Esperaba un peliculón con un monstruo cargándose a toda la peña... y sí, hay monstruo, pero sale ná, y en una peli en la que lo más importante es el bicho y no la crítica, invertir los papeles no le hace ningún bien, más aún cuando la crítica es tan exagerada.

Porque, además, en un film que para disfrutarlo no hay que tomárselo demasiado en serio (porque de otro modo, el surrealismo de muchas de sus escenas como la pelea familiar o el final, si lo ves como una peli "seria", no te parecen chascarrillos típicos, sino aberraciones) , pues meter crítica a lo bestia en plan serio no le hace ningún bien, corta todo el rollo, más aún cuando aparece el señor americano como Satán, que vale, a los coreanos que les caen tan mal los USA, así como a muchos con sus gafas de pasta, pues a lo mejor les hace mucha gracia y les gusta ese tipo de crítica. Pero digo yo que el resto del mundo (y aunque sea, me vuelvo egocéntrico), preferimos un humor algo más internacional (eso sí, la familia protagonista tiene sus grandes momentos humorísticos, y se trata de una familia bastante carismática, destacando al torpe protagonista que hará lo que sea con tal de salvar a su hija), o con crítica en plan "Godzilla" (la japo, la buena), en pequeñas dosis, que no vas a ver un retrato (o retrete) de la sociedad moderna en épocas de crisis, vas a ver cómo una especie de dinosaurio tocho se dedica a desmembrar pobres inocentones.

Y es que cuando sale el bicho, es cuando se nota que el director sabe lo que se hace, y se convierte el film en un extraordinario y terrorífico espectáculo que habría elevado la categoría del film al crepúsculo. La primera aparición es simplemente bestial (y nunca mejor dicho), magníficamente realizada, y que hace que te olvides de que los efectos especiales no son nada del otro mundo, y ahí se demuestra que con un buen director, lo que debería cantar quizá no lo haga. Las demás apariciones son igual de terroríficas, y aumentan bastante el nivel de la cinta, consiguiendo también hacerte olvidar, en parte, que antes no ha habido monstruo ni nada que se le pareciera. Cada vez sus apariciones son más y más dispersas, hasta un punto excesivo en el que te esperas que acabe el film y se hayan olvidado del bicho (no es así por suerte, que conste)... Una pena, porque, además, casi siempre que hay crítica, el film alcanza niveles de coñazo sobrehumanos.

Cabe decir que la comparación con "Tiburón" y "Alien", me parece simplemente sacrílega, si bien podría haber llegado hasta ese punto (o cercanías) si el bicho hubiera tomado protagonismo, y no salir 10 minutos a lo sumo, y la peli no fuera de este modo una crítica destructiva con un lagartijo por ahí.

6'75/10

La presentación de cada
Personaje es genial
Te genera expectativas
Y verás que las cumplirá.

Se ríe de toda estereotipación
Posee un ritmo del tó destructor
Si te quitas prejuicios, seguro disfrutaras.

Cuando escuches cada frase
Tú vas a partirte en dos
Cada línea del guión
Es de pura irrisión.

Genial comedia, es de serie B
Oculta la falta presupuestal,
Sin el puto mareo
Que no ves ni un cagao.

Ponte en pie
Sin prejuicios ven
A la Feast pagana
Nos vamos a despollar

Te genera tensión
Y mucha comicidad
Hacen sin presupuesto
Una genial gamberrá.

El gore es asqueroso
Y aún así te ríes más
Si llevas gafas de pasta
¡Destrúyelas!

Por qué quieren matar
Al género más complicao
Si hay unos no-ineptos
¡Que aún saben resucitarlo!

Ponte en pie
Sin prejuicios ven
A la Feast pagana
Nos vamos a despollar

Te genera tensión
Y mucha comicidad
Los actores trabajan
Y aún se lo pasan genial.

Ponte en pie
Sin prejuicios ven
A la Feast pagana
Nos vamos a despollar

Te genera tensión
Y mucha comicidad
Tiene también sus guiños
A sus antecesoras.

Ponte en pie
Sin prejuicios ven
A la Feast pagana
Nos vamos a despollar

Te genera tensión
Y mucha comicidad
El cameo del Mewes
Es sincera ovación.

Haber visto esta serie en la infancia y después es de lo más normal. Todos los días en Telemadrid (o Teleespe, como dirían los sutilmente graciosillos de Noche Hache... sí, los aborrezco, no tienen ni puta gracia y recurren al insulto fácil, pero eso es otra historia) mismamente la echaban (y la seguirán echando, digo yo).

La movida esta de capítulos auto-conclusivos va de un niño que es un vago redomado, pero más de lo normal, y que necesita un buen par de hostias, que aunque siempre las recibe, no le encienden el cerebro. El chaval tiene un gato robótico del futuro que no se parece en nada a un gato, y que tiene sentimientos aunque es una máquina. Pero lo mejor de todo es que el trasto este tiene un bolsillo del que saca infinidad de aparatos extrañísimos que sirven para un montón de mágicas movidas. Cuando se mete las manos de esa forma tan pervertida, uno sólo piensa si en el pelo de Bob Marley también se podrían encontrar tantas cosas. En cada capítulo, el gato tiene que ayudar al niñato con un invento, distinto cada vez, y que el chaval, como anormal que es, acaba por utilizar de la peor forma posible. Y el gato le sigue ayudando porque si no, no comerá conchas Codan (también conocidas como Bollycao Dokio). Los amigos del niño que no se cambia de ropa son un pijo en el que se basaron para hacer el vídeo ese de las juventudes socialistas, un bruto medio chimpancé que se dedica a repartir galletas (y no de las Fontaneda, precisamente), y una niña que es un poquillo putón verbenero. La madre del prota se dedica a zurrarle, al igual que sus amigos, porque todos los días tiene un examen, y todos los días catea... Nuevas reformas de la ley de la educación, digo yo.

