Veamos: los contratistas son gente con un superpoder extraño que han surgido de la puerta del infierno (en Japón) o la del cielo (desaparecida en Sudamérica) y que tienen que hacer un pago de ese contrato que es algo tan extraño como alinear todas las piedrecitas que vean, poner del revés los zapatos de sus víctimas, comer cigarrillos, escribir poemas por muy malos que sean... Eso suena prometedor ¿verdad? A mi me hizo imaginar que alguna catástrofe o el tal meteorito apenas mencionado había hecho surgir esas puertas... nanay, surgieron por que sí... que allí la gente que entró en ellas consiguió sus poderes... no se, a través de un dios o demonio con sentido del humor como para ponerles esas condiciones por los poderes... nanay, lo hacen por que es así y punto... si ni siquiera han tenido la decencia de inventarse que demonios pasa cuando no se cumple el pago.

Les llamaron contratistas y dolls (personas sin alma que sirven como médiums) porque sonaba original, pero solo es una manera rebuscada de llamar a algo que existía de hae mucho, los superhéroes.

Total, que queda una serie para disfrutarla visualmente, tener el volumen bien bajito, no hacer ni caso de la trama y decir ¡yo lo habría hecho mejor! porque seguro que tú lo hubieses hecho mejor con ese presupuesto, al menos, en lo que al guión respecta.