Spike Lee nos brindó en 2002 un espectáculo visual sin apenas precedentes, acompañado de unas actuaciones profundas, un correctísimo montaje y una banda sonora potente.

"25th Hour" narra la historia de Monty Brogan (Edward Norton), un narcotraficante que ha sido atrapado por la DEA e ingresará en prisión a la mañana siguiente del día en que se desarrolla del filme. Girando alrededor de este argumento, el director nos muestra, aparte del avance del último día de libertad del protagonista (y la correspondiente noche), escenas clave de su pasado.

Edward Norton ofrece quizá la mejor actuación de su carrera, apoyada en la brillante presencia de Rosario Dawson, Philip Seymour-Hoffman, Barry Pepper, Anna Paquin y el eterno secundario de oro Brian Cox.

El metraje está lleno de varias escenas memorables tanto por su planteamiento, como por su montaje y su fuerza visual. Es probable que jamás logremos desprendernos de recuerdos como cierta conversación frente al espejo o alguna escena de discoteca entre varias más.

Un gran filme que, a pesar de haber caído bastante en el olvido, permanecerá al menos en la memoria de los que hemos podido disfrutarlo (y varias veces) para siempre.

Lo mejor: la dirección, las actuaciones, la banda sonora y el montaje hacen que esta sea prácticamente una película perfecta.

Lo peor: una película casi perfecta que, sin embargo, gana mucho más de lo normal siendo vista en versión original puesto que el doblaje en castellano, aunque adecuado, deja que desear en más de una secuencia.

"Jurassic Park III" no va más allá de ser un entretenidísimo y emocionante telefilme de aburrido domingo por la tarde.

La película se aleja bastante de sus predecesores, quizá intuyéndolo, por ello Spielberg renegó de la producción directa y Michael Crichton se olvidó por completo. Se trata de un producto simple que, haciendo uso de un renombre, unos efectos especiales interesantes y una línea argumental escrita para un entretenimiento tan simple como eficaz, logra cumplir con su cometido.

Todo ello se asienta sobre las actuaciones del veterano de la saga, Sam Neill y el cameo por así decirlo de Laura Dern. El siempre fabuloso H. Macy y Téa Leoni adornan el reparto.

Lo mejor: la mera presencia de Sam Neill nos es suficiente para aceptar este filme como continuación de la saga e ingorar que en realidad estamos ante una parodia muy cara.

Lo peor: el guión es simple, la dirección defectuosa, y los efectos especiales mejorables. Las actuaciones (y papeles) de los secundarios están muy mal planteados, que únicamente sobreviven gracias a los grandes.

Una película de suspense fácil, tan fácil como funcional. Perfecta para sentarse, verla, entretenerse, si eso comentarla un rato y olvidarse.

Eso es porque, a pesar de no ser trascendental ni grandiosa, ni siquiera destacable, tiene lo suyo para atraerte a sentarte, se deja ver, entretiene bastante e incluso ofrece varios puntos que permiten ser comentados, uno de ellos, claro está, la interpretación de Jodie Foster, algo por encima de lo que nos tiene acostumbrados a lo largo de la última década (¿década y media?).

Lo mejor: gran parte del no mal logrado suspense se sostiene sobre los hombros de Foster y nadie más. Peter Sarsgard, interesante como siempre.

Lo peor: un filme poco trabajado, que junta tópicos al uso ya machacados a más no poder. Se deja notar la clara falta de capacidad del director de crear un producto mejor, cosa muy posible dados los recursos de los que disponía.

Soy consciente de que el simple hecho de pensar en escribir algo acerca de semejante bazofia infumable ya es ridículo no sino lo siguiente, pero también es imprescindible concienciarse de que la existencia de agonizantes productos generados por la más pura idiotez humana es un serio problema que nos atañe a todos y cuyas nefastas consecuencias sociales pagaremos en un futuro próximo.

A pesar de las sucesivas (y progresivas) trampas de guión, a pesar de la constante recurrencia a tópicos hollywoodienses, y a pesar del vacío de sus personajes, al menos como seres humanos tal y como nosotros los conocemos, "Inception" consigue dejar buen sabor de boca, hacernos alucinar con más de una secuencia (qué elegancia la de Arthur), hacernos pensar, de principio a fin, y más allá de su tan absurdo como perspicaz e inteligentemente montado argumento y, lo que es más importante, entretenernos de una forma deliciosamente emocionante.

Quizá hace veinte o treinta años no bastara sólo con eso. Hoy es admirable.