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Críticas ordenadas por utilidad
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8
4 de julio de 2010
4 de julio de 2010
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Corría la década de los 50 y EEUU vivía una revolución industrial, un nuevo tipo de fuente de energía que alcanzaba unos niveles energéticos jamás creados en toda la historia de la Humanidad. Y que a la larga crearía el arma de mayor destrucción sobre la faz de la Tierra, marcando una nueva época: la Era Atómica.
Para la inmensa mayoría del público norteamericano, la energía atómica y uno de sus principales características (la radioactividad) era un elemento totalmente desconocido y exótico, convirtiéndose en la nueva Piedra Filosofal capaz de transmutar la materia a niveles atómicos. El mundo cinematográfico no se quedó indiferente frente a ello y las pantallas de los cines se vieron invadidas por películas de dudosa calidad, en las que gracias a la radiación y a la imprudencia del ser humano en su enésimo intento de jugar a ser dios, se creaban monstruos (hormigas gigantescas en "Them!", desde Japón dinosaurios con mal humor en "Godzilla") o bien superhombres (como ocurriría muy posteriormente en films como "Spider-man" o Hulk). Eran películas que debido a su escaso presupuesto y a su irrisoria trama, dirigidas para un masivo público juvenil, provocaron que la mayoría de estas cintas cayeran en el olvido o en alguna estantería de algún mitómano; muy pocas de ellas se convertirían en pioneras perdurando su espíritu con el paso de los años.
En este caso "El increíble hombre menguante" se encuentra dentro de esta categoría. Nos encontramos a un hombre que debido al contacto con una nube de origen desconocido contempla con estupor cómo su cuerpo va reduciéndose de tamaño con el transcurso de los días y no hay ningún remedio para invertir o parar este proceso. Los efectos más que especiales son "efectos de ingenio", ya que para dar un mayor realismo de cómo el personaje vería "agrandar" su entorno se hace uso de decorados que van agrandando hasta cotas insospechables, unido esto a la utilización de dobles pantallas e inmensas maquetas que consiguen recrear un universo sorprendente.
******* Continua la crítica en el "spolier" por falta de espacio *******
Para la inmensa mayoría del público norteamericano, la energía atómica y uno de sus principales características (la radioactividad) era un elemento totalmente desconocido y exótico, convirtiéndose en la nueva Piedra Filosofal capaz de transmutar la materia a niveles atómicos. El mundo cinematográfico no se quedó indiferente frente a ello y las pantallas de los cines se vieron invadidas por películas de dudosa calidad, en las que gracias a la radiación y a la imprudencia del ser humano en su enésimo intento de jugar a ser dios, se creaban monstruos (hormigas gigantescas en "Them!", desde Japón dinosaurios con mal humor en "Godzilla") o bien superhombres (como ocurriría muy posteriormente en films como "Spider-man" o Hulk). Eran películas que debido a su escaso presupuesto y a su irrisoria trama, dirigidas para un masivo público juvenil, provocaron que la mayoría de estas cintas cayeran en el olvido o en alguna estantería de algún mitómano; muy pocas de ellas se convertirían en pioneras perdurando su espíritu con el paso de los años.
En este caso "El increíble hombre menguante" se encuentra dentro de esta categoría. Nos encontramos a un hombre que debido al contacto con una nube de origen desconocido contempla con estupor cómo su cuerpo va reduciéndose de tamaño con el transcurso de los días y no hay ningún remedio para invertir o parar este proceso. Los efectos más que especiales son "efectos de ingenio", ya que para dar un mayor realismo de cómo el personaje vería "agrandar" su entorno se hace uso de decorados que van agrandando hasta cotas insospechables, unido esto a la utilización de dobles pantallas e inmensas maquetas que consiguen recrear un universo sorprendente.
