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Críticas ordenadas por utilidad
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9
23 de mayo de 2012
23 de mayo de 2012
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una de las mejores películas de Fritz Lang incomprensiblemente denostada y olvidada por gran parte del público y la crítica, en la que el genial autor alemán disecciona los sentimientos humanos representándolos en figuras mitológicas estereotipadas dándoles a cada uno una personalidad bien definida y carismática. En su día tuvo unos efectos especiales que causaron un gran impacto, a pesar de que a día de hoy se la pueda ver con cierto encanto desenfadado, lo cierto es que su mensaje perdura a través de los años de manera invariable y bien claro.
La genial von Harbou creó un guión aparentemente sencillo pero lleno de matices emocionales que con gran maestría evita la sensiblería y el patetismo de otras obras de la épica, dividido en cantares, se nos resume El cantar de los Nibelungos de una manera clara y pura en la que no se aprecia ningún maniqueísmo y donde todos los personajes actúan siguiendo sus sentimientos y su sentido del honor, contrastando curiosamente con la obra Metrópolis de la misma autora y donde los personajes se mueven por una ideología determinada.Se agradece el hecho de que haya poquísimos intertítulos, ya que la película fue diseñada para utilizar los menos posibles, usando la imagen para contar la historia.
Las actuaciones son muy buenas, probablemente la que más desentona es la del propio Sigfrido, demasiado teatral, destaca la actuación de Krimilda, sobre todo en el último cantar, donde se alcanza un nivel cinematográfico insuperable.
La fotografía es soberbia, con el uso de unos encuadres completamente simétricos (impresionante plano final) y con abundante uso de la regla de los tercios que ayuda a darle a la obra un aire estético y artístico elevadísimo. Los escenarios son majestuosos y ayuda a darle a la obra un aire completamente mítico e irreal, la decoración interior de los edificios se aleja sustancialmente del barroquismo y del recargamiento de otros films de la mitología, aquí se apuesta por la sobriedad buscando un mayor realismo y humanismo. Los escenarios de los bosques son bellísimos y recuerda a la de otros films como "El mago de Oz".
La banda sonora de Huppertz es simplemente una de las diez mejores de la Historia del Cine, sin sonidos chirriantes ni desincronizados, alcanzando su nivel máximo en la escena de la muerte de Sigfrido y en la escena final.
En conclusión se puede decir que "La muerte de Sigfrido" es una de las mejores películas de Lang y una de las mejores películas de fantasía de la Historia, en la que solo un par de momentos monótonos puede provocar que la atención y el interés hacia la película decaiga, pero al final se hace corta y muy agradable de ver.
NOTA FINAL:
9'5
La genial von Harbou creó un guión aparentemente sencillo pero lleno de matices emocionales que con gran maestría evita la sensiblería y el patetismo de otras obras de la épica, dividido en cantares, se nos resume El cantar de los Nibelungos de una manera clara y pura en la que no se aprecia ningún maniqueísmo y donde todos los personajes actúan siguiendo sus sentimientos y su sentido del honor, contrastando curiosamente con la obra Metrópolis de la misma autora y donde los personajes se mueven por una ideología determinada.Se agradece el hecho de que haya poquísimos intertítulos, ya que la película fue diseñada para utilizar los menos posibles, usando la imagen para contar la historia.
Las actuaciones son muy buenas, probablemente la que más desentona es la del propio Sigfrido, demasiado teatral, destaca la actuación de Krimilda, sobre todo en el último cantar, donde se alcanza un nivel cinematográfico insuperable.
La fotografía es soberbia, con el uso de unos encuadres completamente simétricos (impresionante plano final) y con abundante uso de la regla de los tercios que ayuda a darle a la obra un aire estético y artístico elevadísimo. Los escenarios son majestuosos y ayuda a darle a la obra un aire completamente mítico e irreal, la decoración interior de los edificios se aleja sustancialmente del barroquismo y del recargamiento de otros films de la mitología, aquí se apuesta por la sobriedad buscando un mayor realismo y humanismo. Los escenarios de los bosques son bellísimos y recuerda a la de otros films como "El mago de Oz".
