipo de cine, y no de alguien que, como supuesto artista, aspira a co-mu-ni-car, que es la máxima función del Arte. Porque ese cine es esencialmente Vacío, pura estética y manierismo formal, a excepción del cine Samurai, caso de existir, que, como se demuestra más a fondo en Kill Bill 2, no tiene más presencia que por el hecho de que la mayor parte de las peleas son con Katanas. En Kill Bill 1, Tarantino no dice absolutamente nada, porque suponemos, el misterio se resolverá en la segunda parte, lo cual predispone a disfrutar de un espectáculo visual y de acción que al final decepciona. El mejor ejemplo es la escena de Uma Thurman peleando contra los sicarios de Lucy Liu, escena obscena y a ratos ridícula que debiera de haber durado la mitad, pero que Tarantino prolonga para dar rienda suelta a unos manierismos que, al espectador mínimamente curtido, no debería impresionar. Y poco más hay en esta película. Se plantea una historia de venganza, todo es un poco aburrido y previsible, y se espera que todo se resuelva en Kill Bill 2...pero eso es otra historia

4.4
4,854
5
8 de octubre de 2006
8 de octubre de 2006
2 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
El hecho mismo de que la excusa argumental ponga en escena a una canguro, encerrada en una casa mientras sus amigos están de fiesta por ahí y que sepamos de antemano que un psicópata anda suelto ya ha de ponernos sobre aviso de que esto carece de toda originalidad y que por tanto sólo puede funcionar como pasatiempo.
La película tiene un gran jándicap en ello, y posee evidentes defectos (la música hace aún más previsible la acción, aparte que no deja de sonar salvo en un par de ocasiones), pero me gustaría resaltar sus virtudes, a saber:
-una puesta en escena muy efectiva que aprovecha estupendamente esa casa (lo de la pajarería interior es buenísimo)y todos sus dispositivos automáticos (las luces que se encienden y se apagan, la chimenea con mando a distancia, la alarma de seguridad)
-una fotografía muy trabajada, que crea una atmósfera bastante inquietante (que desgraciadamente no se aprovecha lo suficiente)
-Camilla Belle, una chica con un personal físico, muy guapa, y sobre todo sobria en su actuación. Cuando lo facil habría sido hacer una interpretación histriónica, esta actriz opta por la contención expresiva que sólo explota al final, cuando la historia entra en ebullición.
Por lo demás, todo es muy previsible y no pasa nunca nada, sólo una serie de avisos en forma de sustos que todo espectador mínimamente curtido podrá preveer fácilmente, y un desenlace un poco precipitado y poco emocionante.
yo no pagaría por verla en una sala comercial
La película tiene un gran jándicap en ello, y posee evidentes defectos (la música hace aún más previsible la acción, aparte que no deja de sonar salvo en un par de ocasiones), pero me gustaría resaltar sus virtudes, a saber:
-una puesta en escena muy efectiva que aprovecha estupendamente esa casa (lo de la pajarería interior es buenísimo)y todos sus dispositivos automáticos (las luces que se encienden y se apagan, la chimenea con mando a distancia, la alarma de seguridad)
-una fotografía muy trabajada, que crea una atmósfera bastante inquietante (que desgraciadamente no se aprovecha lo suficiente)
-Camilla Belle, una chica con un personal físico, muy guapa, y sobre todo sobria en su actuación. Cuando lo facil habría sido hacer una interpretación histriónica, esta actriz opta por la contención expresiva que sólo explota al final, cuando la historia entra en ebullición.
Por lo demás, todo es muy previsible y no pasa nunca nada, sólo una serie de avisos en forma de sustos que todo espectador mínimamente curtido podrá preveer fácilmente, y un desenlace un poco precipitado y poco emocionante.
yo no pagaría por verla en una sala comercial
8
12 de febrero de 2022
12 de febrero de 2022
0 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta es una valoración sin haber visto las dos películas previas, y por lo tanto se ciñe a lo que cabe exclusivamente dentro de esta, que no es poco.
-En primer lugar, y lo primero que me llamó la atención, es la mezcla de géneros, los dos principales la comedia y el drama. Como es sabido, mezclar ambos siempre es difícil, pero la película osa hacerlo y lo resuelve bien, porque la historia está muy bien estructurada y los actores están sensacionales. El placer de ver en el mismo plano a Ralph Fiennes y Charles Dance es insuperable. Fiennes, como siempre, sublime...
-Otro elemento destacable es la puesta en escena, en el sentido de que si bien estas películas contienen escenas de acción en abundancia, y las de ésta son espectaculares, como me supongo lo son las de las otras películas, las escenas de diálogos o las que preparan la acción están muy medidas. Y esto contribuye enormemente a que el movimiento oscilante entre drama y comedia resulte convincente.
-La trama realmente es bastante sencilla, está contada linealmente y no se complica mucho la vida. Están muy bien las breves secuencias explicativas de eventos históricos y desencadenantes de la acción, aquí el montaje es brillante en ocasiones.
Todo esto, al parecer, ha enfurecido a alguna gente que se queja de que la historia es previsible. Me imagino que es la misma clase de gente que cuando una historia incluye recursos narrativos más allá de la linealidad, con fragmentación del tiempo o el espacio, se quejarán de que la historia es confusa.
La película es lo que es y punto. Y además no tarda mucho en dejártelo claro. El que no se de cuenta de esto mejor que se calle.
-Como consecuencia de este punto anterior, y aquí viene la parte de los peros, la historia se queda algo corta en los conflictos que presenta. No, no me estoy contradiciendo cuando dije que había que asumir que la película es lo que es, de hecho me estoy reafirmando.
