Fui a ver esta peli por curiosidad, el argumento es interesante y tiene un punto de reflexión que me recuerda a Cadena de favores.
Sin embargo, lo que creí que se convertiría en una película colmena con las historias paralelas de las "siete almas" , pasó a ser una trama en la que, con la excusa de la rendención, nos cuentan una historia romántica.
Las otras vidas se quedan al margen y se resuelven con una rapidez que impide que el espectador se meta en serio en la trama o que consiga creérsela
La actuación de Will Smith es bastante buena, y el argumento merece mi aprobado, pero creo que no consigue sacarle todo el partido.
No me gusta que sea tan evidente el discurso ético sobre ser o no ser una buena persona; en esta película, el mundo sólo se compone de gente buena y gente mala,como en un cuento infantil y busca desesperadamente la empatía del espectador con personajes de algodón de azúcar.

En resumen, por un argumento interesante le doy un 6, pero le sobra azúcar y le falta trascendencia

Esta pelicula fue motivo de que durante unos años me perdiese la grandiosa obra de Hitchcock, hasta que un día y casi por casualidad me tropecé con 39 escalones y Extraños en un tren, ese fue el principio de una sincera admiración.
Puede que esta pelicula sea el resultado de una pesadilla del genio del suspense que, agitado, saltó de la cama y se precipitó al estudio de grabación.
No está de más verla, aunque sólo sea para comprender el precedente de una larga lista de películas en la que inumerables especies animales tratan de eliminar al ser humano desde que George Orwell les habló de la revolución

Tres policías: Ray, Franky y Jimmy, ya sólo falta el pequeño Timmy. Se trata de un retrato casposo de la policía americana, por no mencionar el modo en que nos presentan al colectivo latino, al cual le ponen un ridículo acento, estilo anuncio de "Malibú" que resulta vergonzoso.
Los diálogos caen en el tópico más absoluto y no aportan nada a una historia que encajaría más holgadamente en una peli de domingo por la tarde en el sofá.
Sólo la presencia de un curtido Edward Norton hace que no pierda la paciencia en los primeros veinte minutos.

Una de esas películas que te sientes obligada a ver, precedida del clamor general y que, sin embargo, deja totalmente indiferente.
Los personajes suponen una crítica a la sociedad norteamericana, rozando el surrealismo más esperpéntico, sin lograr despertar la menor empatía.
Una película injustamente elevada a la categoría de culto, o quizá no.

Ésta, forma parte de ese grupo de películas que tienden a recordarse en las cenas de amigos e invitar a alzar el vaso parafraseando alguna célebre cita.
Pues bien, reconociendo a un Manquiña difícil de ignorar, sólo puedo distanciarme del brindis y beber en silencio por una película que me resultaría muy fácil de olvidar sino fuese por el incondicional amor popular que la acompaña.