La banda sonora de Huppertz es simplemente una de las diez mejores de la Historia del Cine, sin sonidos chirriantes ni desincronizados, alcanzando su nivel máximo en la escena de la muerte de Sigfrido y en la escena final.
En conclusión se puede decir que "La muerte de Sigfrido" es una de las mejores películas de Lang y una de las mejores películas de fantasía de la Historia, en la que solo un par de momentos monótonos puede provocar que la atención y el interés hacia la película decaiga, pero al final se hace corta y muy agradable de ver.
NOTA FINAL:
9'5

6.6
19,270
8
1 de agosto de 2014
1 de agosto de 2014
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Bajo la misma estrella" parte con la misma premisa que la célebre obra de Bresson: mostrar la realidad tal cual era sin añadidos ni edulcorantes de ningún tipo. Desde ese momento uno ya sabe que lo que menos se va a encontrar es objetivismo e imparcialidad, debido a la imposibilidad que ello plantea a la hora de realizar cualquier obra artística.
Si en la película francesa se acompañaba la huida final con una gloriosa neblina y música de Mozart a todo volumen, en la segunda película de esa joven promesa que es Josh Boone nos encontramos con un extraño optimismo en el devenir de los tiempos acompañado de música ligera y fotografía colorida a lo Gossip Girl.
Algo ciertamente contradictorio si tenemos en cuenta la crudeza con la que empiezan ambos films. El comienzo es más intenso en la obra que aquí nos ocupa, la protagonista ( una Woodley que alterna primorosamente su lado emocional y racional) nos advierte que no van a mostrar una imagen cándida del tema central lo cual a uno ya le genera cierta incomodidad (que mal nos tiene acostumbrados Hollywood), incomodidad que en mi caso se convirtió en tener los pelos de punta la primera vez que se reúnen en el grupo de apoyo. Para este momento yo ya estaba decidiendo mentalmente que forma de suicidarme elegiría si me diagnosticaran un cáncer testicular como al moderador de dicha reunión.
Siendo consciente desde ese momento de que aquello no iba a acabar como la típica peli americana con todos comiendo al final pavo en un acogedor salón con el árbol de Navidad al fondo estando completamente curados, uno empieza a relativizar y dejarse llevar por todos los lamentos, amagos de muertes y recuerdos traumáticos con más o menos buen cuerpo mientras rezaba a Dios porque los momentos de lontananza se prolongaran indefinidamente primero de manera lenta y luego rápidamente para que la agonía se pasara cuanto antes.
A pesar de todo como digo, pesan más los momentos románticos y dulces que los momentos tristes (si obviamos el trasfondo oscuro). Uno se acaba acostumbrando como buenamente puede e incluso en momentos puntuales se olvida de lo que va a ocurrir al final, destellos de esperanza asoman en el optimista (¿o ingenuo?) corazón de uno, y llega uno momento en el que se cree que puede ocurrir el milagro. Pero, como ocurre en la Magnum Opus de Bresson, desde antes de empezar la proyección el destino de los personajes están marcados, unos por el título del film, otros por sus circunstancias particulares.
La conclusión es clara en ambos casos: Lo importante no es el final, es el proceso.
Si lo fascinante de "Un condenado a muerte se ha escapado" era ver como el icónico teniente Fontaine iba preparando un plan de huida tan aparentemente suicida como efectivo, en "Bajo la misma estrella" (potente título inspirado en una obra de Shakespeare) el amor condenado de ambos protagonistas y su desarrollo y evidentes problemas constituye un modelo inspirador de aplomo y fortaleza mental para todo aquel que la contemple.
Una imprescindible de este año.
Si en la película francesa se acompañaba la huida final con una gloriosa neblina y música de Mozart a todo volumen, en la segunda película de esa joven promesa que es Josh Boone nos encontramos con un extraño optimismo en el devenir de los tiempos acompañado de música ligera y fotografía colorida a lo Gossip Girl.
