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Críticas 161
Críticas ordenadas por utilidad
Críticas ordenadas por utilidad
5
30 de septiembre de 2021
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tercera película de mi primera jornada del Festival de Cine de San Sebastián, y me topo, a las cuatro de la tarde, después de comer, con el nuevo trabajo de Lucile Hadzihalilovic, que regresaba al festival donostierra tras haber ganado el premio New Directors con su primer largometraje, Innocence, y el Premio Especial del Jurado con su segundo, Évolution. Con este tercero compite también en la Sección Oficial de este año.

En un lugar indeterminado de Europa, mitad del siglo XX, un misterioso hombre llamado Albert cuida a una niña llamada Mia. La labor del hombre es atender todos los días su boca, ya que la niña tiene dientes de hielo, y alimentarla. Periódicamente atiende las llamadas telefónicas del Maestro, que se preocupa por el estado de la niña, hasta que, llegado un día, debe prepararla para que salga al exterior.

Desde el comienzo, con los títulos de crédito, la película nos intenta adentrar en una especie de cuento gótico, en el que los silencios (la primera palabra suena pasados los veinte minutos de proyección), la oscuridad que inunda todo, las texturas sonoras que acompañan el relato y la sobriedad de los actores, ayudan a crear un denso y claustrofóbico ambiente.

Tengo que reconocer que esta adaptación de la novela homónina de Brian Catling no logró engancharme del todo: el rompecabezas que la directora crea con los variopintos personajes que pueblan la historia me deja tan descolocado que salgo con una sensación extraña del cine, por un lado apabullado por su oscura puesta en escena, pero por otro sin acabar de desentrañar su esquiva trama.

A pesar de todo, es de reseñar y agradecer que un festival como éste dé visibilidad a películas como la que ahora nos ocupa, que apuestan más por las sensaciones que por la narrativa.

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3 de febrero de 2025 3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hugh Grant es el actor simpático de Cuatro bodas y un funeral, Notting Hill, El diario de Bridget Jones o Love Actually, entre otras muchas. Sin embargo, en este oscuro y claustrofóbico trabajo, las sonrisas y reconocibles muecas que nos regala son para helarnos la sangre, pues encarna a un hombre desencantado con las religiones que busca su propia justicia.

Dos jóvenes misioneras, la hermana Barnes, y la inocente hermana Paxton, llevan todo el día puerta por puerta sin lograr que nadie se interese por la Iglesia de Jesucristo de los Santos de Últimos Días, hasta que con el comienzo de una fuerte tormenta llegan a la casa del Sr. Reed, dando a pie a una velada que pondrá al límite la fe de las pobres religiosas.

Los directores americanos Scott Beck y Bryan Woods nos traen una entretenida película de terror que tiene varios puntos a su favor: mantiene al espectador en estado de alerta hasta el final gracias a un guion bien armado; propone un sugerente discurso sobre las religiones y la fe; cuenta con actuaciones memorables, como las de Sophie Thatcher y Chloe East, perfectas en sus roles, pero sobre todo la de Hugh Grant, quien nos regala un diabólico personaje que nada tiene que ver con su imagen de chico bueno de trabajos anteriores; el juego con el espacio de la casa que hacen los directores, sacándole le máximo jugo para convertirla en una auténtica casa del terror.

Con todos estos ingredientes no queda otra que animaros a ver este sorprendente y entretenido thriller psicológico que lleva el sello de la refrescante productora A24, en la que descubriréis y disfrutaréis de la cara oculta del bueno de Hugh Grant.

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19 de octubre de 2024 3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
En un momento de la tercera película de la directora zaragozana Pilar Palomero (Las niñas, La maternal), se dice que la vida tiene más sentido cuando se tiene noción de la muerte. Es entonces cuando pueden apreciarse las cosas más simples, las que luego dejan más huella cuando falta un ser querido. La historia nos muestra cómo hasta en los momentos más oscuros de la vida pueden filtrarse destellos altamente luminosos.

Isabel lleva mucho tiempo alejada de Ramón, su exmarido, hasta que un día Madalen, la hija de ambos, le pide que vaya a visitarlo con más frecuencia, pues el hombre se encuentra muy enfermo y ya no puede salir de casa solo. Poco a poco, Isabel irá olvidando los resentimientos que hicieron cortar la relación y se centrará en el acompañamiento en los últimos días de alguien tan importante que fue para ella en el pasado.

