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7.7
121,972
9
10 de mayo de 2012
10 de mayo de 2012
4 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Para sorpresa de pocos, Johny Depp vuelve a bordarlo al darle vida a Eduardo Manostijeras. Cabe aplaudir el mérito de la dirección artística de esta película al proveer a Eduardo de unas "manostijeras" tan graciosas; torpes pero atractivas, que son un incordio pero sin las cuales el personaje perdería su esencia.
Me parece destacable el hecho de que la película no transcurra en la mansión, hábitat 100% Tim Burton, sino en un pueblo cutre, lleno de colorido y de personajes extravagantes. Debo admitir que me costó un poco más creerme el enamoramiento entre Jim y Eduardo, pero dentro del pacto de lectura se acepta.
La banda sonora es un puntazo y el final es nostálgico y muy bonito, enlazando con el principio. Si no la habéis visto, ¡ya estáis tardando!
Me parece destacable el hecho de que la película no transcurra en la mansión, hábitat 100% Tim Burton, sino en un pueblo cutre, lleno de colorido y de personajes extravagantes. Debo admitir que me costó un poco más creerme el enamoramiento entre Jim y Eduardo, pero dentro del pacto de lectura se acepta.
La banda sonora es un puntazo y el final es nostálgico y muy bonito, enlazando con el principio. Si no la habéis visto, ¡ya estáis tardando!

6.9
51,773
9
1 de mayo de 2012
1 de mayo de 2012
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Entretenidísima y punzante. Un punto de giro tras otro, con la adrenalina y la incertidumbre nerviosa a flor de piel en todo momento, y los dedos cruzados para que Julia pueda huir de una vez por todas de esa casa de chiflados,que más bien parece la Rúe del Percebe, ¡también por lo del ascensor!
La tensión va creciendo de forma exponencial hasta arrastrarnos hacia un final cada vez más cómico y desproporcionado, al que una pequeña alusión paródica a Matrix le quitará, con toda la intención del mundo, la poca "credibilidad" que le quedaba. Y es que al final, De la Iglesia nos deja cara a cara con el absurdo, con el resultado de la codicia mal llevada hasta el extremo. El tono de todo el metraje hace que le perdonamos alguna falta de verosimilitud, como la surrealista escena de los policías con todos los vecinos apretujados en el rellano de la escalera, o el papel de nuestro peculiar "Darth Vader" y su jugarreta final.
Película que merecería la pena ver dos veces: una para dejarse entretener y sorprender, y la segunda para analizar detenidamente y mirar cómo ha sido trazado el guion y cómo se ha realizado de un modo tan cautivador. Enhorabuena, Alex.
P.D: la banda sonora es igual que la de Tintín.
La tensión va creciendo de forma exponencial hasta arrastrarnos hacia un final cada vez más cómico y desproporcionado, al que una pequeña alusión paródica a Matrix le quitará, con toda la intención del mundo, la poca "credibilidad" que le quedaba. Y es que al final, De la Iglesia nos deja cara a cara con el absurdo, con el resultado de la codicia mal llevada hasta el extremo. El tono de todo el metraje hace que le perdonamos alguna falta de verosimilitud, como la surrealista escena de los policías con todos los vecinos apretujados en el rellano de la escalera, o el papel de nuestro peculiar "Darth Vader" y su jugarreta final.
Película que merecería la pena ver dos veces: una para dejarse entretener y sorprender, y la segunda para analizar detenidamente y mirar cómo ha sido trazado el guion y cómo se ha realizado de un modo tan cautivador. Enhorabuena, Alex.
P.D: la banda sonora es igual que la de Tintín.

8.0
113,439
9
7 de abril de 2012
7 de abril de 2012
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hacía tiempo que no me reía tanto en el cine y que no se respiraba tan buen ambiente. Intocable nos regaló casi dos horas de entretenimiento y carcajada de una forma inteligente.
De la película me interesa destacar la reflexión sobre la riqueza que prevalece en el fondo, en lo profundo de su cómico argumento; el hombre tetraplégico, pese a poseer todos los cuidados y comodidades del mundo mundial, su nuevo sirviente le da exactamente lo que necesita: humanidad. Es cierto que podríamos decir: "Vale, lo tiene todo, ¡pero no puede moverse de cuello para abajo!". Realmente, aunque es algo muy dramático, no reside ahí el problema. Si no fuera tetraplégico quizás no necesitaría esos cuidados, pero no por ello sería más feliz. Lo que hace Driss es introducirle en una forma de vivir la vida que es nueva, auténtica y, por tanto, atractiva, sin burocracias ni reglas estúpidas que no hacen más que quitarle el sabor al día a día.