******* Continua la crítica en el "spolier" por falta de espacio *******
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Scott (Grant Williams), un hombre de clase media con todas sus metas en la vida logradas, deberá enfrentarse a aquello que nunca había necesitado: la supervivencia en su estado más primitivo. El guión nos muestra perfectamente el desmoronamiento de la idílica vida de Scott (su familia, trabajo, amistades), quedando él mismo como único acompañante en un extraño viaje de incierto destino. Aquello que antes le parecía algo trivial (comer, vestirse, comunicarse o desplazarse) se irá convirtiendo en autenticas barreras infranqueables. El protagonista es testigo, con cierto pavor, de cómo su posición en la escala alimentaria va descendiendo a medida que su cuerpo se reduce en tamaño, pasando de la confortable figura de “super-depredador” a pasar a ser una despavorida víctima de cualquier insecto. Sin embargo, hay en él un cambio más profundo que el mero físico, ya que mientras más pequeño se hace su cuerpo… su "yo" va creciendo de forma exponencial. Gracias esto en gran medida a la soledad que le impondrá el no volver a comunicarse con ningún ser vivo... Su toma de conciencia de lo que realmente le sucede, el sentido de su vida, será lo que finalmente le haga abrir las puertas del conocimiento absoluto y en cierta medida dejar de ser un ser humano.
Magnífico desenlace, que sólo refleja el compromiso por parte del director por darle un cariz de dignidad que flota en toda la obra, consiguiendo apartarse del resto de filmes que en aquella época se rodaban sobre una ciencia ficción todavía en pañales.
Cine de culto dentro de la ciencia-ficción: imprescindible.
Magnífico desenlace, que sólo refleja el compromiso por parte del director por darle un cariz de dignidad que flota en toda la obra, consiguiendo apartarse del resto de filmes que en aquella época se rodaban sobre una ciencia ficción todavía en pañales.
Cine de culto dentro de la ciencia-ficción: imprescindible.
1
31 de julio de 2019
31 de julio de 2019
7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Otro claro ejemplo de que los efectos visuales no valen nada si te encuentras una trama, personajes y situaciones que son una mierda pinchada en un palo. No sé como será la serie, pero este episodio y medio que he visto ha sido un agujero negro de vergüenza ajena. En vez de llamarse Another Life debería titularse Another Cagarro.
P.D. ni el morbo por saber que ocurría detrás de todo me ha movido a seguir hasta el final. Hay muchas series por ver y libros por leer de ciencia ficción, como para martirizarme con una tripulación que se supone que va a salvar el mundo y parece haber salido de un programa de "reality". Un saludo y ánimo a todos.
P.D. ni el morbo por saber que ocurría detrás de todo me ha movido a seguir hasta el final. Hay muchas series por ver y libros por leer de ciencia ficción, como para martirizarme con una tripulación que se supone que va a salvar el mundo y parece haber salido de un programa de "reality". Un saludo y ánimo a todos.

8.3
155,696
9
14 de enero de 2011
14 de enero de 2011
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desgarradora historia en la cual Tony Kaye, (director esporádico que desaparecería de la escena cinematográfica) pone sobre el tapete uno de los grandes azotes que padece el mundo civilizado: el racismo. Y más concretamente el neo-nazismo floreciente en la cultura norteamericana envenenada por las armas. Su punto de vista nace de un intento de comprender porqué alguien normal puede acabar lleno de un odio y furia irracional hacia una raza, el proceso de “captación” y posterior lavado de cerebro, de la impotencia de la unidad familiar frente a este problema. Todo esto sin caer en el melodrama forzado.
Las imágenes son crudas porque la realidad también lo es, realizándonos una perfecta radiografía del mundo que rodea al movimiento neonazi con una mirada distante sin regodearse en estereotipos sensacionalistas, y sin aparecer todos como demonios o ángeles… simplemente se ve a unos chicos que han perdido su camino. Siendo el camino tomado por Derek el de la redención que parte, no de una doctrina sino de un aprendizaje y de la comprensión al otro, es un atajo que nace del interior, pero este recorrido será angustioso, no falto de dificultades y no sólo por parte de su entorno sino de la sociedad en general.
Bella película donde se ensalza el amor (a su hermano) y a la esperanza. La actuación de Edward Norton le supuso el espaldarazo definitivo como un consagrado actor y mi admiración permanente. Película para hacerte pensar el porqué de las cosas
Las imágenes son crudas porque la realidad también lo es, realizándonos una perfecta radiografía del mundo que rodea al movimiento neonazi con una mirada distante sin regodearse en estereotipos sensacionalistas, y sin aparecer todos como demonios o ángeles… simplemente se ve a unos chicos que han perdido su camino. Siendo el camino tomado por Derek el de la redención que parte, no de una doctrina sino de un aprendizaje y de la comprensión al otro, es un atajo que nace del interior, pero este recorrido será angustioso, no falto de dificultades y no sólo por parte de su entorno sino de la sociedad en general.
