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España España · Barcelona
Críticas de Ed Lauter
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Críticas 218
Críticas ordenadas por utilidad
3
25 de febrero de 2011
15 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
Quiero pensar que cuando se realiza un remake su intención es mejorar la película original. El problema viene cuando la original es demasiado buena como para intentar mejorarla. Y el resultado es una cagada. Como es este caso.

"The mechanic" de Simon West es una adaptación al cine moderno de acción de un título casi olvidado de Michael Winner de 1972 que en España se tradujo como "Fríamente, sin motivos personales" (toma ya). Lo que Winner y su guionista Carlino construyeron fue el complejo perfil psicológico de un sicario profesional encarnado por el duro entre los duros Charles Bronson, convertido en mentor de un ególatra y narcisista pijo (un Jean-Michael Vincent que también clava su papel) con el que establece una intrigante relación de tutor y rival.

Todo aquello que ofrecía la película de Winner (personajes psicológicamente complejos y muy trabajados a nivel de guión, un argumento enigmático y con sorpresas, una coherencia entre la meticulosidad de Bronson y su manera de hacer cuando se pone manos a la obra, y un final de lo más impactante) se lo carga de un plumazo Simon West en su modernísimo "remake".

Sigo en el espacio para spoilers.
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Ed Lauter
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4
3 de mayo de 2020
13 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un comienzo interesante, incluso diferente, para ir decayendo poco a poco y volver a lo que Star Wars ha venido siendo en los últimos 20 años: un más de lo mismo. Quizá es que no hay que ser muy exigente con los productos de Star Wars. El propio George Lucas le recordó a Fraveau durante un rodaje de la serie al que asistió en persona que no olvidase que Star Wars es un universo dirigido a niños de 10-12 años. Por eso pedirle más no tiene sentido. Y a mí me cuesta un horror rebajar mis exigencias como espectador a las que tenía en 1983, con apenas 8 años cuando vibraba cada vez que veía en video La Guerra de las Galaxias o El Imperio Contraataca (la única parte de la saga que me sigue pareciendo un peliculón a día de hoy).

Partiendo de que las dos últimas trilogías (episodios I a III y VII a IX) me parecen infumables y que los spin off no me volvieron loco (básicamente Rogue One, porque no he visto Solo), el primer capítulo de The Mandalorian me pareció lo mejor que he visto de la saga Star Wars desde El Retorno del Jedi. La historia era puro western ambientado magníficamente en el mundo esbozado por George Lucas cuarenta años atrás. Prácticamente uno podía imaginarse los 37 minutos que duraba este capítulo fraccionados por escenas e insertados a lo largo del Episodio IV, como un arco argumental paralelo a las aventuras de Luke Skywalker en Tatooine.

Los tres primeros episodios me parecieron prometedores. El argumento era muy simple y poco pretencioso. Había acción muy bien rodada, había intriga (¿quién es ese misterioso cazarrecompensas con aspecto de Boba Fett? ¿qué era ese baby yoda?) y del humor y estilo infantiloide marca de la casa afortunadamente apenas había noticias. Incluso no le di importancia a las típicas licencias increibles de estas pelis (por mucha armadura que lleve, ¿cómo puede sobrevivir el mandaloriano a las embestidas del rinoceronte?). Y todo en menos de 40 minutos por episodio.

Sin embargo (ver spoiler) los últimos cinco capítulos me hicieron perder el interés de forma progresiva, sobre todo los dos últimos. Y no tengo mucha esperanza en que esto vaya a cambiar.

La serie está petándolo entre los fanáticos de Star Wars. Yo dejé de serlo hace ya bastantes años. Con el tiempo me ha ido pareciendo un universo simplón y con personajes extremadamente planos. De hecho el argumento de esta primera temporada se puede resumir en dos líneas, porque apenas cuenta con situaciones trascendentes. Y el baby yoda no deja de ser un "mcguffin" del que quizá se sepa algo más en próximas entregas.

