Una prueba más de que se puede contar algo muy triste y doloroso de una forma hermosa. Claro que, es que la historia de Ramón Arroyo es así: dolor, aceptación, lucha, belleza... Como persona que intenta recorrer sus 100 metros. Esta película no es una película sobre esclerosis múltiple o superación personal, que también, pero es algo más. Es una cuestión del querer, por uno mismo, por los tuyos. Es una cuestión de que quien está a tu lado te diga: "No es tu esclerosis (tu enfermedad) es la nuestra" (oh, qué envidia me da Ramón; porque yo hasta ahora solo he visto una parte). Me llega tanto este film. Cuando el hijo le pregunta al padre: "Papá ¿el día de mañana seré como tú?" Hostias, que yo también me hago esa pregunta, si mi hijo será como yo, y casi prefiero que no lo sea. No sé, es que no puedo ser imparcial. Es que tengo un trastorno de la personalidad y ver su historia me hace conectar con mi historia. Pero ¿Es que alguien es imparcial? POR CIERTO, PERIODISTAS QUE DECIS QUE ROVIRA NO SABE HACER DRAMA (sin acritud, eh, pero): QUE OS DEN POR CULO. Con lo que he llorado, me han llegado TODOS, absolutamente todos (GRANDE ROVIRA, GRACIAS) y tener que oir eso. No sé, la sensación que tengo es como cuando Jose Luis López Vázquez cambió de registro y recibió criticas. Pero yo creó las recibió como ahora Dani, como si fuera un terreno vetado, sin mirar con una mente abierta.

Sin duda, una comedia de lo más grande y de lo más argentina. Con ese toque tragicómico que nos muestra verdades de la vida como el desengaño, la apatía, la desilusión, y la lucha, la amistad, el amor...en fin, ingredientes no le faltan hasta película para reir y para reflexionar, para sentir y para pensar. ¡Qué grande, pive es vuestro cine¡ Sos la leche. Gracias, una vez más.

Menos mal que no esperaba gran cosa, pero es que Peter me ha sorprendido y NO para bien. Creo que podría haber hecho mucho más si no hubiera sido por la cantidad de tiempo tan largo que se tiran en la Isla de la Calavera. Muchos efectos especiales que, esta vez, sí que le juegan una mala pasada (mucho ordenador). En fin, que con hora y media o dos horas de buena película hubiera sido suficiente. No tanto esplendor para esto. Sin duda, me quedo con el clásico en B y N.

Esta película no tiene grandes efectos, ni disparos, ni intriga ni acción...y sin embargo es maravillosa, porque habla de la vida misma, de la cotidianidad, de los sentimientos, la búsqueda de la huida de la monotonía. Quizá más de una vez todos hemos soñado con marchar a una ciudad y pensamos en que todo sea distinto, sin embargo, Sam Mendes nos muestra cómo todo sería una especie de eterno retorno ¿Dónde está la solución? Ojála lo supiera, el caso es que la hipocresía, el consumismo, el irremediable vacío que se muestra en esta película es el mismo que sentimos todos muchas veces en nuestras vidas.

Si esta película no la hubieran dado la publicidad que se le ha dado, así como el hecho de que está en las grandes pantallas, bien podríamos verla por a3 en las tardes de los fines de semana. eso sí, está película tiene aspectos muy destacables (al menos para mí): en primer lugar las actuaciones, todas muy buenas, sobre todo la de la protagonista; en segundo lugar, destacar la simbología utilizada: fijarse en el suelo de los juzgados, así como en su forma, que bien parece una iglesia, además, para más inri, las ventanas están, como en las iglesias, con vidrieras; creo que se ha hecho un buen manejo de la cámara y que el guión es bueno. La verdad es que está bien eso de que te dejen ver las dos formas de entender la historia de esta chica: bien como una chica endemoniada, bien como una muchacha con problemas psicológicos. Eso sí, el director nos encamina, por diversos motivos que ya veréis en creer en lo segundo. Quizá hubiera sido mejor salir del cine concluyendo cada uno su idea, a favor de una postura u otra.