Bella película donde se ensalza el amor (a su hermano) y a la esperanza. La actuación de Edward Norton le supuso el espaldarazo definitivo como un consagrado actor y mi admiración permanente. Película para hacerte pensar el porqué de las cosas

6.6
30,921
9
16 de agosto de 2010
16 de agosto de 2010
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Héctor (Karra Elejalde) y Clara (Candela Fernández) pertenecen a ese tipo de matrimonios que aún siguen amándose a pesar de los años, acaban de mudarse a una casa en la montaña. Alejados de sus estresantes ritmos de vida, aquel es un lugar apacible, rodeado de un enorme bosque y sin ningún vecino que le incordie. Ciertamente son felices. Para Héctor todo aquello es algo nuevo, de hecho se ha comprado unos prismáticos con la esperanza de divisar algún animal salvaje en la espesura. Esa afición le llevará a avistar una enigmática y bella chica (Bárbara Goenaga) que será la desencadenante de una serie de acontecimientos que le acercaran a un misterioso personaje vestido con un viejo abrigo y cuyo rostro es ocultado bajo un vendaje de color rosáceo. Su encuentro y sus posteriores consecuencias convertirán aquel placentero lugar en un extraño sueño en el que Héctor no desearía estar […] porque lo que no sabe Héctor es que ha tenido un encuentro con un viajero del tiempo.
Los viajes en el tiempo han sido un tema muy recurrente en el cine, la posibilidad de que alguien pueda viajar a otras épocas es demasiado tentadora, saltarse todas las leyes del flujo natural de las cosas, conseguir una pseudo-inmortalidad y adquirir la facultad de poder cambiar algún hecho acontecido es una idea que ha seducido al hombre desde que H.G. Wells nos abriera las puertas de la imaginación con su novela "The Time Machine"(1895). El cine ha tomado eco de este hecho y no han sido pocas veces en la que en la gran pantalla han podido verse viajes en el tiempo, ya sea como resultado de algún misterioso artefacto (El tiempo en sus manos, 12 monos, Timeline), o por algún estado alterado de la mente (The jacket, En algún lugar del tiempo), o por alguna anomalía exótica (Experimento Philadelphia, El final de la cuenta atrás) [...] Ya sea desde un punto de vista especulativo sobre la influencia del mismo en la sociedad (Primer) hasta el puro entretenimiento (Regreso al futuro). Lo cierto es que siempre nos han acercado distintas visiones o hipótesis -más ajustadas o no- de cómo sería un viaje (y las consecuencias) en un entorno tan extraño para nosotros como es el Espacio-tiempo.
Con este punto de partida nace esta película, en acercándonos la visión de un viaje en el tiempo pero de una forma que jamás lo habíamos contemplado antes.
El cántabro Nacho Vigalongo - director, guionista, actor, bailarín e incluso cantante- se aparta de dos de los grandes arquetipos que se repiten en los filmes de viajes temporales: el primero es que no nos muestra el punto de vista del viajero sino del testigo que contemplará su llegada y sus consecuencias. Y el segundo, es el fin del viaje en el tiempo, el viajero no pretende cambiar un hecho transcendente para la humanidad ni está en ningún momento interesado en inmiscuirse con los seres humanos.
El gran mérito de esta película descansa sobre dos grandes pilares: la interpretación de...
Los viajes en el tiempo han sido un tema muy recurrente en el cine, la posibilidad de que alguien pueda viajar a otras épocas es demasiado tentadora, saltarse todas las leyes del flujo natural de las cosas, conseguir una pseudo-inmortalidad y adquirir la facultad de poder cambiar algún hecho acontecido es una idea que ha seducido al hombre desde que H.G. Wells nos abriera las puertas de la imaginación con su novela "The Time Machine"(1895). El cine ha tomado eco de este hecho y no han sido pocas veces en la que en la gran pantalla han podido verse viajes en el tiempo, ya sea como resultado de algún misterioso artefacto (El tiempo en sus manos, 12 monos, Timeline), o por algún estado alterado de la mente (The jacket, En algún lugar del tiempo), o por alguna anomalía exótica (Experimento Philadelphia, El final de la cuenta atrás) [...] Ya sea desde un punto de vista especulativo sobre la influencia del mismo en la sociedad (Primer) hasta el puro entretenimiento (Regreso al futuro). Lo cierto es que siempre nos han acercado distintas visiones o hipótesis -más ajustadas o no- de cómo sería un viaje (y las consecuencias) en un entorno tan extraño para nosotros como es el Espacio-tiempo.
