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España España · Barcelona - Santa Cruz de Tenerife
Críticas de Beatlespock
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Críticas 275
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
10
23 de diciembre de 2011
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Año 1986. Hacía más o menos un par de años que había descubierto a los Hermanos Marx, pero aún no estaba enganchado a ese humor irreverente que te tiene que atrapar por completo si no quieres ser una Margaret Dumont más. Recuerdo que no estaba muy bien de la salud por aquella época porque había tenido serios problemas estomacales interminables durante todo un verano y utilizaba esta película para olvidarme de ellos. Al menos, las risas estruendosas me hacían apartar de mi mente la extraña enfermedad silenciosa que derivó, semanas más tarde (y en el mismo fin de semana que Pasqual Maragall anunciaba los Juegos Olímpicos de Barcelona 92), en una peritonitis aguda que no me mandó a la fosa de milagro. Una apendicitis erróneamente diagnosticada tres meses antes como vulgar gastroenteritis aguda, sí.

Fíjense si "Una noche en la ópera" es una obra maestra de las obras maestras del humor, que una época horrorosa en la que mi estado físico se resintió durante dos o tres años, la recuerdo más por "los huevos duros",por los bistecs crudos, poco hechos y quemados del eterno camarote, y, por supuesto, por el buffet libre pantagruélico de la cubierta del barco que llevaba a toda la troupé a Nueva York... Y como dato aún más curioso, os diré que pusieron "Una noche en Casablanca" a la semana de haber sido operado de la peritonitis y a un día de recibir el alta médica en una recuperación récord. Ya tenía fuerzas de nuevo para reírme, en la sala de televisión de mi planta del hospital, con las payasadas de Ronald Cornblow... Y es que los Hermanos Marx siempre formaron y formarán parte de mi vida, incluso en el estilo que adopto al escribir algunas críticas destructivas en FilmAffinitty. Parece que esté Groucho diciéndome lo que tendría que redactar para acercarme un poquito a su irreverencia...

El inolvidable y legendario grupo de rock Queen, utilizó el título de esta película para su obra magna LP "A night at the opera", que contenía "Bohemian Rhapsody" y "Love of my life", entre otros clásicos atemporales. En las postrimerías de su vida, Groucho parece ser que invitó a los componentes del grupo a su casa en California y estuvieron tocando la guitarra juntos. Vaya reunión de genios.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Beatlespock
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2
23 de diciembre de 2011
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No os emocionéis con el título de la crítica, porque es lo único reseñable del enésimo producto de autoayuda con el que nos obsequia una industria cada vez más dada a deambular en la mediocridad, en consonancia con la pérdida de valores progresivos de la sociedad.

Asombra que esta película roce el aprobado según las votaciones de Filmaffinity, porque sin serlo, padece todos los defectos de la inmensa mayoría de filmes concebidos exclusivamente para la pequeña pantalla y para disfrute o consumo rápido del público dominguero, sin otra pretensión que la de enfrentarse a la nueva semana. Una fristoria millones de veces ya vista, intérpretes desvahídos, incluida la que se supone que impulsa la película, la rubita Kate Bosworth; y una absoluta falta de pretensiones y linealidad meridiana en todo el metraje. Vamos, que dos horas de meditación trascendental sobre el villarato dan mucho más jugo.

Moraleja aplicable a filmes similares:

Todo lo que crees que debe pasar, pasará. Todo lo sabrás en el primer minuto de la película.
Beatlespock
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3
23 de diciembre de 2011
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Todo el tecnicismo del mundo de los efectos especiales y un esfuerzo impagable en buscar a un alter ego del malogrado e inolvidable Christopher Reeve, no esconden una floja entrega que olvida el carisma de los Kent, Lane, Olsen, Perry White y Lex Luthor y se convierte en un mero envoltorio de alarde digital, marrado por las innumerables copias y referencias de la primera entrega dirigida por Richard Donner, allá por 1978.

No, las comparaciones son odiosas. Lex Luthor es Gene Hackman y hasta Michael Rosembaum (el de Smallville), Lane será siempre Margot Kidder porque la nueva es una jamona demasiada atractiva para lo que Clark siempre ha buscado, Jimmy Olsen parece sacado de la nueva tripulación del Enterprise de Abrahams y el mismísimo Superman no tiene nada que hacer con Reeve. Por no hablar de la fulana de Luthor, Kitty, sin un gramo de carisma como la de Mrs. Teaschmeaker.

