El cine es un medio para contar historias. No basta con tener ideas, hay que saber ejecutarlas en una historia bien contada a través del medio. O corno tiene ideas vagas que flotan por ahí, que quedan muy bien cuando planeas la película, cuando la presentas en un festival y cuando la crítica habla de ella. Y claro, “O corno habla de la maternidad, del aborto de la sociedad española del siglo XX y de la dura situación que atraviesa una mujer”. No niego que esos temas no estén, pero, ¿y lo mala que es la película en sí qué? La ejecución es pésima. La trama no da para tanto como cabría esperar. Es una cinta demasiado lenta sin motivo, que provoca sopor y desaprovecha la oportunidad de generar intriga. Por no hablar de lo bruscos que resultan algunos de los “giros”; la película tarda mucho para contar cosas no tan importantes y en un par de planos resuelve los conflictos más destacados.
Uno de mis principales problemas ha sido la actuación de Janet Novás en el papel principal: es muy difícil conectar con una protagonista tan sosa y poco expresiva por muchas dificultades que esté atravesando.
Las ideas vagas y genéricas no hacen películas. O corno no tiene una buena historia que contar por mucho que meta (a veces con calzador) cualquier reflexión social que se le ocurra. Y además, lo poco que tiene que aún así podría haber dado para algo decente, lo cuenta mal.

Esta crítica viene de un fan incondicional de Disney, que cree que Desencantada: Vuelve Giselle fue una de las mejores películas del 2022 y que suele disfrutar mucho de estos remakes live-action que le ha dado por hacer a Disney. Hasta a una película tan vapuleada y con muchos fallos como Pinocho de Robert Zemeckis le supo ver parte del encanto gracias a Tom Hanks.
Por desgracia, Peter Pan & Wendy se coloca como uno de los peores remakes live-action de la casa del ratón; una cinta insulsa en todos los aspectos. La trama deja mucho que desear, pero eso casi que me importa menos; es peor lo aburrida y sosa que es la película. Cero emoción, cero dinamismo, cero entretenimiento. Escenas y diálogos paupérrimos pese al intento (valiente) de dotar de mayor profundidad y complejidad al relato, y unas secuencias de acción penosas.
Se salva entre tanta mediocridad un estupendo Jude Law como el Capitán Garfio, que además se nota que se está divirtiendo en el papel. Los demás, excepto quizás Wendy, nada carismáticos o memorables. Peter Pan con el mismo gesto toda la película, John y Michael irrelevantes, y una Campanilla a la que directamente le han cambiado la personalidad y su arco respecto al film animado para absolutamente nada: su única función es echar polvo de hada para volar cuando se necesita.
Y en cuanto a la polémica cuestión racial, a mí personalmente no es que me moleste, pero considero que no es lo que hace falta. Si se quieren atajar los problemas de representación y diversidad en Hollywood, la solución no es cambiar cuentos cuyos personajes originalmente eran blancos; lo que hay que hacer es crear nuevos personajes y dar voz a personas de color que tengan historias que contar.
En resumen, Peter Pan & Wendy carece de la magia necesaria para que pueda ser disfrutada. Sí queréis ver una película de Peter Pan en acción real buena, ir a por la versión del 2003 protagonizada por Jeremy Sumpter o la última que hizo Joe Wright; ambas le dan mil vueltas y son películas de aventuras infinitamente mejores.

