En el año 2154 La Tierra se usa únicamente como planeta basurero donde habita una superpoblación de pobreza y devastación. La otra cara de la moneda es Elysium, una estación en órbita espacial donde viven unos pocos ricos y privilegiados los cuales disponen de unas cápsulas médicas que les proporciona la vida inmortal. Evidentemente, viajar a Elysium sólo está permitido para los privilegiados, pero las cosas cambiarán cuando Max (Matt Damon) se vea con la imperiosa necesidad de ir hasta ahí.

Parece que últimamente están de moda las películas apocalípticas y el tráiler de ésta tenía una pinta estupenda pero, como viendo siendo habitual últimamente (y más a estas alturas del año), la película es decepcionante.

El largometraje lo tenía todo para ser un buen blockbuster, está dirigida por Neil Blomkamp (el mismo autor de District 9), con un muy buen reparto y con una trama bastante interesante pero, desgraciadamente, el guión de la misma no tiene ningún tipo de consistencia además de que la acción es un cóctel de tópicos de películas del mismo género, cosa que ya empieza a cansar al espectador.

Pero no todo es negativo en Elysium, también han hecho algo más o menos decente. Ya se pueden empezar a reconocer las películas de Blomkamp por su peculiar marca de la casa, la trama conlleva una crítica a nuestra sociedad actual y a su separación clasicista. Particularmente, uno de los momentos en los que más se puede reconocer a la sociedad de hoy en día es cuando el jefe de Max le dice “si no lo haces tú, ya encontraré a otro que lo haga en tu lugar”. Aunque creo que todo el esmero de Blomkamp se quedó en esa crítica y, para colmo, mal conseguida ya que está llena de prejuicios donde los ricos son los burgueses franceses y los pobres, los latinoamericanos tatuados.

También cabe añadir como punto positivo la interpretación de Jodie Foster, la cual borda cualquier papel que le den. Matt Damon, por el contrario, está simplemente correcto.

Y, retomando el tema del porqué del fracaso de esta peli, personalmente pienso que es una película vacía debido a su fatídico guión el que se contradice, entre otras muchas cosas, presentando Elysium como el paraíso infranqueable de los ricos y, a medida que avanza la película, la dificultad de penetrar su seguridad disminuye en picado. Sólo por dar un ejemplo, al principio de la película una nave intenta aterrizar en Elysium y, nada más despegar, ya la están derribando, en cambio, ya hacia el final de la película, otra nave aterriza en Elysium y sólo se dan cuenta de ello cuando las personas que había en esa nave ponen un pie en su tierra idílica, ¿qué tipo de seguridad es esta?

En fin, sólo se salva por los efectos especiales y porque es capaz de entretener a alguien que la mire sin ningún tipo de pretensión.

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Basada en hechos reales y ambientada en los años 70, Ed y Lorraine Warren (Patrick Wilson y Vera Farmiga) son un matrimonio de famoso renombre que se encarga de investigar y resolver fenómenos paranormales. Lorraine es una médium con un don especial y Ed es un especialista en posesiones demoníacas. Un día se les presenta una familia aterrorizada por las experiencias que están viviendo en su nueva casa y acudirán al matrimonio Warren en búsqueda de ayuda, los cuales se encontrarán con el caso más complicado de toda su carrera.

Sí, James Wan lo ha vuelto a hacer, se ha vuelto a superar con esta película que, seguramente, pasará a ser recordada como un mito dentro del género de terror.

Y será recordada por razones tales como no recurrir al tópico del cine de terror del susto fácil, sino creando escenas de tensión de una manera perfecta sin llegar a caer en el tan predecible y típico susto. Tampoco juega desmesuradamente con el volumen de la música, recurso muy típico en las pelis de este género que cuando se acerca la escena de tensión se dispara a todo volumen, sino graduándolo de una manera adecuada a la escena.

Además, el ritmo del largometraje es genial, va in crescendo. Al principio dosifica las escenas de tensión sin enseñar nada al espectador consiguiendo crear la, tan ansiada por los directores de este tipo de cintas, atmósfera de terror; para después ir subiendo la tensión hasta llegar al clímax de la película en la que el espectador no puede dejar de apretar el sillón en el que está sentado.

También la cinta goza de una dirección artística excelente, tiene unos planos secuencia muy elaborados, sobretodo destacaría la escena en la que están sucediendo dos acciones a la vez en diferentes pisos de la casa y la cámara se da la vuelta en plano secuencia para enseñar lo que está sucediendo en el piso de debajo de la casa, simplemente, genial.

Y, como no olvidar las interpretaciones, sobre todo las femeninas, de la mano de Vera Farmiga y Lili Taylor. Ambas desarrollan sus personajes de una manera muy creíble, Vera incluso consigue llegar a inquietar al espectador. El matrimonio interpretado por Vera y Patrick adquiere tal complicidad que cuando se miran, el espectador no necesita que digan nada ya que se deduce lo que están pensando. Y ya han confirmado estos dos actores que van a repetir en la secuela de The Conjuring, ¡esto promete!

Como negativo no se me ocurre nada que objetar de esta peli, simplemente no creo que se pudiera haber hecho mejor.

En fin, es una lástima que James Wan deje este tipo de películas para dedicarse a las de acción (será el encargado de dirigir la nueva de 2 Fast 2 Furious), porque iba camino de crear una nueva etapa en el cine de terror. Esperemos que vuelva y nos deleite con nuevas obras maestra como esta. Muy muy pero que muy recomendable para fans de este género.

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En un futuro no muy lejano, la ciencia ha evolucionado de tal manera que se ha conseguido crear consciencia artificial en máquinas.

Como siempre, hay opiniones divididas a esta práctica. Hay científicos que están a favor y activistas en contra.