En resumen, entrega tan prescindible como la horrorosa Supermán IV "en busca de la paz" y más vale dejar a nuestro héroe de parranda con Richard Pryor, William Atherton y Robert Vaughn.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Beatlespock
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7
23 de diciembre de 2011
19 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nunca he leído la novela de Nabokov que ha servido de guía para la filmación de esta película, así que la crítica estará exenta de cualquier elemento literario. En contraposición, trataré de explicar un poco más de qué va el fascinante mundo del ajedrez para el aficionado casual que se haya topado con esta película o el neófito trebejista amante de las novelas del ruso.

El protagonista de la historia, Alexander Ivanovic Luzhin, es un auténtico lunático producto de una infancia desdichada: sus padres no se llevaban bien (con querida familiar de por medio) y contrataron un instructor para potenciar su intelecto por el ajedrez. Dicho profesor lo dejó tirado al llegar el talentoso ajedrecista al máximo que podía dar, no suficiente para ser el mejor del mundo. Turturro borda con maestría un personaje muy característico que recuerda a ajedrecistas tan desequilibrados como Bobby Fischer (un obseso manipulador que, después de haberse proclamado campeón del mundo en aquel glorioso match contra Spassky en Reikyavik en 1972, dejó de jugar), Paul Morphy (que se retiró en el camino de la locura en la cumbre de su carrera), o Carlos Torre, que se desnudaba en público. Tampoco debemos olvidar que Wilhelm Steinitz, el padre del primer ajedrez moderno, acabó sus días creyendo poder jugar una partida con Dios y ganarle, o la gimnasia de Aaron Nimzowitch en medio de una sala de juego.

Desgraciadamente, el actor John Turturro es el único que sobresale. Los demás personajes son demasiado desvahídos y el contrapunto de Emily Watson y su insoportable y posesiva madre es insuficiente, así como ciertas decisiones absurdas de su caracterización que, si son producto de la mente de Nabokov, resultan muy poco creíbles para alguien que tenga dos dedos de frente. Vamos, que enamorarse de Luzhin es estar verdaderamente necesitada de un polvazo y casi era preferible meterse un alfil como consolador. Groserías aparte, hay bastantes detalles ajedrecísticos que harán la delicia de los aficionados al noble y artístico juego y que se detallan en el spoiler.

En resumen: Película agradable y superior a "Jaque al asesino", pero inferior de todas todas a "En busca de Bobby Fischer" y "La diagonal del alfil". Demasiado insustancial y con sabor a cliché rosa.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Beatlespock
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6
23 de diciembre de 2011
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Concebida como una de las primeras películas al servicio del fenómeno fans, "Qué noche la de aquel día" es una irreverente secuencia de sketches y gags al servicio exclusivo de The Beatles en toda su plenitud juvenil, antes de que The Fab Four descubriesen a Boy Dylan, Stockhausen y probasen la marihuana y el LSD. Sin duda, la banda sonora es lo mejor de la película y un colosal tour-de-force de John Lennon, que por aquella época todavía ejercía de líder de imagen y compositivo de los cuatro escarabajos. Canciones como "A hard day's night", "I should have known better" o "Can't buy me love" son eternas y reconocibles al primer milisegundo, pero merecen igual atención las baladas "If I fell", el primer intento de Lennon en escribir un tema lento decente (siempre rayó su autoexigencia en lo excesivo), canción superior a "And I love her", tan ensalzada; "Any time at all", con un demoledor piano, y "Things we said today", una perla oculta de Macca que ya empezaba a plantear el pugilato a su alter-ego.

Como actores, John, Paul,George y Ringo sólo tenían que hacer de sí mismos, o mejor dicho, de la imagen que la gente tenía de ellos. Todavía funcionaban como una cohesión cuadricéfala. Si uno tosía, los otros tres estornudaban. La escena de Ringo, la del paseo al lado del río, fue una de las más celebradas de la película y algunos sesudos sugirieron que el batería podía dar mucho de sí como actor, pero la realidad es que Ritchie grabó la toma en plena resaca y sin tener ni idea de los que estaba haciendo. Como curiosidad histórica, la futura primera mujer de George Harrison, Pattie Boyd, sale haciendo un extra: quién sabe si ese extra fue más de lo que se vio en la pantalla, a tenor de lo embobado que se quedó "The Quiet One" con la futura musa de Eric Clapton.

En definitiva, documento esencial de la beatlemanía, bastante superior a las posteriores entregas cinematográficas "Help!" y "Magycal Mistery Tour" y, sin duda, burbujeante y chispeante demostración del carisma de los componentes del segundo mejor grupo de rock de la historia.
Beatlespock
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