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7.9
67,782
6
11 de agosto de 2019
11 de agosto de 2019
14 de 30 usuarios han encontrado esta crítica útil
Bong Joon-ho intenta hacer crítica social pero con tanto miedo a ser tildado de comunista que consigue el efecto contrario, lo mismo que le ocurrió con Snowpiercer. Porque si ponemos a un lado de la balanza sus sutiles detalles humanistas y al otro el trazo grueso de sus mezquinos protagonistas, está claro qué acaba predominando en el film, una estrategia ideológica ya criticada en libros como Chavs, de Owen Jones.
Como inesperado diagnóstico de lo que pretende el trasfondo ideológico del film, se podría decir que nunca podrá haber en Corea del Sur una izquierda sin complejos hasta que desaparezca Corea del Norte.
Si Bong Joon-ho tiene tanto miedo a que le tomen por comunista, quizás debería dejar de mostrar en sus films los contrastes entre las clases sociales y dedícarse al entretenimiento sin más.
Como inesperado diagnóstico de lo que pretende el trasfondo ideológico del film, se podría decir que nunca podrá haber en Corea del Sur una izquierda sin complejos hasta que desaparezca Corea del Norte.
Si Bong Joon-ho tiene tanto miedo a que le tomen por comunista, quizás debería dejar de mostrar en sus films los contrastes entre las clases sociales y dedícarse al entretenimiento sin más.
3 de agosto de 2016
3 de agosto de 2016
0 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Este film de 1981, o la novela de Taku Mayumura en que está basado, parece haber influido a Ryoichi Ikegami y Kazuya Kudo en su conocido manga 'Mai, The Psychic Girl' ('Mai, la chica con poderes' en la edición española), originalmente publicado en 1985. Me extraña que nadie haya comentado esto por ningún sitio.

6.5
18,629
7
20 de febrero de 2022
20 de febrero de 2022
3 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
No es difícil imaginar en este film una escena protagonizada por Philip Seymour Hoffman haciendo de viejo empresario abandonado a su soledad, y en bancarrota, recordando a modo de consuelo su juventud, todos los momentos que componen Licorice Pizza.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Por la cantidad de temas que quedan colgados en Licorice Pizza (¿qué pasó con las carreras de actores de Gary y Alana, los protagonistas?) sólo puede entenderse este film como una acumulación de retazos, de recuerdos idealizados, pero ¿de quién? ¿de Gary o de Alana? Sólo si eres hombre, blanco, hetero y con dinero, o con cierta facilidad para ganarlo, puedes tener ganas de quedarte a vivir en este film. Porque con la angustia que sufre Alana en ese constante estar entre la espada y la pared, la pobreza o un niñato estúpido y emprendedor ¿puede una mujer querer vivir en este film? Y sin embargo se requieren los recuerdos de ambos protagonistas para generar Licorice Pizza. Hay ahí una incoherencia.
Por cierto, creo que Licorice Pizza no pasa el test de Bechdel que, recordemos, es un test de mínimos. Probablemente ningún film de PTA lo pase. Eso da pistas de por qué el director ha hecho tan pocos films ambientados en la actualidad. Se refugia en el pasado pensando que no notaremos la misoginia con la que trata a sus personajes femeninos (objetos sexuales pensantes, sí, pero que piensan sólo con quién emparejarse para subir de estatus económico).
Además, por si no quedara suficientemente clara la mirada ultra masculinizada del film, PTA introduce aquí al menos dos tópicos habituales de las películas para pajilleros:
- Un niño enamorándose de una mujer adulta (ver Summer of '42), relación imposible que sin embargo no acaba mal.
- Gary puede tener, en pantalla, otras relaciones amorosas que acaban bien pero a Alana no se la ve en ningún momento tenerlas o no acaban bien. Gary puede hacer lo que quiera pero Alana está reservada para él, no sea que se enfade el espectador masculino.
Por otro lado, el film puede también entenderse como un burdo panfleto para enrolar niños con picores adolescentes a la causa del capitalismo. Si eres un emprendedor y sabes aprovecharte de manera individualista e inmoral de las oportunidades que la vida te da para ganar dinero, conseguirás ligar por encima de tus posibilidades: bastante ridículo.