Será por culpa de estos activistas que Will Caster (Johnny Depp), el investigador principal de esta tecnología, decidirá volcar su consciencia a un ordenador y, a partir de ahí, evolucione su inteligencia a niveles desorbitados.

Tengo que decir que siempre he tenido una especial predilección por las películas futuristas con dilemas morales sobre la evolución de la tecnología. Por eso, además de la producción de Christopher Nolan, tenía muchas expectativas con esta cinta.
Transcendence tiene dos reclamos muy atractivos: el papel de Johnny Depp y la producción de Christopher Nolan. Pero tengo que decir que, en mi opinión, están muy desaprovechados. El papel de Depp no es nada notable aunque tampoco podía hacer mucho más con su personaje tan apático. Y Nolan, el segundo reclamo, no parece que haya hecho mucho más que poner el dinero para producir la película.

El largometraje es demasiado pretencioso y tiene fallos en el guión sobre todo hacia la segunda mitad de la película, se nota la inexperiencia de Pfister como director. Aunque cabe decir que la temática que se trata en este film es un tema muy peliagudo de plantear y que siempre tiene a la audiencia dividida.

He leído bastantes críticas de Transcendence y en muchas de ellas se reprocha la poca acción que tiene la película. Aquí tengo que romper una lanza a favor de ella y decir que no estoy de acuerdo con estas críticas. Hace poco leí que hoy en día existe el síndrome del espectador con déficit de atención y me parece muy acertada esta expresión. La gente de ahora va al cine a sentarse en la butaca, dejar la mente en blanco y esperar a que la película les brinde un espectáculo visual lleno de acción que no permita al espectador pensar nada en ningún momento. Si alguien va a ver Transcendence con esta idea, tengo que decir que está equivocado. Esta película no promete este tipo de acción, es más bien una peli para reflexionar en muchos sentidos.

Como punto positivo me quedo que la producción presenta dudas morales interesantes tales como si puede la tecnología evolucionar de tal manera que se pueda crear una consciencia artificial. Lástima que este planteamiento se le vaya de las manos a Pfister, no sepa abordarlo decentemente y peque de muchas incongruencias.

En definitiva, la recomendaría para aquel que quiera disfrutar con una buena música, fotografía y quiera plantearse respuestas a este tipo de preguntas que plantea el director en su primer trabajo.

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Un respetado y ambicioso abogado televisa en las noticias el caso del asesinato del arzobispo de Chicago a manos de un presunto joven que, empapado en sangre, intenta desafortunadamente escapar de la policía. El abogado (representado por Richard Gere) no duda ni un segundo en llamar por teléfono para apropiarse con lo que será el reto de su carrera profesional.

Así se presenta “Las dos caras de la verdad”, una película que parece ser la típica peli de un caso judicial. Pero, personalmente, creo que es una de esas películas que todo el mundo debería de ver antes de morir por dos razones (sí, sólo, dos razones… pero son tan buenas, que no necesita ningún matiz más para ser un peliculón).

La primera de ellas, el papelazo de Edward Norton, el presunto asesino. Si no fuera por su increíble papel, hoy en día nadie se acordaría de esta película. Su nominación a los Óscar a mejor actor secundario es mucho más que merecida. Bajo mi punto de vista, creo que el personaje principal de la peli (Richard Gere) queda eclipsado por el secundario.

Y el otro punto a favor es que tiene un final totalmente inesperado. Personalmente, siempre he tenido predilección por aquellas películas que no te imaginas cómo van a acabar y, cuando lo hacen, piensas “qué buena, no me lo esperaba”.

Como punto negativo, lo único que se me ocurre, es que si alguien no ha visto este film y lo ve, igual no le parece que tenga un final tan insospechado. Pero cabe decir a favor ella que es del año 1996 y que, para su época, es toda una revelación.

Por estas dos razones, voy a añadir “Las dos caras de la verdad” a la lista de mis recomendaciones personales. Espero que os guste u os haya gustado tanto como a mí.

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Bueno, bueno… pues ya he visto “Sinister” [silencio incómodo…].

A ver, que la peli está bien pero, ¿por qué, POR QUÉ, cogen una buena idea y la destrozan? Tenía otras expectativas con este film, pensaba que iba a ser algo diferente, imaginaba que sería una película más seria y cruda, quizás. Pero la pela es la pela!

Empieza la peli: Vaya, vaya, gente ahorcada de un árbol a sangre fría sin saber quién, por qué y con ese mal rollete de peli antigua… Ai ai ai, esto pinta bien! [I like it! :p]

Un escritor que se dedica a investigar asesinatos y después contar las historias de éstos se muda con su familia a una nueva morada. En algunos casos, se le da tan bien investigar que pone en tan en ridículo a la poli que consigue que no estén muy contentos y, por esto, le ponen multas sin sentido. Y digo: y a quién no??? Ehh?? Eh??

En fin, que me voy del hilo! El señor escritor, interpretado por Ethan Hawke, se ha mudado a la casa donde hace poco ocurrió un asesinato y su familia no lo sabe… (Uii Hawkie, la que te va a caer! Por cierto, buenísimo cuando se entera su mujer!! ). Encuentra unas películas en el desván y una cámara de súper 8 que, evidentemente, las va a ver… hombreeeee! Pues en las cintas aparecen varios asesinatos muy siniestros, eh eh?? [guiño, guiño…]

Y nada, empiezan a haber sucesos paranormales en la casa y ¿qué hace Hawkie? Meterse unos lingotazos de whiskey! xDD Como dice Homer “El alcohol. Causa y, a la vez solución, de todos los problemas de la vida”.

Conclusión (ver spoiler).

A pesar de todo lo pasé bien viéndola, hasta me llevé un manotazo de una amiga en un momento de susto, jajajaja! Así que le voy a poner… 3 palomitas!!

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