Comienzo esta, mi primera crítica en Filmaffinity, pidiendo disculpas por adelantado. Va a ser algo larga porque estoy indignada (aunque no al mismo nivel de lo que estoy por culpa de los políticos de mi país, claro está).

A grandes rasgos, podríamos decir que "La leyenda de Korra" fue una serie concebida por sus creadores como un "cierre" de su precedesora. Un cuarto libro, un "libro aire". Por tanto, entendí desde el primer momento que todo fuera tan rápido, que nuestra protagonista no tuviera que pasar por los mismos avatares (juju) y el entrenamiento que Aang. No era necesario para un público que hubiera disfrutado de la anterior serie, en la que se nos muestra este mundo y las fuerzas activas en él, ni tampoco para alguien que comenzase con Korra en las Cuatro Naciones, quedara fascinado por una historia breve pero intensa, y quisiera saber más, acudiendo a la anterior serie, la inimitable "Avatar: The Last Airbender".

Lo que no entendí es que después de cuatro años, y de unos cuatro capítulos iniciales prometedores, todo empezara a irse por la borda. Podríamos decir que hasta el capítulo nueve este proyecto mantiene el tipo gracias a una poderosa animación, un gran diseño de personajes y una modernización del mundo que plantea nuevos problemas a la coexistencia pacífica de maestros y no-maestros (benders y "non-benders") por la que tanto debieron de luchar Aang y los anteriores Avatares. A partir de ahí, más o menos, el espectador con una mente ávida de respuestas coherentes y de un desarrollo interesante de conflictos y personajes empieza a cansarse... O más bien no puede: si ves la serie seguida, la sensación producida debe ser parecida a subirte a una montaña rusa. Esto tiene sus pros y sus contras, y creo que es la imagen clave para desvelar por qué ha tenido tanto éxito (y se planea hacer una segunda, tercera y hasta cuarta parte...)

Para empezar, por un lado, casi todos los capítulos cumplen con las exigencias básicas: se avanza la trama, se desvelan misterios o se plantean otros, aparecen aliados nuevos, máquinas nuevas, villanos nuevos... y hay algún momento de risas o de acción. Esto, mientras sucede en los primeros capítulos, te satisface, te hace pensar que, cuando todos estos ingredientes den su fruto, la rapidez estará justificada porque habrá LENTITUD y COHERENCIA que amortigüen la bajada.
Y por otro lado... el tren de Korra no tiene bajada. De repente, se para y se acabó. Y no sabes si te ha gustado porque te sientes un poco estafado. ¿Por qué? Porque no ha pasado nada en realidad, salvo algún destrozo en el pavimento (que, por supuesto, habrá provocado Korra). Ningún personaje de relevancia ha cambiado su visión del mundo, su forma de comportarse, ni se ha producido ningún cambio que tú puedas reconocer como asombroso, o peligroso... o necesario. Nuestra heroína se desinfla. No pongas a tantos personajes en una serie de 12 capítulos si no vas a hacer nada con ellos más que usarlos cuando es conveniente, sin explorar sus sentimientos u objetivos. No plantees conflictos interesantes (¿los maestros de los elementos ejercen una cierta opresión sobre los que no tienen poderes de esa clase? ¿es posible alcanzar la igualdad?) si no los vas a resolver. No estoy diciendo ya de forma "satisfactoria", eso es algo muy relativo. No, directamente, la idea se desvanece y se pierde lo que tenía de atractiva la serie al principio: su madurez. Al final, como nos echan en cara a los detractores de Korra, sí que es solamente una serie de entretenimiento para adolescentes y niños, y nosotros no deberíamos sentirnos tan decepcionados.