Los personajes, dentro de ser bastante planos, resultan simpáticos y es fácil simpatiza con ellos. De Philippe es bonito observar el cambio que vive (sin levantarse de una silla y casi sin moverse), reflejado simplemente en su rostro y su cautivadora carcajada y sonrisa. Driss, en cambio, no "cambia" tanto, sino que es más instrumento que objeto de cambio. Debo decir que me sobre un poco el personaje y la mini-trama de la hija de Philippe, y no digo lo mismo de la "motivacional" secretaria, que permite a Driss añadir ese punto de picardía de adolescente americano al intentar ligársela de la forma más descarada y destornillante. Y todo combinado con una sutil y desenfadada crítica a la alta sociedad y al gafapastismo del arte. Brillantes hilos colaterales.
Muy, muy recomendable verla en el cine, de verdad. Saldréis con una sonrisa, eso está garantizado. ¡Vivan las buenas historias!
De la película me interesa destacar la reflexión sobre la riqueza que prevalece en el fondo, en lo profundo de su cómico argumento; el hombre tetraplégico, pese a poseer todos los cuidados y comodidades del mundo mundial, su nuevo sirviente le da exactamente lo que necesita: humanidad. Es cierto que podríamos decir: "Vale, lo tiene todo, ¡pero no puede moverse de cuello para abajo!". Realmente, aunque es algo muy dramático, no reside ahí el problema. Si no fuera tetraplégico quizás no necesitaría esos cuidados, pero no por ello sería más feliz. Lo que hace Driss es introducirle en una forma de vivir la vida que es nueva, auténtica y, por tanto, atractiva, sin burocracias ni reglas estúpidas que no hacen más que quitarle el sabor al día a día.
Los personajes, dentro de ser bastante planos, resultan simpáticos y es fácil simpatiza con ellos. De Philippe es bonito observar el cambio que vive (sin levantarse de una silla y casi sin moverse), reflejado simplemente en su rostro y su cautivadora carcajada y sonrisa. Driss, en cambio, no "cambia" tanto, sino que es más instrumento que objeto de cambio. Debo decir que me sobre un poco el personaje y la mini-trama de la hija de Philippe, y no digo lo mismo de la "motivacional" secretaria, que permite a Driss añadir ese punto de picardía de adolescente americano al intentar ligársela de la forma más descarada y destornillante. Y todo combinado con una sutil y desenfadada crítica a la alta sociedad y al gafapastismo del arte. Brillantes hilos colaterales.
Muy, muy recomendable verla en el cine, de verdad. Saldréis con una sonrisa, eso está garantizado. ¡Vivan las buenas historias!
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Me descojoné con la escena de la ópera y el hombre-árbol cantando.

6.6
30,908
9
10 de marzo de 2012
10 de marzo de 2012
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta interesantísima película de Vigalondo no logrará menos que apretarnos las tuercas del cerebro intentando entender si se trata de una situación verosímil o de simple ficción bien camuflada.
Héctor se ve embarcado en un viaje en el tiempo, en un bucle que no piensa dejar de repetir hasta que consiga evitar la muerte de su mujer. Pero eso no es fácil; debe hacer que ciertos acontecimientos se repitan de forma idéntica en el juego, un juego que no es nada menos que la vida real.
Un filme que atrapa la atención del espectador en todo momento, aunque algunas partes puedan aburrir un poco y algunas actuaciones sean poco creíbles. Película muy recomendada para ver acompañado y discutir sobre "qué hubiera pasado si...", puesto que el tiempo y su ruptura es un concepto que difícilmente encajamos bien en nuestra cabeza. Muy entretenida y bien trazada.
Héctor se ve embarcado en un viaje en el tiempo, en un bucle que no piensa dejar de repetir hasta que consiga evitar la muerte de su mujer. Pero eso no es fácil; debe hacer que ciertos acontecimientos se repitan de forma idéntica en el juego, un juego que no es nada menos que la vida real.
Un filme que atrapa la atención del espectador en todo momento, aunque algunas partes puedan aburrir un poco y algunas actuaciones sean poco creíbles. Película muy recomendada para ver acompañado y discutir sobre "qué hubiera pasado si...", puesto que el tiempo y su ruptura es un concepto que difícilmente encajamos bien en nuestra cabeza. Muy entretenida y bien trazada.
19 de febrero de 2012
19 de febrero de 2012
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando leí que se trataba de un filme escrito y dirigido por Albert Espinosa pensé que merecería la pena verlo. No me malinterpretéis; en efecto, mereció la pena verlo, pero creo que hay muchos puntos flojos que se le perdonan por tratarse de su primer película como director.
Albert, un chico que está a punto de casarse, cree darse cuenta de que su futura esposa no le va a hacer feliz. Pese a los desenfadados consejos de su amigo David, nunca consigue dar el paso de decírselo a su chica, y el día de la boda se va acercando con toda la comprometida organización que eso supone. Paralelamente, quizás como vía de desestrés, Albert se apunta a un breve curso de guitarra que un amigo suyo imparte a niños que tienen retraso. La convivencia con estos niños, inesperadamente fructífera, ayudará a Albert a tomar, al fin, una decisión.