Algo ciertamente contradictorio si tenemos en cuenta la crudeza con la que empiezan ambos films. El comienzo es más intenso en la obra que aquí nos ocupa, la protagonista ( una Woodley que alterna primorosamente su lado emocional y racional) nos advierte que no van a mostrar una imagen cándida del tema central lo cual a uno ya le genera cierta incomodidad (que mal nos tiene acostumbrados Hollywood), incomodidad que en mi caso se convirtió en tener los pelos de punta la primera vez que se reúnen en el grupo de apoyo. Para este momento yo ya estaba decidiendo mentalmente que forma de suicidarme elegiría si me diagnosticaran un cáncer testicular como al moderador de dicha reunión.
Siendo consciente desde ese momento de que aquello no iba a acabar como la típica peli americana con todos comiendo al final pavo en un acogedor salón con el árbol de Navidad al fondo estando completamente curados, uno empieza a relativizar y dejarse llevar por todos los lamentos, amagos de muertes y recuerdos traumáticos con más o menos buen cuerpo mientras rezaba a Dios porque los momentos de lontananza se prolongaran indefinidamente primero de manera lenta y luego rápidamente para que la agonía se pasara cuanto antes.
A pesar de todo como digo, pesan más los momentos románticos y dulces que los momentos tristes (si obviamos el trasfondo oscuro). Uno se acaba acostumbrando como buenamente puede e incluso en momentos puntuales se olvida de lo que va a ocurrir al final, destellos de esperanza asoman en el optimista (¿o ingenuo?) corazón de uno, y llega uno momento en el que se cree que puede ocurrir el milagro. Pero, como ocurre en la Magnum Opus de Bresson, desde antes de empezar la proyección el destino de los personajes están marcados, unos por el título del film, otros por sus circunstancias particulares.
La conclusión es clara en ambos casos: Lo importante no es el final, es el proceso.
Si lo fascinante de "Un condenado a muerte se ha escapado" era ver como el icónico teniente Fontaine iba preparando un plan de huida tan aparentemente suicida como efectivo, en "Bajo la misma estrella" (potente título inspirado en una obra de Shakespeare) el amor condenado de ambos protagonistas y su desarrollo y evidentes problemas constituye un modelo inspirador de aplomo y fortaleza mental para todo aquel que la contemple.
Una imprescindible de este año.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Para los que busquen historias sin moralejas:
Lo mejor:
· Sus interpretaciones, todas gozan de un gran nivel.
· Algunos de sus diálogos son francamente brillantes.
· Banda sonora tan atípica como interesante.
· No deja de ser un proyecto arriesgado y valiente, por mucho éxito literario que tuviera no se trataba de la clásica novela romántica.
· La escena del pre-funeral, cruda, emocionante y perversamente divertida como no suele ocurrir casi nunca en el Arte.
Lo peor:
· En algunas partes se hace un poco pesada.
· El personaje de Willem Dafoe si bien es cierto que supone un acertado contrapeso dramático a las idílicas vacaciones en Amsterdam no deja de ser una situación un poco cruel y me parece rizar el rizo para colmo, el histrionismo del actor no ayuda para nada.
· Su fotografía me parece demasiado Academicista.
· Algunas escenas se alargan en exceso, como suele ser habitual en las adaptaciones literarias con mucho diálogo.
Nota:
8'1
Lo mejor:
· Sus interpretaciones, todas gozan de un gran nivel.
· Algunos de sus diálogos son francamente brillantes.
· Banda sonora tan atípica como interesante.
· No deja de ser un proyecto arriesgado y valiente, por mucho éxito literario que tuviera no se trataba de la clásica novela romántica.
· La escena del pre-funeral, cruda, emocionante y perversamente divertida como no suele ocurrir casi nunca en el Arte.
Lo peor:
· En algunas partes se hace un poco pesada.
· El personaje de Willem Dafoe si bien es cierto que supone un acertado contrapeso dramático a las idílicas vacaciones en Amsterdam no deja de ser una situación un poco cruel y me parece rizar el rizo para colmo, el histrionismo del actor no ayuda para nada.
· Su fotografía me parece demasiado Academicista.
· Algunas escenas se alargan en exceso, como suele ser habitual en las adaptaciones literarias con mucho diálogo.