Con este punto de partida nace esta película, en acercándonos la visión de un viaje en el tiempo pero de una forma que jamás lo habíamos contemplado antes.
El cántabro Nacho Vigalongo - director, guionista, actor, bailarín e incluso cantante- se aparta de dos de los grandes arquetipos que se repiten en los filmes de viajes temporales: el primero es que no nos muestra el punto de vista del viajero sino del testigo que contemplará su llegada y sus consecuencias. Y el segundo, es el fin del viaje en el tiempo, el viajero no pretende cambiar un hecho transcendente para la humanidad ni está en ningún momento interesado en inmiscuirse con los seres humanos.
El gran mérito de esta película descansa sobre dos grandes pilares: la interpretación de...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
...los actores y, sobretodo, un interesante y meticuloso guión.
Un sólido elenco de actores encabezados por un genial Karra Elejalde que está soberbio en su papel de Héctor, un tipo de mediana edad y sencillo, que no anda preocupado por su físico ni por el estrés del trabajo... su felicidad no se encuentra más allá de los ojos de su mujer, a la cual venera y que por culpa de un extraño hombre, verá como todo parece tambalearse peligrando incluso su vida, y que por su culpa será testigo de una verdad que le pondrá a prueba sus propios límites. Su amada esposa la encarnará una Candela Fernández que consigue transmitir en tan pocos momentos toda la ternura que Clara encierra hacia Héctor, y permanecerá perpleja sin entender nada sobre lo que ocurrirá. Bárbara Goenaga será “la chica del bosque” quien no solo perturbará con su cuerpo a Héctor sino al propio espectador; incluso el mismo Nacho Vigalondo hará sus pinitos como actor haciendo de un incrédulo científico que se convertirá en pieza clave para Héctor. Todos ellos, junto con el viajero del tiempo, hacen un gran trabajo pero sin duda alguna que esto no sería posible si el guión creado por Vigalondo y su forma en cómo desarrolla la historia. En donde la carencia de efectos especiales está recompensado con creces con bastante ingenio, su director va mostrado poco a poco al espectador (y a su vez al protagonista) cada uno de los pequeños e invisibles engranajes que conformaran el monstruoso engendro que para Héctor se convertirá el Tiempo en sí. Donde la realidad que Héctor ve es sólo una imagen mostrada entre dos espejos enfrenados, apareciendo en la película un concepto nuevo… un tipo de claustrofobia en la que será extrapolada a la cuarta dimensión. Y todo esto sucede en un paraje casi idílico, localizado entre verdes valles de Cantabria y Euskadi, que se convierte en una especie de inmenso laboratorio "esterilizado" de presencia humana, incrementando no sólo su aislamiento sino su carácter onírico a la historia.
Respecto a la banda sonora, el espectador apenas notara su presencia, ya que estaremos acompañados continuamente por los ruidos del bosque, salvo momentos donde el compositor Chucky Namanera creará unos temas que recubrirán de tensión la atmósfera.
Estamos, no me cabe duda, ante una de las mejores películas del cine español y posiblemente de las que más he disfrutado en estos últimos años. El trabajo de Vigalongo es encomiable, tanto detrás como delante las cámaras. Apostar por un género tan desvalorizado en el cine español como es la ciencia ficción, con poco presupuesto y que encima que el resultado sea tan excelente merece, por mi parte, un sincero aplauso.
Inmerecido pues, que este film este carente de algún tipo de premio que atestigüe su gran aporte dentro del mundo cinematográfico e incomprensible que en Hollywood estén planteando hacer un remake de esta película que de por sí está perfectamente ejecutada.
Película de culto con denominación de origen.