Pero, eh, no nos sentiríamos tan decepcionados si no nos doliera tanto que su planteamiento inicial fuera tan prometedor. Korra es pretenciosa porque se llama, directamente "la Leyenda de Korra". La serie que tenía por protagonista a Aang constataba un hecho: es "el último maestro aire". Korra se nutre de la grandeza de Aang en más de un aspecto (quien haya visto el final, sabe de lo que estoy hablando) y al final, lo peor de todo es que no es que pase por una copia "mala", sino que es un chasco. Lo tenía todo para marcar la diferencia, pero al final es más infantil que su predecesora queriendo abarcar más y siendo más adulta. Las leyendas se recuerdan y Aang es una. A Korra, y aunque me apena decir esto, no le van a construir una estatua en ningún rincón de las Cuatro Naciones por lo que ha demostrado en esta serie.

¿Se redimirá esta en las siguientes temporadas? Puede que sí, al tener más capítulos y "capital" para trabajar (y, sobre todo, guionistas), pero bien podría ser que no... ¿Por qué? La respuesta involucra colosales SPOILERS que, si quieres más chicha de crítica encarnizada, encontrarás en próximas críticas. Si ya has tenido bastante, reitero mis disculpas. Como dije: estoy indignada.

¡Qué locura de película, señores! Es muy difícil de definir, pero eso me encanta... pero me confunde, ¡pero me encanta! No, pero me asusta un poco. Me gustan mis películas de uno a dos géneros mezclados, por favor, y con poco hielo. Puestos a clasificar, diría que es una aventura fantástica videojueguil con animales, armas y subtramas románticas desbloqueables. Y combos, muchos combos, especialmente si consigues manejar al personaje estrella de la función: Légolas. Y le llamo "personaje" en el sentido más representativo de la palabra: se supone que aquí hay un elfo que en El Señor de los Anillos se sorprende de descubrir sentimientos de pérdida, camaradería y dolor por preocuparse tan profundamente por otras personas, ¡pero aquí ya es todo un Pagafantas-Nivel Experto! La conjunción de sinsentidos es tal que no les hace falta a los fans del libro llorar por la falta de representación digna de lo que en doscientas páginas Tolkien se atrevió a mostrarnos en forma de encantador vistazo al mundo de la Tierra Media: las incongruencias, agujeros negros en el guión, horterismo y cachondeo dentro de la propia "historia" que Jackson y sus colegas se han currado bastan para descatalogar esta película como algo decente per se. Pero, si algo es una locura, ¿puede tener cierto grado de decencia? Si me lo paso pipa, sí.

PD: Pero muchos diréis...
¿Hay esperanza ante tanta delirante desolación? ¡La hay! Un grupo de irreductibles fans pretenden editar los tres bigardos vástagos del temible Jackson y resistir a la invasión del cine comercial multiplicado por tres y luego dividido entre dos, para hacer una sola, sólida película, no importa cuán larga sea. ¿El resultado? No cambien de canal.

Cabras, CGI y más locuras inenarrables (salvo en forma de estreno de esta película), bajo el spoiler:

La mitología griega siempre ha sido una inagotable fuente de inspiración, pero no siempre (digamos, más bien: prácticamente nunca) se han hecho series o películas que realmente hagan justicia a estas maravillosas y épicas historias. Es por eso que me interesó enseguida "Sangre de Zeus", la nueva propuesta de Netflix. No solamente es producto del mismo estudio que nos trajo "Castlevania", uno de los mejores estrenos de los últimos años, sino que la concepción de su historia es fruto de la mente de los hermanos Parlapanides, de raíces griegas, que dejan claro en muchos de sus conceptos que sienten verdadera pasión por la mitología. No obstante, al indagar un poco tras el visionado de esta serie, también descubrí que fueron ellos los que perpetraron el guión de "Inmortales" (2011), un intento nefasto de llevar una historia mitológica a la gran pantalla. Ahí no acabó mi decepción.

La serie engancha, es muy entretenida, y la recomiendo aunque sea por los interesantes y variados momentos artísticos y narrativos que ofrece. Pero no es esa historia de mitología griega que honra sus mitos y a la vez entusiasma con algo nuevo de manera impecable. Es una pena, porque creo que el medio de la animación es el idóneo para contar estas historias de dioses, héroes y monstruos. Habrá que seguir esperando. ¿Quizás en la segunda temporada?

