No recuerdo haber visto una primera secuela TANNN mala. Me pareció previsible hasta la médula, aburrida, con un planteamiento que de haberlo desarrollado de otra manera hubiera resultado interesante, pero convertir lo que fue el proyecto de la bruja de Blair en una película para adolescentes que van al cine para darse el lote...
Pasas todo el tiempo:
-Niiiiña, no toques eso... Que ya verás que te metes en un lío...
(...)
-¿Lo ves? Te lo dije...
Buff, y ahora pasará tal y tal y tal. Pumba, y pasa.
Queda claro que lo que pretendían era aprovechar el tirón de una película y estrujar el bolsillo a todo aquél ganso que estuviera dispuesto a vaciárselo.

Una pena que a la maravillosa Divine le quedaran ya sólo unos pocos años de vida para seguir deleitándonos con su inconfundible estilo trash-kitsch-camp.
Al igual que Francine pasa todo el tiempo obsesionada con los olores, es inevitable sumergirse en esta espiral de olores que es la película en la que absolutamente todos los personajes salvo la protagonista apestan al igual que un estercolero. Una pena que en España no editen estas películas.

La letra de una canción al principio de la película resume tu sentir cuando la ves. ¿En serio, cómo puedo estar tragándome este troñaco? Será el calor, un verano desabrido o yo qué sé, pero ahí estás, sin dar crédito.
Actuaciones lamentables, una continua rotura de la cuarta pared que raya la manía, canciones espantosamente mal cantadas, un sonido bastante malo, pues es difícil entender los diálogos a momentos y motivaciones infra-mundanas. Como guinda del pastel, una historia de reptilianos que... ¡mátame, camión!

No siempre encuentras una película que cuesta comenzar a ver, a que la maquinaria le cuesta que arranque y comience el espectáculo para dejarse ver, generalmente si empiezan mal, terminan peor. Pero en este caso, lo que comienza siendo algo crispante (por los personajes masculinos del café), torna en delicia una vez Hepburn hace aparición definitiva en la escena, al igual que sus amigas (aunque considero que poco lustre le sacaron a Giulietta Masina, grande, grandísima actriz) y el elenco de personajes de la calle, vulgares a simple vista, pero que esconden mucho más de lo que aparentemente podemos ver.
Una crítica brutal a la religión, especialmente el catolicismo, pero vale para cualquiera otra (mala suerte, Buñuel...). Unos diálogos que rebosan de lógica y la chispa apropiada.
Le doy el 9 porque cuesta, quizá, un poco, tras ese comienzo tan aparentemente caótico, pero después todo se hila, finamente...

Si bien la historia comienza de forma mundana, el desarrollo de la trama, junto con las situaciones cómicas y el desparpajo de la protagonista, conforman una cinta realmente entretenida con momentos hilarantes.
Nota: En la sinopsis, FilmAffinity apunta a que Mimí es una "gatita", y no, no es una gatita, es una perrita.