Un sólido elenco de actores encabezados por un genial Karra Elejalde que está soberbio en su papel de Héctor, un tipo de mediana edad y sencillo, que no anda preocupado por su físico ni por el estrés del trabajo... su felicidad no se encuentra más allá de los ojos de su mujer, a la cual venera y que por culpa de un extraño hombre, verá como todo parece tambalearse peligrando incluso su vida, y que por su culpa será testigo de una verdad que le pondrá a prueba sus propios límites. Su amada esposa la encarnará una Candela Fernández que consigue transmitir en tan pocos momentos toda la ternura que Clara encierra hacia Héctor, y permanecerá perpleja sin entender nada sobre lo que ocurrirá. Bárbara Goenaga será “la chica del bosque” quien no solo perturbará con su cuerpo a Héctor sino al propio espectador; incluso el mismo Nacho Vigalondo hará sus pinitos como actor haciendo de un incrédulo científico que se convertirá en pieza clave para Héctor. Todos ellos, junto con el viajero del tiempo, hacen un gran trabajo pero sin duda alguna que esto no sería posible si el guión creado por Vigalondo y su forma en cómo desarrolla la historia. En donde la carencia de efectos especiales está recompensado con creces con bastante ingenio, su director va mostrado poco a poco al espectador (y a su vez al protagonista) cada uno de los pequeños e invisibles engranajes que conformaran el monstruoso engendro que para Héctor se convertirá el Tiempo en sí. Donde la realidad que Héctor ve es sólo una imagen mostrada entre dos espejos enfrenados, apareciendo en la película un concepto nuevo… un tipo de claustrofobia en la que será extrapolada a la cuarta dimensión. Y todo esto sucede en un paraje casi idílico, localizado entre verdes valles de Cantabria y Euskadi, que se convierte en una especie de inmenso laboratorio "esterilizado" de presencia humana, incrementando no sólo su aislamiento sino su carácter onírico a la historia.
Respecto a la banda sonora, el espectador apenas notara su presencia, ya que estaremos acompañados continuamente por los ruidos del bosque, salvo momentos donde el compositor Chucky Namanera creará unos temas que recubrirán de tensión la atmósfera.
Estamos, no me cabe duda, ante una de las mejores películas del cine español y posiblemente de las que más he disfrutado en estos últimos años. El trabajo de Vigalongo es encomiable, tanto detrás como delante las cámaras. Apostar por un género tan desvalorizado en el cine español como es la ciencia ficción, con poco presupuesto y que encima que el resultado sea tan excelente merece, por mi parte, un sincero aplauso.
Inmerecido pues, que este film este carente de algún tipo de premio que atestigüe su gran aporte dentro del mundo cinematográfico e incomprensible que en Hollywood estén planteando hacer un remake de esta película que de por sí está perfectamente ejecutada.
Película de culto con denominación de origen.

7.1
54,246
9
10 de enero de 2011
10 de enero de 2011
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
En un futuro no muy lejano, el colapso energético ha llevado al hombre a buscar una nueva fuente de energía: el Helio-3, que se obtiene de un mineral que se deposita en la superficie de los planetas. Gracias a este proceso la humanidad ha dado un paso gigantesco en el dominio de los viajes interplanetarios [...] Sam Bell (Sam Rockwell) es un empleado de mantenimiento en una plantación de extracción de H3 en la cara oculta de la Luna. Su contrato es de 3 años con la Lunar Industries, permaneciendo allí sólo con la única compañía de una computadora llamada GERTY (voz en la versión original a cabo de Kevin Spacey).
Sam sobrelleva todo con la esperanza de volver a ver a su esposa e hija, contando los días para su regreso. A falta de dos semanas, unas extrañas visiones le hacen desembocar en una serie de acontecimientos inesperados que le enfrentará a una aterradora revelación que cambiará su vida y su existencia…
Bajo la mano director Duncan Jones (hijo del cantante David Bowie) nos presenta su ópera prima , un largometraje que a la postre se convertiría una de las películas más originales del 2009. Trayendo un soplo de aire fresco dentro de un género últimamente tan esquilmado como es la ciencia ficción.
Moon abandera un subgénero que se conoce comúnmente como ciencia ficción “dura”, es decir un tipo de ciencia ficción en donde los planteamientos y elementos tratados -con independencia de que contengan algún carácter exclusivamente especulativo- se ciñen fuertemente a los principios que rigen la Ciencia. Su austeridad está en sus limitaciones, haciendo que lo que veamos pueda ser totalmente viable en un futuro. Por tanto el espectador deberá abandonar la idea te encontrase con seres de aspecto monstruoso que ataquen a incautos pasajeros, ni batallas a golpe de pistolas láser dotadas de energía ilimitada. Las decisiones y sentimientos imperaran sobre la acción intensificando la complicidad del espectador frente a los protagonistas.