Nota:
8'1
10
14 de abril de 2013
14 de abril de 2013
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Absoluta Obra Maestra de su director quien supo captar de un modo indiscutible las miserias de un país perdedor de un modo que no he vuelto a ver en ninguna otra obra. Alemania está irreconocible, menos de un año antes Berlín resplandecía con la fuerza que la publicidad y el terror que los nazis daban a su propio país. En el momento de la película cuesta ver algo de aquel espíritu y no solo eso, curiosamente no se divisa a ningún nazi si obviáramos al pedófilo extremista antiguo profesor del joven protagonista. Se muestra pues, un país sumido en la confusión y la desgracia, que ha perdido su identidad y que ahora se limita a buscar recursos para sobrevivir, donde los niños pasan a un completo segundo plano y donde uno se encuentra el caos más hostil y absoluto que afecta al plano psicológico y físico de todos los componentes de este oscuro fresco. La cámara de Rossellini al igual que hiciera en "Roma, ciudad abierta" capta de un modo directo, seco y contundente los detalles que rodean la acción con una naturalidad tal que parece casi casual. Se aleja pues de los ornamentos poéticos de otros directores neorrealistas como De Sica y de un argumento elaborado como las obras de Fellini. El interés de Rossellini es simplemente captar la realidad desde un punto de vista determinado de un modo casi documental pero manteniendo eso sí unos ciertos valores estéticos que permiten facilitar la sensibilización del espectador sobre los hechos mostrados en pantalla. Y a fe que lo consigue.
Nota:
9'5
Nota:
9'5

7.6
6,865
7
14 de abril de 2013
14 de abril de 2013
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Film imprescindible dentro de la filmografía de su director en la que mantiene un interesante pero irregular pulso narrativo entre su tradicional estilo y un formato más periodístico cercano al montaje que usaría Welles en su obra más célebre "Ciudadano Kane" estrenada ese mismo año. Partiendo de una premisa clásicamente tópica (periódico con problemas de ventas) pero indudablemente eficiente el film de Capra sabe solventar otros clichés desviando su trama a caminos más populistas desde un punto de vista político. Posee crítica social y periodística pero narrado con el habitual sentido afable del director italiano. A pesar de todo mantiene unos niveles experimentales ciertamente novedosos que lamentablemente acaba afectando al ritmo y al nivel de atención del espectador aunque acaba remontando el vuelo de manera prodigiosa en sus últimos veinte minutos con el mejor final de todas las películas de su autor. Súmenle a eso el habitual buen gusto estético de su director y el reparto de lujo: Cooper, Gleason, Brennan y Stanwyck (esta última de Oscar) y tendrán ante ustedes un film ciertamente y casi indiscutiblemente interesante.
Nota:
6'8
Nota:
6'8

7.4
8,758
10
17 de agosto de 2015
17 de agosto de 2015
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una de las obras cumbre del cine, obra tensa, apasionante, fotográfica y estéticamente por encima de la inmensa mayoría del cine que se rodó entonces. La manera en la que su talentoso director narró esta persecución es, sin ningún tipo de paliativos exquisita. Loretta Young, soberbia, su progeso emocional, de una entregada y sumisa esposa a una fría e irreverente mujer de armas tomar es sobrecogedora. Robinson, probablemente el mejor actor rumano de siempre, se vale de la templanza y la experiencia de su personaje para construir a un hombre digno de admirar, meticuloso, detallista y sumamente inteligente. Welles, chulesco, casi arrogante, pero serio y calculador cuando tiene que serlo.
Los tres protagonistas suponen un choque de trenes, de vivas pasiones. No es la clásica película de gato caza al ratón. Se trata, por el contrario, de tres seres, con sus pensamientos y motivaciones propias, la lucha incansable del individuo por sobrevivir. Welles por salvar el pellejo, Young para redimirse por haberse casado con semejante animal y Robinson para sentirse vivo.
El clímax en la torre del reloj es pura tragedia griega.
Nota final:
10
Los tres protagonistas suponen un choque de trenes, de vivas pasiones. No es la clásica película de gato caza al ratón. Se trata, por el contrario, de tres seres, con sus pensamientos y motivaciones propias, la lucha incansable del individuo por sobrevivir. Welles por salvar el pellejo, Young para redimirse por haberse casado con semejante animal y Robinson para sentirse vivo.
El clímax en la torre del reloj es pura tragedia griega.
Nota final:
10
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