Desde luego que es un genio este Von Trier... Si en "Bailar en la oscuridad" consigue que acabe apoyando la pena de muerte, el mérito en esta ocasión se lo lleva por conseguir que deje de ver una película a la media hora (siempre tengo más aguante y normalmente acabo de ver las películas que empiezo).

Lo que realmente debería hacer este hombre es dar clases de márketing, que en eso sí que es un genio... Primero, nos vende el dogma, cine que ya se hacía desde hace cincuenta años (para más referencias ver "Roma, ciudad abierta" o cualquier película de la Nouvelle Vague francesa); después nos vende un telefilme musical de autor con pretensiones y ahora quiere ir de modernillo abaratando los costes del departamento de Arte; que será lo próximo...

Telefilme (en lo que al guión se refiere) hecho por el pedante y moralista Von Trier, pero con más medios.

La trama es tan ridícula, con algún punto de giro que ni un niño de cinco años se creería, que uno piensa que en el fondo este señor es un cachondo que se ríe de (casi) todo el mundo. Pero, ¡por favor! Bjork es tan buena, tan buena, y le pasan cosas tan malas, tan malas, que no cuela; ¡pocas veces he visto personajes tan planos!

Para completar el bodrio, un tufillo insoportable a moralina barata de un elemento que va de transgresor... en fin, como decía la canción... "malos tiempos para la lírica"