¿Y por qué mi buena nota entonces en este review? PTA adereza todo lo contado con buen hacer cinematográfico. Por ejemplo, es interesante cómo aprende esa fórmula fragmentaria de narrar de la adaptación de su anterior película, Inherent Vice (2014). Esta vez lo prueba, en cambio, en un guion original.
Similar trayecto creativo hizo antes Michael Haneke, pasando en 1997 de la adaptación de la novela inacabada Das Schloss, de Franz Kafka, en la que mantenía su narración accidentalmente fragmentaria, a su guion original, esta vez deliberadamente partido en retazos, de Das weisse band (2009). También Fellini, en 1969, convirtió en estilo deconstruido los fragmentos del Satiricón, de Petronio. Tanto en Das Schloss como en Satiricón no sólo falta continuidad entre escenas, también algunas quedan interrumpidas abruptamente, como en los libros de los que parten. PTA, por cierto, no llega tan lejos. Lo que sí está claro es que en todos estos trabajos, los momentos más sugerentes son los no rodados, los fragmentos inexistentes.
Así que PTA ha sabido envolver de buen cine cierto romanticismo capitalista con el que no comulgo. Tras el desengaño político-idealista-amoroso, a Alana sólo le queda resignarse, sólo le queda el niño empresario, acosador y oportunista.
Por cierto, creo que Licorice Pizza no pasa el test de Bechdel que, recordemos, es un test de mínimos. Probablemente ningún film de PTA lo pase. Eso da pistas de por qué el director ha hecho tan pocos films ambientados en la actualidad. Se refugia en el pasado pensando que no notaremos la misoginia con la que trata a sus personajes femeninos (objetos sexuales pensantes, sí, pero que piensan sólo con quién emparejarse para subir de estatus económico).
Además, por si no quedara suficientemente clara la mirada ultra masculinizada del film, PTA introduce aquí al menos dos tópicos habituales de las películas para pajilleros:
- Un niño enamorándose de una mujer adulta (ver Summer of '42), relación imposible que sin embargo no acaba mal.
- Gary puede tener, en pantalla, otras relaciones amorosas que acaban bien pero a Alana no se la ve en ningún momento tenerlas o no acaban bien. Gary puede hacer lo que quiera pero Alana está reservada para él, no sea que se enfade el espectador masculino.
Por otro lado, el film puede también entenderse como un burdo panfleto para enrolar niños con picores adolescentes a la causa del capitalismo. Si eres un emprendedor y sabes aprovecharte de manera individualista e inmoral de las oportunidades que la vida te da para ganar dinero, conseguirás ligar por encima de tus posibilidades: bastante ridículo.
¿Y por qué mi buena nota entonces en este review? PTA adereza todo lo contado con buen hacer cinematográfico. Por ejemplo, es interesante cómo aprende esa fórmula fragmentaria de narrar de la adaptación de su anterior película, Inherent Vice (2014). Esta vez lo prueba, en cambio, en un guion original.
Similar trayecto creativo hizo antes Michael Haneke, pasando en 1997 de la adaptación de la novela inacabada Das Schloss, de Franz Kafka, en la que mantenía su narración accidentalmente fragmentaria, a su guion original, esta vez deliberadamente partido en retazos, de Das weisse band (2009). También Fellini, en 1969, convirtió en estilo deconstruido los fragmentos del Satiricón, de Petronio. Tanto en Das Schloss como en Satiricón no sólo falta continuidad entre escenas, también algunas quedan interrumpidas abruptamente, como en los libros de los que parten. PTA, por cierto, no llega tan lejos. Lo que sí está claro es que en todos estos trabajos, los momentos más sugerentes son los no rodados, los fragmentos inexistentes.
Así que PTA ha sabido envolver de buen cine cierto romanticismo capitalista con el que no comulgo. Tras el desengaño político-idealista-amoroso, a Alana sólo le queda resignarse, sólo le queda el niño empresario, acosador y oportunista.
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