El último trabajo de Palomero es una historia cargada de humanidad, donde, al contrario que nuestra sociedad netamente individualista, impera la empatía y el cuidado del prójimo. Una cinta llena de gestos y acciones que hablan por sí solos: una canción que suena en la habitación, un baile, un paseo por el campo para recoger fósiles, una lectura de poemas… Todo ello sin pedir ni dar explicaciones, por el simple hecho de acompañar a alguien que lo necesita. Pero la cinta también pone el foco en esos cuidadores que también necesitan su apoyo para no perder el equilibrio.

El reparto es magnífico, con Patricia López Arnaiz a la cabeza, una actriz que lleva años sorprendiéndonos para bien en cada nuevo trabajo; aquí llena de gestos y complicidad su personaje. Antonio de la Torre está impecable, como siempre. También me ha sorprendido el trabajo de contención hecho por Julián López y la agradable presencia de Marina Guerola, que impregna de luminosidad al personaje de Madalen, una hija que emociona. Rodada en Horta de Sant Joan, el pueblo de la familia de la directora.

Una película que RECOMENDAMOS verla por lo menos una vez, ya que como sociedad somos más viejos y sin embargo estamos menos preparados para afrontar la muerte.

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20 de noviembre de 2023 3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me ha costado escribir sobre esta película. Es una historia que me ha calado muy profundamente, me he sentido muy identificado en ciertas partes de la historia. La vida que vivimos sólo la podemos vivir una vez, y durante ese trayecto suben y bajan muchas personas; con alguna de ellas se crea una conexión tan especial que trasciende el tiempo y el espacio. Estamos ante una delicada y hermosa ópera prima de Celine Song, inspirada en su propia experiencia.

Nora y Hae Sung son dos grandísimos amigos de la infancia que perdieron el contacto cuando la familia de Nora emigró desde Corea del Sur a Canadá. Varios años después se reencuentran online, manteniendo una intensa relación durante una semana que les hará enfrentarse a sus distintas vidas.

Song debuta en el largometraje con una sutil película que nos habla sobre el paso del tiempo, el amor, la distancia, las renuncias, las apuestas. La película se divide en tres actos: la infancia de ambos en Corea del Sur, que nos muestra la fuerte relación que tenían entre ambos; la segunda, la relación que mantienen a distancia, cuando ella estudiaba teatro en Nueva York; y la tercera, el presente que los junta en Nueva York, con Nora casada con Arthur.

Las interpretaciones son muy sólidas, creando unos personajes llenos de empatía entre ellos a pesar de las fuerzas internas y los posos del pasado. Personajes que hablan con los gestos y las miradas. La directora crea una historia que no pierde ritmo en ningún momento; de apariencia sencilla, desarrolla, sin embargo, una compleja trama cargada de honestidad.

Una íntima cinta que emociona; sin florituras, nos enfrenta a nuestras vidas. Porque en este viaje que es la vida hay personas que dejan una huella imborrable. Una película que va directa a nuestro apartado de RECOMENDAMOS.


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27 de enero de 2022 3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hoy en día el negocio de la cocina está muy en boga, con programas diarios en distintos canales televisivos, incluso con reality shows en los que participan adultos, famosos y niños. También con muchos restaurantes buscando reconocimiento con una estrella michelín. Pero siempre hay pioneros, y es ahí donde pone el ojo el director galo Eric Besnard para narrar el origen del, según las crónicas históricas, primer restaurante francés.

Después de quedarse sin empleo, de la noche a la mañana, por querer innovar en sus platos, el cocinero Pierre Manceron conoce a una misteriosa mujer que, a la postre, le animará a abrir un restaurante en la Francia de 1789, justo antes de la Revolución Francesa.

Una bonita película que combina dosis de drama, misterio, romance y sátira para trazar la sociedad de la convulsa época prerrevolucionaria. Una cinta que entra por los ojos como si fuesen frescos de la época, con una posada en medio de la campiña francesa donde se recrean espectaculares bodegones que parecen salir de la pantalla.

Besnard ha contado con la colaboración del chef francés Thierry Charrier como asesor para la elaboración de las recetas que se cocinaban a finales del siglo XVIII, con un gran resultado donde la comida es el eje fundamental de la trama. Cabe destacar la autenticidad del reparto en la creación de personajes maravillosos.

Una película que puede pasar desapercibida en la cartelera, pero que merece mucho la pena disfrutar de su deliciosa historia.

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