En "spoiler" detallo mejor lo que me han parecido sus puntos fuertes y sus peores defectos.

No sé cómo expresar lo que me ha parecido esta película, no sé si es un horror absoluto o uno del bueno, esa clase de “ruido y furia” que dijo el Bardo que era la vida… pero sea como sea me ha dejado pensando, y no sobre sus tesis ideológicas precisamente.

Por una parte, cumple con lo que debe ser una película de superhéroes y responde perfectamente al “¿y qué te esperabas?” de recibo. Es muy entretenida, no he apartado los ojos de la pantalla en ningún momento salvo cuando me reía o cuando mis amigos encontraron a Stan Lee. Por eso cuenta con el 5 básico en esta clasificación numérica, que no por insuficiente es menos necesaria para entendernos a la hora de criticar como se debe. Cinco: entretenida, merece el dinero de la entrada.

Ahora bien…

Me ha dado la sensación de que, como la primera, el visionado de la película se te queda en el recuerdo como un montón de batallas, saltos, lucecitas y mamporros entremezclados con agradecidas risas que nos ayudan a recordar que esto es una adaptación de un cómic sobre poderosísimos seres con trajes raros. Es en ese momento cuando la pregunta de recibo (“¿y qué c*** te esperabas?”) entra en acción con ellos y te fuerzas a relajarte, a recordarte lo bien que lo pasaste con películas como Iron Man o X-Men, y a disfrutar. Pero yo, personalmente, no he podido hacerlo del todo. ¿Por qué?, me preguntaba.

Sí, son muchos personajes, quizá demasiados, pero todos tienen una personalidad definida, relaciones diferentes entre ellos, hacen chistes, beben, hay uno especialmente guapo y cachas, se equivocan, se sacrifican, se ayudan mutuamente… Y entonces es cuando pienso que el pobre y rico Joss Whedon ha tenido mucho encima a la hora de desarrollar una película de estas características, donde tantas cosas había que meter sin causar la risa (burlona) de El Hobbit: la Batalla de los Cinco Ejércitos, o el aburrimiento mortal de engendros anabolizados del celuloide como Godzilla. Sí, Joss es un genio a su manera, porque, como muchos otros han notado, a este vestido se le notan las costuras con los hilos que la clienta pija ha pedido. Me explico: no ha podido arriesgar mucho con el material en sus manos. A la vez, ha tenido la clase y el buen gusto de darnos una historia en la que no sobra nada, si acaso parece que falta, una sensación inesperada en una película tan densa, y que además gustará porque entretiene, hace reír y hace… bueno, digamos que te pone un poco triste. Y no, no es por lo que estáis pensando (“eso” lo comento en el spoiler), sino por Whedon. Estoy triste por él y por mí porque, detrás de todas esas batallas forzadísimas en las que un villano manda miles de sus esbirros para que, cuan romanos marchando contra los irreductibles galos, sean aniquilados sin que representen jamás una auténtica amenaza, yo sólo veo una batalla más: la de Joss apretujado entre las manos de las productoras mientras intenta tratarnos como seres dignos del mejor entretenimiento.

... o la del personaje de Edward Norton poniéndose moreno, sacando de quicio a todo el mundo, triunfando en el teatro y perdiendo en la vida real.

... o la de Sam haciendo puntitos en papel higiénico y limpiándose luego el...

... o la de Zach después de que le suene el móvil en el clímax de la obra que produce.

... o la del calvo que pasaba debajo de la azotea.

... o la de las medusas y el meteorito.

... o la de Riggan con poderes telequinéticos.

... o la de Riggan gobernando las redes sociales en calzoncillos.

... o la de Riggan peleándose a muerte con mi querido Norton, entre bambalinas o sobre el escenario.

... o la de esa nueva relación que comienza con un "¿verdad o acción?"

... o la que nace de un estallido de lágrimas y compasión.

... o la que no termina porque es eterna.

... o la del genuino "Birdman", porque tiene que ser un gran superhéroe para triunfar con ese graznido y esas pintas.

... o la de la inesperada ignorancia de la crítica, para variar.