Encantará a los que disfrutaron con Rogue One y les basta con muy poquito de cualquier producto con la etiqueta Star Wars. La serie está cargada de acción, está fantásticamente ambientada y los guionistas han sabido readaptar muy bien un personaje como Boba Fett y recrear otro de manera entrañable (el Baby Yoda) para cualquier fan de la saga. Quienes busquen algo más, quienes busquen una historia interesante, mejor que miren otras alternativas.
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Ed Lauter
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The Other Dream Team
Documental
Estados Unidos2012
7.1
306
Documental
6
23 de julio de 2013
11 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Entretenido documental sobre la selección de baloncesto lituana que participó en los Juegos de Barcelona 92. El documental parte de los inicios como jugadores de Sabonis, Homicius, Marciulionis y Kurtinaitis, los cuatro lituanos titulares del equipo de la URSS que derrotó a USA en los Juegos de Seúl 88 y que pasarían a ser las figuras de Lituania cuando el país se independizó en 1991. La narración se centra en las dificultades y penurias que vivieron ellos cuatro (y sus antepasados) durante su juventud en Kaunas formando parte todavía de la Unión Soviética hasta el momento en que Lituania consigue la independencia y participa como país libre en los Juegos de Barcelona.

En general el documental me ha gustado porque como fan del baloncesto de los 80 contiene un montón de imágenes acojonantes e inéditas para mí de toda aquella época. Y se ven algunas escenas increiblemente divertidas, como la noche del draft NBA de 1986, cuando David Stern anuncia la elección de Arvydas Sabonis por Portland Trail Blazers. El propio Stern hace una sutil coña sobre el lituano, de fondo se oyen abucheos por la intromisión de un "comunista" en la gala, y a continuación se ve una "peña" de fans de los Blazers viendo la retransmisión del evento en un local y todo cristo cagándose en el iluminado que ha decidido fichar a un jugador desconocido Y RUSO para más inri. Me meaba (aunque para mear y no echar gota el traje blanco y pajarita roja de Chuck Person en esa gala del draft).

Por lo demás, el tono del documental es un poco cargante. Se trata de un documental muy politizado. Se insiste en el proceso de independencia como algo histórico y extraordinario que convierte la medalla de bronce en Barcelona como un acontecimiento casi político (por no decir militar). El mensaje "qué malos son los rusos y que buena es la independencia, donde el pueblo elige cómo vivir" llega a saturar. Varios políticos lituanos chupan demasiada cámara a lo largo del film. Y los propios jugadores no paran de mostrar su patriotismo en todas sus declaraciones. Ya digo, muy plastas.

Me gustó mucho más (por no decir a años luz) "Once brothers", el documental de ESPN centrado en Vlade Divac y Drazen Petrovic donde la guerra de los Balcanes y el proceso de independencia quedaba un tanto de lado ante el drama humano de unas amistades rotas por la guerra. No tenía tanto tufillo nacionalista, posiblemente porque era un documental americano, mientras que éste está dirigido por un director lituano que posiblemente habrá chupado una buena subvención de su nacionalista gobierno por escribir un guión que no para de repetir lo guay que es ser lituano.

Recomendable para muy fans del baloncesto europeo.
Ed Lauter
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8
21 de enero de 2010
11 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Entretenida película carcelaria que pese a su longitud y sus tópicas situaciones logra meterte de lleno en la trama. Actores míticos de los ochenta y noventa en sus primeros papeles, una historia bien enlazada y unos personajes carismáticos tienen la "culpa" de su eficacia.