Cuando al principio estimé el equilibrio entre comedia y drama estaba haciendo una afirmación muy general. Yendo a lo más fino, hay que decir que si bien ese equilibrio es correcto, no me parece que profundice bien en la forma cómica que la película ha escogido, esto es, la parodia. La parodia aparece en la exposición de personajes como el Kaiser Guillermo o Rasputín (del que se ofrece un retrato exagerado sin duda, pero con mucho fundamento en el Rasputín real). Sin embargo ahí se queda la cosa, es decir, sólo explora la sátira de "los malos". Cuando aparece la comedia relacionada con "los buenos" ya no es parodia, se muestra en situaciones benignas y limpias.
Es decir, la historia es maniquea y no va más allá, lo cual resulta decepcionante en el sentido en que si bien arranca dramáticamente, luego promete una cierta burla tanto del pacifismo como del belicismo, pero sólo aparece este elemento anecdóticamente. Es una oportunidad perdida de haber hecho una tragicomedia realmente potente, con una sátira fuerte, que convence más en sus momentos dramáticos y en (algunas) escenas de acción
-En primer lugar, y lo primero que me llamó la atención, es la mezcla de géneros, los dos principales la comedia y el drama. Como es sabido, mezclar ambos siempre es difícil, pero la película osa hacerlo y lo resuelve bien, porque la historia está muy bien estructurada y los actores están sensacionales. El placer de ver en el mismo plano a Ralph Fiennes y Charles Dance es insuperable. Fiennes, como siempre, sublime...
-Otro elemento destacable es la puesta en escena, en el sentido de que si bien estas películas contienen escenas de acción en abundancia, y las de ésta son espectaculares, como me supongo lo son las de las otras películas, las escenas de diálogos o las que preparan la acción están muy medidas. Y esto contribuye enormemente a que el movimiento oscilante entre drama y comedia resulte convincente.
-La trama realmente es bastante sencilla, está contada linealmente y no se complica mucho la vida. Están muy bien las breves secuencias explicativas de eventos históricos y desencadenantes de la acción, aquí el montaje es brillante en ocasiones.
Todo esto, al parecer, ha enfurecido a alguna gente que se queja de que la historia es previsible. Me imagino que es la misma clase de gente que cuando una historia incluye recursos narrativos más allá de la linealidad, con fragmentación del tiempo o el espacio, se quejarán de que la historia es confusa.
La película es lo que es y punto. Y además no tarda mucho en dejártelo claro. El que no se de cuenta de esto mejor que se calle.
-Como consecuencia de este punto anterior, y aquí viene la parte de los peros, la historia se queda algo corta en los conflictos que presenta. No, no me estoy contradiciendo cuando dije que había que asumir que la película es lo que es, de hecho me estoy reafirmando.
Cuando al principio estimé el equilibrio entre comedia y drama estaba haciendo una afirmación muy general. Yendo a lo más fino, hay que decir que si bien ese equilibrio es correcto, no me parece que profundice bien en la forma cómica que la película ha escogido, esto es, la parodia. La parodia aparece en la exposición de personajes como el Kaiser Guillermo o Rasputín (del que se ofrece un retrato exagerado sin duda, pero con mucho fundamento en el Rasputín real). Sin embargo ahí se queda la cosa, es decir, sólo explora la sátira de "los malos". Cuando aparece la comedia relacionada con "los buenos" ya no es parodia, se muestra en situaciones benignas y limpias.
Es decir, la historia es maniquea y no va más allá, lo cual resulta decepcionante en el sentido en que si bien arranca dramáticamente, luego promete una cierta burla tanto del pacifismo como del belicismo, pero sólo aparece este elemento anecdóticamente. Es una oportunidad perdida de haber hecho una tragicomedia realmente potente, con una sátira fuerte, que convence más en sus momentos dramáticos y en (algunas) escenas de acción

7.3
73,813
1
12 de octubre de 2005
12 de octubre de 2005
30 de 93 usuarios han encontrado esta crítica útil
Trampa. Lo de esta película es trampa, pero mal hecha.
Hitchcock hacía trampas pero de manera tan fascinante que se le perdonaban (los excesos de Vértigo)...
De Palma hacía trampas, pero a cambio ofrecía un espectáculo inolvidable de desatinos que lo hacen irremediablemente entrañable (ejemplo: En nombre de Caín).
Pero esto no, esto no hay por donde cogerlo. Todo es ridículo, con ese guión chapucero que a mitad de camino, con tantos agujeros se hace inviable.Pero Amenábar, en lugar de reescribirlo o tirarlo a la basura, tira por otro camino, más descabellado aún. Lo del final ya es que no tiene ni nombre. Bueno, sí, tiene uno: tomadura de pelo.
recordemos que este fulano tiene un óscar, que tiene tela
Hitchcock hacía trampas pero de manera tan fascinante que se le perdonaban (los excesos de Vértigo)...
De Palma hacía trampas, pero a cambio ofrecía un espectáculo inolvidable de desatinos que lo hacen irremediablemente entrañable (ejemplo: En nombre de Caín).
Pero esto no, esto no hay por donde cogerlo. Todo es ridículo, con ese guión chapucero que a mitad de camino, con tantos agujeros se hace inviable.Pero Amenábar, en lugar de reescribirlo o tirarlo a la basura, tira por otro camino, más descabellado aún. Lo del final ya es que no tiene ni nombre. Bueno, sí, tiene uno: tomadura de pelo.
recordemos que este fulano tiene un óscar, que tiene tela
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