Sí, entre el cabezón que es un pervertido que sólo quiere verle las bragas a la niña y que encima tiene un esclavo azul que le soluciona todos los problemas, y sus otros amigos encefalogramas planos, lo que sale es un retrato social a la española, pero algo más gracioso. Aterrador. Vamos, que más bien es una serie que uno no puede evitar volver a verla, y entonces vuelve a la realidad y la catea... o no, no seré yo el que trate de manipular las mentes de los demás, si hay millones de cosas más penosas realmente. Pero vamos, que tiene su gracia, sobre todo con la gente que piensa aún que al final el chaval se despertaba de un coma, y que era una víctima de Hiroshima y esas cosas... ¡¡¡A VER, QUE ES UNA SERIE PARA NIÑOS, HAY UNOS LÍMITES QUE NO VAN A SOBREPASAR!!!

Bochornosas sobreactuaciones que te hacen preguntarte por qué esa gente gana tanta pasta, un guión al que lo único que le falta es ser escrito, un buen puñado de momentos somníferos silenciosos 'made in Japan', y gore entrañable de la marca Miike, son los principales ingredientes de una payasada que no tiene ni pizca de gracia.

Si es difícil tomar en serio a este director, cuando se mete más de la cuenta en la comedia, malo malo. No es algo humorístico, es algo tremendamente payaso y de juzgado de guardia. Una película que comienza como cualquiera otra de yakuzas (en serio, son todas iguales), que, tiempo después de que no te enteres de un cagao, se convierte en una delirante chuminada sin ningún tipo de sentido en el que abundan los chistes sobre pollas al más puro estilo comedia teen (que la gente tanto parece odiar... ejem), y algunos defectos especiales que hacen pensar si no los añadieron con el Microsoft Paint, y que no me importa si es por el bajo presupuesto o porque Miike pretende quedarse con el espectador, lo único que me importa es que resulta tremendamente sonrojante.

Una especie de revisión de "Robocop" con traje de Power Ranger (igual de vergonzante) que mezcla cachondeo para párvulos, acción chusquera estilo "Spy Kids: Unrated", drama y lo típico que mete Miike en todas sus pelis, de una forma de todo menos convincente. Con un final marca de la casa que ofende a la par que descoloca. La salvan de la más inquisitiva quema algunas escenas que consiguen su propósito, y que están enmarcadas en el género que a Takashi se le da mejor: el gore, independientemente de su propósito. Sólo utilizarla para compañar al LSD, como catalizador.

La primera escena es una muestra muy gráfica de lo que va a ser mentalmente esta película: una absolutamente absurda e innecesaria paja.

Yo del principio ya ni me enteré, no sé dónde cojones empezaba ni de qué huevos iba el percal. Por qué hacen lo que hacen quienes lo hacen, y qué hacen, por supuesto. A todos los personajes les faltan los tornillos que les sobran a los robots. En serio, todos están carentes de cerebro por dios sabe qué fenómeno meteorológico, porque ni un emo, oiga. El chiste (porque no me puedo creer que esto vaya en serio) empieza más o menos normalillo, y si eres un fanático quizá entiendas qué es lo que pasa, pero los minutos siguen y uno es imposible que mantenga activado el cerebro ante tamaño espectáculo de sinsentidos y aburrimiento supremo. Porque salvo una increíble escena llena de hostias, el resto es blablabla a un nivel acojonante.

La mitad que no aparece en Rebirth ya pasa de castaño oscuro, de negro y de lo que haya más allá. Lynch lo podría intentar junto con Takashi Miike, y nunca lo lograrían. Pasarse por el forro el mundo coherente de tal forma, inducir a la gente al suicidio mental de tal forma, es algo que muy pocos (todos ellos japoneses locos) pueden hacer, y aquí lo logran, con honores. Uno no sabe por qué pasa tal o cual tontería sin sentido, que es, sin lugar a dudas, lo primero que se les pasaba por la cabeza a los fumados de los guionistas, que seguro sueltan absenta en lugar de bilis cuando vomitan. Los diálogos están cargados de filosofía chusquera, que va in crescendo hasta romper barreras de anormalidad en el final más gilipollas que haya podido ver.

Mis pensamientos se vieron plasmados en la pantalla, eso sí, cuando justo al final, una voz dice: «¡Qué asco!». Ahí ya empezó mi descojone, aparte del cabreo por haber desperdiciado hora y media de mi vida en tamaña tontería sin sentido. Mágicamente idiota, súmmum de la drogada improvisación, quien la vea no volverá a ser el mismo. No creo que pueda gustar ni a los fanáticos, pero bueno, suelo equivocarme. En lo que seguro que no me equivoco es en que esta moñada no tiene ni pizca de lógica. El guión está escrito con tinta invisible, y por mucha animación guay que tenga, si el precio a pagar es una puta mierda envuelta en papel bonito, que se metan el regalo por el culo (vamos, que vuelva a su casa).

Yo me quedo con el opening de la serie y la fantástica canción, que la adoro.