Empezaré enumerando algunas virtudes que creo que son destacables. En primer lugar, cómo la personalidad indecisa de Albert choca con la de personas que tienen una visión más clara. Su amigo David, en su inocencia paranoica, no duda ni un momento en decirle que tiene que cortar la relación con la chica. Después, los chavales con retraso: desde su sencillez de razonamiento, consiguen esclarecerle la mente. Lo mismo ocurre con su profesor de guitarra. Este sucesivo encuentro del protagonista con personas que le ensanchan la mirada me parece importante. Sobre la realización, cabe decir que es sencilla pero que la iluminación consigue que la película transcurra con fluidez.
Todo lo que gira alrededor del hecho de tocar la guitarra me parece bastante poco creíble, con ese toque "mágico" que caracteriza a muchos guiones de Espinosa. Lo que sí me cuesta creerme es que Albert no supiera tocar un Sol, mientras que los chicos retrasados sí. Me parece cogido por los pelos y, aunque la idea de fondo está muy bien, creo que se tendría que haber buscado de otra forma (más adelante, con el "consejo amoroso", quizás sí se redime un poco en este sentido). También el personaje de David y su fijación por las pajas acaba cansando un poco, más que nada porque es un personaje de alivio cómico que, en ese caso, acapara demasiados minutos. No me hubiera sobrado alguna otra subtrama con algo más de profundidad o dramatismo, o que surgiera alguna motivación que empujara a Albert (o le frenara) a la hora de tomar la decisión.
En definitiva, es una película que recomiendo ver. Es entretenida, con bastantes virtudes dramáticas y golpes de humor, y no deja de transmitir una mirada simpática sobre el mundo de las discapacidades físicas y mentales.
Albert, un chico que está a punto de casarse, cree darse cuenta de que su futura esposa no le va a hacer feliz. Pese a los desenfadados consejos de su amigo David, nunca consigue dar el paso de decírselo a su chica, y el día de la boda se va acercando con toda la comprometida organización que eso supone. Paralelamente, quizás como vía de desestrés, Albert se apunta a un breve curso de guitarra que un amigo suyo imparte a niños que tienen retraso. La convivencia con estos niños, inesperadamente fructífera, ayudará a Albert a tomar, al fin, una decisión.
Empezaré enumerando algunas virtudes que creo que son destacables. En primer lugar, cómo la personalidad indecisa de Albert choca con la de personas que tienen una visión más clara. Su amigo David, en su inocencia paranoica, no duda ni un momento en decirle que tiene que cortar la relación con la chica. Después, los chavales con retraso: desde su sencillez de razonamiento, consiguen esclarecerle la mente. Lo mismo ocurre con su profesor de guitarra. Este sucesivo encuentro del protagonista con personas que le ensanchan la mirada me parece importante. Sobre la realización, cabe decir que es sencilla pero que la iluminación consigue que la película transcurra con fluidez.
Todo lo que gira alrededor del hecho de tocar la guitarra me parece bastante poco creíble, con ese toque "mágico" que caracteriza a muchos guiones de Espinosa. Lo que sí me cuesta creerme es que Albert no supiera tocar un Sol, mientras que los chicos retrasados sí. Me parece cogido por los pelos y, aunque la idea de fondo está muy bien, creo que se tendría que haber buscado de otra forma (más adelante, con el "consejo amoroso", quizás sí se redime un poco en este sentido). También el personaje de David y su fijación por las pajas acaba cansando un poco, más que nada porque es un personaje de alivio cómico que, en ese caso, acapara demasiados minutos. No me hubiera sobrado alguna otra subtrama con algo más de profundidad o dramatismo, o que surgiera alguna motivación que empujara a Albert (o le frenara) a la hora de tomar la decisión.
En definitiva, es una película que recomiendo ver. Es entretenida, con bastantes virtudes dramáticas y golpes de humor, y no deja de transmitir una mirada simpática sobre el mundo de las discapacidades físicas y mentales.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
El final resulta ser una especie de "¡pues claro! ¿cómo no me había dado cuenta de que la quiero?". La transformación del personaje no acaba de quedar muy clara, ya que parece que la decisión la toma muy a última hora y de forma irracional. A parte, el papel de su amigo David, ¿sólo ha servido para complicarle la vida? Al final David no dice nada de que Albert se vaya a casar definitivamente, ni siquiera aparece. Este aspecto es el que me ha parecido peor atado, porque me ha sabido mal que un personaje dramáticamente tan clave como David, del cual el protagonista dice que es su mejor amigo, no pinte nada en el "final feliz".
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