Esta película es también un reencuentro con la ciencia ficción de los años 70′s, gracias en parte al gusto del director por el uso de maquetas a la hora de confeccionar los efectos especiales junto con los efectos tan consabidos de la infografía. Compaginándolas en un perfecto equilibrio. Un hecho que a posteriori se convierte en un gran acierto. Haciendo de éste un producto “artesanal”, con un guión excelente (que parte de una idea original del mismo director) y una lograda dirección de actores.
Un reparto encabezado por Sam Rockwell ("El asesinato de Jesse James por el cobarde de Robert Ford” 2007), un actor que ha demostrado todo su potencial interpretativo, no sólo porque ha tenido la difícil tarea de llevar el mayor peso de la película sino mostrar un amplio abanico registros y estados de ánimo. Su naturalidad con que lo lleva a cabo esta labor logra conseguir una credibilidad casi asombrosa.
[..[.[[ La crítica continúa en el "spoiler" por falta de espacio sin desvelar detalles ]].]..]
Sam sobrelleva todo con la esperanza de volver a ver a su esposa e hija, contando los días para su regreso. A falta de dos semanas, unas extrañas visiones le hacen desembocar en una serie de acontecimientos inesperados que le enfrentará a una aterradora revelación que cambiará su vida y su existencia…
Bajo la mano director Duncan Jones (hijo del cantante David Bowie) nos presenta su ópera prima , un largometraje que a la postre se convertiría una de las películas más originales del 2009. Trayendo un soplo de aire fresco dentro de un género últimamente tan esquilmado como es la ciencia ficción.
Moon abandera un subgénero que se conoce comúnmente como ciencia ficción “dura”, es decir un tipo de ciencia ficción en donde los planteamientos y elementos tratados -con independencia de que contengan algún carácter exclusivamente especulativo- se ciñen fuertemente a los principios que rigen la Ciencia. Su austeridad está en sus limitaciones, haciendo que lo que veamos pueda ser totalmente viable en un futuro. Por tanto el espectador deberá abandonar la idea te encontrase con seres de aspecto monstruoso que ataquen a incautos pasajeros, ni batallas a golpe de pistolas láser dotadas de energía ilimitada. Las decisiones y sentimientos imperaran sobre la acción intensificando la complicidad del espectador frente a los protagonistas.
Esta película es también un reencuentro con la ciencia ficción de los años 70′s, gracias en parte al gusto del director por el uso de maquetas a la hora de confeccionar los efectos especiales junto con los efectos tan consabidos de la infografía. Compaginándolas en un perfecto equilibrio. Un hecho que a posteriori se convierte en un gran acierto. Haciendo de éste un producto “artesanal”, con un guión excelente (que parte de una idea original del mismo director) y una lograda dirección de actores.
Un reparto encabezado por Sam Rockwell ("El asesinato de Jesse James por el cobarde de Robert Ford” 2007), un actor que ha demostrado todo su potencial interpretativo, no sólo porque ha tenido la difícil tarea de llevar el mayor peso de la película sino mostrar un amplio abanico registros y estados de ánimo. Su naturalidad con que lo lleva a cabo esta labor logra conseguir una credibilidad casi asombrosa.
[..[.[[ La crítica continúa en el "spoiler" por falta de espacio sin desvelar detalles ]].]..]
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Otro de los pilares en los que se sustenta la historia es en la computadora GERTY el cual -para aquellos afortunados que decidan verla en su versión original- le dará voz Kevin Spacey (“American Beauty” 1999), con un tono de voz apacible informará a Sam de todo lo que ocurre llegando a ser más allá de un compañero de trabajo, convirtiéndose en una pieza fundamental para entender el puzle que es “Moon”.
Su banda sonora es simplemente hermosa, llevada a cabo por Clint Mansell (“Requiem por un sueño” 2000, “Pi, la fe del caos” 1998, “La fuente de la vida” 2006). El cuál crea un composición minivalista con la compañía del piano, violonchelo y acordes electrónicos que consigue transmitir una atmósfera agobiante, en algunos casos desoladora, en otros nostálgica . Siempre girando en su partitura central un elemento que alenta a romper un proceso rutinario.
