Un inicio frío, algo lento, que no engancha al espectador, lastra la película desde el principio, aunque hay que decir que después levanta algo el vuelo en las escenas de mayor suspense durante toda la preparación del atentado, que son lo mejor de la película. Pero en conjunto nunca consigue Valkiria despojarse de esa sensación de frialdad, en el peor sentido del término, que transmite la película. Las interpretaciones no ayudan, el nivel es bastante bajo de todo el cast, y el guión es bastante mejorable en muchos aspectos, empezando por un retrato humano de los protagonistas que no aparece por ningún lado. Al final te queda la impresión de haber visto una serie de acontecimientos que pudieron cambiar la historia de Europa pero cometidos por una serie de personajes con los que no hay manera de empatizar de ningún modo. Una de las cosas que más me llaman la atención, es que no recuerdo otra película bélica o un thriller sin un solo momento de humor o de sarcasmo, ¡no hay ni uno!, obsérvenlo.

En fin, que Tom Cruise, desde Magnolia, lleva trece años y subiendo, sin hacer una película que llegue al siete en Filmaffinity. Destrozar Abre los ojos como él hizo, no podía quedar sin castigo (artístico, claro, porque de pelas va sobrado).

¿De qué va?:

Un modesto y honrado granjero, llamado Willi Stark comenzará una cruzada política contra el corrupto poder establecido que le hará ganarse las simpatías del pueblo mientras comienza su escalada hacia el poder. Poco a poco Willi irá a su vez cometiendo las mismas barbaridades que criticó en su día...

Critica:

A la película le sobra discurso y le falta emoción, básicamente porque es bastante peñazo. Las relaciones entre personajes por ejemplo dejan mucho que desear, se echan en falta diálogos con más ingenio, con más fuerza. El guión en ese aspecto es algo tosco y desmañado, como si lo único que importara fuera la epopeya de W. Shark contra el mundo y en lo demás no hubiera que esforzarse demasiado.

Toda la trama se basa en tratar de profundizar sobre el maquiavélico axioma de que el fin justifica los medios y como algunos hombres pueden tomarlo a rajatabla. El protagonista se da cuenta tras un par de experiencias que no se puede llegar alto en política sin saltarse algunas normas, y que ante ese sistema viciado ya de inicio sólo cabe rendirse a él y medrar. De ese modo, y aunque sus intenciones iniciales para con su electorado sean buenas irá poco a poco jesusgilizándose más y más hasta olvidarse de cualquier otra cosa que no sean sus chanchullos para permanecer en el poder.

Recuerda algo a Ciudadano Kane y aburren ambas más o menos lo mismo, también se puede entroncar con la diez años anterior Caballero sin espada, otro peñazo político similar que también obtuvo excelentes críticas.

Lo que sí está claro es que la política lo corrompe todo, hasta el entretenimiento.

¿De qué va?:

Unas cuantas familias que pasan sus vacaciones en Barcelona se ven sorprendidas por el estallido de la Guerra Civil. Tanto niños como mayores deberán afrontar un veraneo más largo de lo previsto...

Crítica:

Lastrada desde el principio por una factura técnica muy floja y por un montaje lamentable, la película desaprovecha un reparto lleno de talento hasta convertirse en un batiburrillo de escenas a menudo inconexas y de difícil digerimiento para el espectador. El resultado es muy pobre.

Absolutamente decepcionante.

Adaptación cinematográfica del éxito de Broadway que constituyó un acercamiento musical a la vida de Jesús de Nazaret en tono hippie que resulta, vista hoy día, no sólo bastante raruna sino un tanto trasnochada. Sinceramente: las metralletas, los aviones, el autobús, las porras de los soldados romanos, los tanques y demás anacronismos supuestamente impactantes resultan hoy algo ridículos. Ninguna de las coreografías me han resultado tampoco especialmente reveladoras. Ni he visto la luz ni he tenido ninguna clase de epifanía cinematográfica.

Toda la película es cantada, y eso es lo que digo yo, ¿por qué la gente está todo el rato cantando?, si tienen algo que decir, que lo digan (vale, esta frase no es mía, la dice Jerry Seinfeld en cierto capítulo ninguneando la ópera. Un Seinfeld que por cierto es también el Rey de los Judíos. De las Sit-Com, concretamente).

Supongo, eso sí, que si la contextualizamos en la época en que fue creada, resultaría en su momento muy atrevida y contestataria, y que de haber existido tanto yo como Filmaffinity por aquel entonces quizá la hubiera añadido tres o cuatro estrellas más sentado ante mi Xerox Alto, disfrutando de mi ácido de las seis en punto y dándole la vuelta a mis calzoncillos como cada domingo.

Gustará, eso sí, a los aficionados a los musicales hippies sobre la vida de Jesús con Judas negro. A los demás les puede decepcionar un poco.

Floja continuación de la mítica La gran familia, con un guión demasiado, mmm... no sé cómo decirlo...estooo, franquista, eso es. De hecho, no creo que la censura le quitara ni un segundo de metraje porque son todos tan nobles, tan buenos y tan bienintencionados que el empalagamiento que produce todo es excesivo. La película da toda la impresión de haber sido concebida en su momento como un vehículo para aleccionar a los españoles sobre los valores de la bondad y de la familia, en una especie de neorrealismo positivo a la española un tanto casposo. Cierto es que eso ya se hacía en la primera parte, pero de un modo bastante menos exagerado. Aquello era otra cosa.

A pesar de ello la película tiene su encanto gracias a un muy vital Closas y a un López Vázquez apadrinando con soltura, pero es bastante más floja que su antecesora.