Esta crítica viene de alguien cuya película favorita de Marvel es Thor: El Mundo Oscuro (no, no es broma), que precisamente en esta web es de las peores valoradas del MCU (injustamente).
Hace unos años, el dios del trueno sufrió un cambio radical con Thor: Ragnarok, película que supuso su paso a la comedia. Thor siempre ha sido un personaje carismático y divertido; en Ragnarok insistieron un poco más en sus puntos graciosos, pero manteniendo la parte dramática con un arco muy bueno en el que asumía su identidad como dios del trueno. Infinity War trajo posiblemente la mejor versión del personaje para que después Endgame se lo cargara, pero dejando la puerta abierta a que volviera el Thor que todos conocíamos. Y por desgracia no ha sido así.
Si en Ragnarok Waititi mezclaba la parte dramática con la comedia para que la transición fuese fluida, aquí va a saco con la comedia hasta el punto de que se vuelve excesiva, algo que representa el propio Thor, convertido en un mono de feria. Ya no hay rastro de ese dios épico que presentó Kenneth Brannagh hace diez años. Ahora es un payaso que se limita a soltar paridas cada dos minutos. En general, la necesidad de Taika Waititi de meter chistes a cada nanosegundo resulta cuanto menos irritante, más aún si eso arruina momentos emocionales o épicos o si una broma se exagera hasta que pierde la gracia. La película es entretenida, pero se hace pesada con tanta payasez que encima ni siquiera tiene la gracia que si tenía Ragnarok. De las cabras chillonas mejor ni hablamos.
Si el tema de la comedia es molesto de por sí, es peor aún cuando intentan meter una historia emotiva relacionada con Jane Foster o a un villano terrorífico como Gorr, casi arruinándolos al meter chascarillos en sus escenas (en Ragnarok las escenas con Hela eran serias). Además, la historia de Jane tiene alguna que otra contradicción (ver en spoilers).
Precisamente el retorno de Natalie Portman, bordándolo como la poderosa Thor alias doctora Jane Foster y el terrorífico carnicero de los dioses de Christian Bale (uno de los mejores villanos de Marvel) son lo mejor de la película junto con una escena magistralmente dirigida en blanco y negro.
Russel Crowe como Zeus también mola, así como la Valkiria de Tessa Thompson. Korg destacaba en las anteriores películas como alivio cómico, pero como aquí todo es cómico pues es un personaje que resulta bastante indiferente.
Ni siquiera Michael Giacchino, que viene de arrasar con The Batman, logra aquí una BSO memorable. Y las escenas de acción podrían estar mucho más logradas.
En definitiva, Love and Thunder es una comedia agotadora que se termina de cargar al personaje de Thor y resta encanto a elementos del filme que si son buenos como su heroína o su villano. Por desgracia, para mí se queda entre lo más flojo de Marvel. Thor, que bajo has caído.

Disney es tantas cosas. Es ilusión, es emoción, es sueños, es un mundo de posibilidades infinitas…es magia. Desde que se fundará hace justo 100 años, nos ha demostrado a través de películas, cortos, personajes icónicos y mucho más que si crees en ella, la magia existe. Y todo eso se une en este corto en el que es mágico ver a todos los personajes juntos durante 7 minutos, pero más mágico es cómo te emociona, porque revives todo lo que Disney te ha hecho sentir, piensas en lo que todavía está por venir, y ese espíritu que tiene el estudio te invade. Te emocionas como pocas veces consigue emocionarte una película, una serie o un corto. No se me ocurre mejor manera de celebrar un centenario legendario que con esta pequeña aventura. Por enésima vez pero con la misma energía y potencia de siempre, Disney no demuestra que los sueños están ahí para que luchemos por ellos y se cumplan, y que esta vida tiene mucha más magia. Gracias Disney, por todo lo que fue, es y será.

A falta de que lleguen a España algunos de los grandes estrenos de 2022 como Babylon o Los Fabelman, Guy Ritchie ha sido el encargado de dar el pistoletazo de salida al 2023 en términos cinematográficos con Operación Fortune. Nos encontramos ante el retorno de Ritchie a los thrillers de espías tras la estupenda e infravalorada Operación U.N.C.L.E., y se nota que el director está cómodo en este ambiente. Es un género que le permite desplegar su particular estilo en todo su esplendor, al tiempo que juega con los elementos característicos del thriller de espionaje. Operación Fortune es una versión juguetona y divertida de James Bond, sin un personaje principal tan carismático (Jason Statham haciendo de Jason Statham cumple, aunque sin más) pero con su trama de amenaza global, la “chica Bond” (sorprendente Aubrey Plaza), y un delicioso villano que en este caso, ensombrece al protagonista y a prácticamente todo el reparto: tremendo Hugh Grant. El actor ha encontrado en sus colaboraciones con Ritchie unos personajes muy alejados de la imagen de galán de comedias románticas que tenemos de él, y le sienta de maravilla. Además, debo destacar al genial Cary Elwes, un actor que ha estado mucho tiempo fuera del mapa y que ahora parece volver a poco: primero con Stranger Things y ahora con esto.
Semejante reparto sostiene y básicamente conduce el film for sus diversos derroteros a las órdenes de Ritchie, a sabiendas de que no importa tanto la trama sino como los personajes se mueven en ella y la forma en que está es construida (su desarrollo es bastante cliché). Estilo sobre sustancia, sí, pero es algo que Ritchie sabe hacer a la perfección.
Operación Fortune son dos horas de pura diversión con un Guy Ritchie en su zona de comfort y entregando uno de sus mejores trabajos. Una fantástica manera de empezar el viaje cinematográfico de este 2023.