Duncan Jones ha creado una obra llena de pequeños homenajes en algunos casos y sutiles en otros, a films míticos dentro del género de la ciencia ficción. Por ejemplo: la similitud de GERTY a HAL de “2001: una odisea en el espacio” (1964) tanto en su “físico” como en su voz, la vida en vida cotidiana en el espacio que también daba entrever este mencionado film, la suciedad en la estación espacial que da un aspecto más “humano” a los habitáculos y que ya se vería en “Alien: el octavo pasajero” (1979), dilemas existencialistas visto profundamente en “Solaris” (1972), aterradoras visiones de la humanidad como “Cuando el destino nos alcance” (1974) o la crueldad corporacionista de “Atmósfera cero” (1981) [...] pero todo esto no nos puede llevar a equívocos. Su homenaje solo son pequeños guiños a estas obras de las cuales seguramente les tenga un enorme admiración, en ningún momento ha intentado copiarlas.
El GERTY dista a años luz de HAL 9000 y Sam Bell es más “humano” que el doctor David Bowman que nos mostraba Stanley Kubrick. Por tanto, intentar comparar esta película con las ya mencionadas sería un caer un error, porque lo que muestra claramente “Moon” durante todo su metraje es que tiene una identidad que brilla con luz propia.
Siendo incomprensible como esta humilde producción este tan poco galardonada, obteniendo los premios BAFTA al mejor director, guionista o productor británico novel a Duncan Jones y arrasando en la 42ª edición de l Festival de Cine Fantastico de Sitges con los premios mejor película, mejor guión, mejor actor (Sam Rockwell) y mejor diseño de producción. Pasando de puntillas por la cartelera española, expandiéndose su éxito con el boca a boca. No siendo descabellado pensar que pueda llegar a convertirse en una cinta de culto.
“Moon” es un film que llenara todas las expectativas del espectador cansado de guiones planos y finales esperados. Y que según declaró el director puede ser el anticipo de lo que sería la primera parte de una trilogía. Una pequeña obra de arte en la cara oscura de un mercado carente de cine de autor.
Su banda sonora es simplemente hermosa, llevada a cabo por Clint Mansell (“Requiem por un sueño” 2000, “Pi, la fe del caos” 1998, “La fuente de la vida” 2006). El cuál crea un composición minivalista con la compañía del piano, violonchelo y acordes electrónicos que consigue transmitir una atmósfera agobiante, en algunos casos desoladora, en otros nostálgica . Siempre girando en su partitura central un elemento que alenta a romper un proceso rutinario.
Duncan Jones ha creado una obra llena de pequeños homenajes en algunos casos y sutiles en otros, a films míticos dentro del género de la ciencia ficción. Por ejemplo: la similitud de GERTY a HAL de “2001: una odisea en el espacio” (1964) tanto en su “físico” como en su voz, la vida en vida cotidiana en el espacio que también daba entrever este mencionado film, la suciedad en la estación espacial que da un aspecto más “humano” a los habitáculos y que ya se vería en “Alien: el octavo pasajero” (1979), dilemas existencialistas visto profundamente en “Solaris” (1972), aterradoras visiones de la humanidad como “Cuando el destino nos alcance” (1974) o la crueldad corporacionista de “Atmósfera cero” (1981) [...] pero todo esto no nos puede llevar a equívocos. Su homenaje solo son pequeños guiños a estas obras de las cuales seguramente les tenga un enorme admiración, en ningún momento ha intentado copiarlas.
El GERTY dista a años luz de HAL 9000 y Sam Bell es más “humano” que el doctor David Bowman que nos mostraba Stanley Kubrick. Por tanto, intentar comparar esta película con las ya mencionadas sería un caer un error, porque lo que muestra claramente “Moon” durante todo su metraje es que tiene una identidad que brilla con luz propia.
Siendo incomprensible como esta humilde producción este tan poco galardonada, obteniendo los premios BAFTA al mejor director, guionista o productor británico novel a Duncan Jones y arrasando en la 42ª edición de l Festival de Cine Fantastico de Sitges con los premios mejor película, mejor guión, mejor actor (Sam Rockwell) y mejor diseño de producción. Pasando de puntillas por la cartelera española, expandiéndose su éxito con el boca a boca. No siendo descabellado pensar que pueda llegar a convertirse en una cinta de culto.
“Moon” es un film que llenara todas las expectativas del espectador cansado de guiones planos y finales esperados. Y que según declaró el director puede ser el anticipo de lo que sería la primera parte de una trilogía. Una pequeña obra de arte en la cara oscura de un mercado carente de cine de autor.
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