Uno de los primeros papeles de Sean Penn, quien por entonces ya había debutado en "TAPS: más allá del honor" y que poco después se consagraría como gran promesa con su papel en "El juego del halcón". Es curioso el destino de ambos protagonistas: Penn en la cumbre entre los actores de su generación y Timothy Hutton rodando bodriazos (La Caja Kovac) en España.
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Ed Lauter
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7
29 de agosto de 2022
10 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Interesante y bien llevado documental sobre uno de los fichajes más rocambolescos y polémicos de la Historia del fútbol español, aunque tratándose de un traspaso entre FC Barcelona y Real Madrid podríamos hablar incluso de mundial. La película mantiene un tono de documental de investigación y no el de la clásica hagiografía sobre uno de los mejores futbolistas del mundo de finales del siglo XX. Si alguien quiere conocer los logros deportivos de Luis Figo y disfrutar de sus carreras por banda, más le vale buscar otros productos audiovisuales. Aquí lo que va a encontrar es un retrato descarnado de las bambalinas del fútbol, el backstage de un gran teatro en el que unos titiriteros que operan bajo el nombre de "agente" o "directivo" junto a vividores comisionistas que orbitan a su alrededor, mueven los hilos de unos futbolistas de élite que, a cambio de unas cantidades obscenas de dinero, se dejan manejar como auténticas marionetas al tiempo que son elevados a los altares por los pringados que pagan sin rechistar la factura de todo este vodevil: los aficionados.

El traspaso de Figo en 2000 es paradigma de una mercantilización salvaje e incipiente del fútbol que había comenzado apenas un lustro antes, cuando el juicio de Jean-Marc Bosman reventó las leyes del mercado futbolístico europeo, cambiándolo para siempre. Si bien el fútbol sigue siendo "el opio del pueblo", su versión de élite pertenece cada vez más al mundo del espectáculo y los negocios en detrimento del deporte. La apertura del mercado y la saturación de jugadores foráneos en todos los equipos trituró esa percepción de pertenencia grupal y localista de los clubs, especialmente los más ricos, que pasaron a ser "propiedad" de fans de todo el globo. Al mismo tiempo, las grandes figuras balonpédicas dejaron de ser iconos de un único equipo al que rendían fidelidad y se convertían en un club-empresa en sí mismos, firmando suculentos contratos cada vez que cambiaban de camiseta.

Figo no fue el primer caso de jugador-emblema de un club que cambiaba de aires para liderar a su archienemigo deportivo. Pero sí fue el primer traspaso con cifras astronómicas que inauguró la era de los "agentes", figuras jurídicas que siempre habían existido en el mundo del deporte profesional como mánagers o apoderados vinculados a los deportistas, pero que iban a tomar un peso y un poder inusitado a partir de entonces, influyendo más de lo prudente en la confección de plantillas y en la tasación de jugadores. El resultado ha sido la conversión del fútbol de élite en un mercado persa donde los sentimientos y el romanticismo son cada vez más cosa del pasado, y las exorbitadas cifras de dinero que mueve este espectáculo atrae a no pocos advenedizos dispuestos a vender a su madre por hacerse con una parte del pastel.

"El caso Figo" en definitiva es la narración en primera persona de todos los involucrados en uno de los traspasos más sonados, sorprendentes y controvertidos de la historia del fútbol. Un documento donde los protagonistas se mueven entre la codicia, la picardía y el cinismo más desvergonzado. Dos horas de testimonios tras las que yo no dejo de sorprenderme cada vez más por la admiración e idolatría que generan entre los aficionados al fútbol unos personajes movidos por un grado de avaricia nauseabundo a los que les falta valentía y les sobra jeta para soltar un discurso sobre "cariño y respeto" donde quieren decir "dinero".

En ese aspecto el mayor chispazo de sinceridad del documental lo protagoniza Paulo Futre, cuya vital participación en el traspaso había sido hasta ahora un secreto muy bien guardado. El ex-delantero portugués, una auténtica celebridad en su país como corresponde a cualquier futbolista de primer nivel, suelta como si tal cosa, con la misma desenvoltura con la que se jacta habitualmente de la picaresca de la que ha hecho gala a lo largo de su vida, la siguiente frase que sirve como perfecto resumen del documental: "A Figo le dije 'Luis, no importan las medallas, los títulos, los goles, el cariño de la gente. Cuando tu carrera termine lo único que importa es LA PASTA que hayas hecho'".

Muy recomendable para fans del mundo del deporte de élite desde un punto de vista financiero y organizativo. Aburrirá a quienes busquen un documental donde el fútbol se imponga a los negocios.
Ed Lauter
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