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Críticas de Argoderse
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Críticas 254
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
7
15 de diciembre de 2022
6 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo que parecía una comida en un sitio de lujo, se convierte en un ejercicio de expiación de los pecados, de exorcizar a la sociedad de la impostura, la pedantería y la apariencia, que llega a poner hasta en riesgo la propia vida de los personas. Y así, uno de los cocineros más 'cojonudos' del momento, se convierte en una especie de Malvado Zaroff, dispuesto a condenar a los pecadores en sus fogones. Todos tienen algo que ocultar... Incluso el maestro de ceremonias.

Perturbadora y entretenida, a veces divertida, y en todo momento sombría e inquietante. Por momentos teatral, gracias a la cocina y los fogones que no se separan del salón. Una puesta en escena que cumple con el entretenimiento y llega a ofrecer algo más todavía. Sin embargo, no sé aún qué es. No logró descifrar el ingrediente secreto de la película de Mylod. No obstante, reconozco y me rindo ante la evidencia de que es un buen plato cinematográfico. No diré que un manjar, pero sí es sabrosa y tiene el jugo suficiente como para disfrutarla.
Claro que viene maridada con un reparto donde Ralph Fiennes brilla. Y es que si hay alguien que puede aglutinar todos los adjetivos anteriores, con un toque de histrionismo, ese es el británico. Un provocador. Puede ser el tipo más cruel de la historia del cine (La lista de Schindler) o un héroe del efecto 2000 (Días extraños) al borde de explotar. Y si quieres, el más sensible y hasta romántico que te puedas encontrar (El jardinero fiel, El lector o El paciente inglés). En fin, un actor sobresaliente, de esos que levanta una película de la nada, de los que bien valen una entrada de cine.

En El menú tiene como ayudante de cocina a otra actriz soberbia: Anya Taylor-Joy. ¿Esta mujer convierte en oro todo lo que toca, o solo me lo parece a mi? Los dos saben cuando actuar a fuego lento o poner toda la carne en el asador, dependiendo de la escena. Para eso hay un guion original, que rompe con los estereotipos de una cartelera entre avatares y superhéroes, que se ha olvidado que las mejores historias están en la imaginación humana; también en la pecadora.

Aunque vuelvo a insistir en que hay algún momento que desconecto del sabor, no sé por qué me pasa, creo que una propuesta tan arriesgada como El menú se merece una oportunidad en todo el calendario de premios que se avecina. Y, por supuesto, degustarla en una sala de cine.
Argoderse
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8
14 de noviembre de 2022
5 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Siempre me ha fascinado la frase de Jean Paul Sartre: El infierno son los otros. Incapaz de aceptar sus miedos, abrazarlos y trascenderlos, el ser humano ha tendido a lo largo de la historia a mirar fuera lo que siempre estuvo dentro; a culpar a su hermano, al vecino o al extraño de su particular desdicha. Por no reconocer que es el origen y solución de su infortunio, ve en los otros al responsable de sus calamidades y penas.

Frente a esto caben dos respuestas: una triste y retraída, dejarse reconcomer por el odio en vez de asumirlo como propio y liberarlo; o expulsarlo hacia afuera, en un acto de violencia. Se llega a un punto de no retorno, donde el 'demonio' del rencor y la inquina se ha adueñado de la esencia del ser, y se ejecuta un plan de venganza hasta sus últimas consecuencias.

Dicen que los animales atacan cuando sienten miedo. Obviamente, los humanos también. Miedo a lo diferente, a lo que no se puede controlar. E incontrolable es esta película, una sacudida inspirada en hechos reales, lo cual es más desconcertante.

Impresionante Luis Zahera, un tipo acorazado, que ha enterrado su humanidad en el rencor. Culpa a todos de su desgracia y la de su familia, mientras ve en la eólica noruega la posibilidad de salir de un pozo de miseria, que no es consciente que siempre estará con él, dada la ausencia de introspección.

Pero si hay especialmente un culpable ese es su vecino, representado por un grandullón aparentemente bonachón, como Denis Ménochet (fantástico, también). Al contrario que Zahera, él sí sabe lo que es el amor. De hecho, ello lo trajo a Galicia, junto a su esposa. Por lo tanto, lo ha experimentado, lo ha trabajado y sigue haciéndolo a través de sus huertos. Para él, esta tierra es un premio, en contraposición al castigo que supone para su vecino, que cree obrar en posesión de la verdad absoluta, la egocéntrica razón propia, por el simple hecho de haber nacido allí.

En definitiva, son dos proyectos de vida distintos, dos trenes con sus propios intereses a punto de chocar. En verdad parece evidente e incluso justificable tomar partida por uno, en apariencia más amable, el que representa Ménochet que, por el otro, el de Zahera. Pero Sorogoyen y Peña huyen de las evidencias, en un claro acierto narrativo, como el hecho de mantener los versión original, imprescindible para adentrarte en esta historia de violencia.

En el cartel promocional de la película, se ve como de entre las sombras va surgiendo una Marina Föis que halla la salvación en la trascendencia del miedo, perdiéndolo todo, literalmente hablando. Un rallo de luz entre tanta tiniebla. En la primera parte de la película se mantiene en un segundo plano, pero es a partir de precipitarse los acontecimientos cuando comienza a ganar fuerza, a través de la voluntad de mantener el sueño que les trajo a esta tierra. Con voluntad, nada es imposible, y ella es la abanderada, en un registro sobrio, contenido, sin fisuras.

Pese al vigor que le imprime a la obra, el desenlace que proponen Sorogoyen y Peña a mi me deja particularmente frío, teniendo en cuenta al punto de ebullición al que nos han ido llevando en sus poco más de dos horas de duración. Me ocurrió lo mismo con El Reino o Antidisturbios, no así con Stockholm y Qué Dios nos perdone.

Sea como fuere, ese punto final y pasar de puntillas por la estafa de las eólicas, no desluce el trabajo conjunto de una película dura, cruel y desagradable por momentos, pero donde afortunadamente tiene hueco la compasión. Una cinta, As bestas, que te sacude e invita a reflexionar sobre la importancia de mirarse hacia dentro, aceptarlo y ver limpio hacia afuera.
Argoderse
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7
28 de octubre de 2022
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Agatha Christie, la gran dama de la literatura policíaca y el crimen novelesco. También fue una dramaturga excepcional, como atestigua La ratonera, obra que ha servido de inspiración para esta entretenida película, con la pareja Saoirse Ronan / Sam Rockwell muy divertida.

Mira como corren es una suerte de homenaje desde la comedia a Agatha Christie, pero también a todos esos trabajos que han compuesto esta variedad literaria.

Disecciona clichés del género, como el presunto asesino o asesinos. Obviamente, el ingenioso y alcoholizado detective, siempre perturbado por su pasado, junto a su siempre solícito y humilde ayudante, en ocasiones un tanto botarate; o los amantes despechados y el servicio de mayordomos varios. Aquí no falta nadie para la ocasión, tomándose con acertado humor el trabajo de desmenuzar esa madeja propia del crimen policíaco.

Y esa comicidad está garantizada gracias a la brillante pareja que componen Ronan y Rockwell, que regalan los momentos más divertidos de toda la cinta. Me aventuraría a decir que son, además, los dos personajes con mayor evolución en toda la trama, en los que el director profundiza ligeramente. No necesita hacer más, puesto que la película está hecha por y para entretener.

Como decía, al tratarse de un compendio de las obras del género criminal, partiendo de un texto original de Agatha Cristhie, como La ratonera, obviamente hay muchas reminiscencias de otros trabajos icónicos. No pasa nada porque os recuerde a Puñales por la espalda, cuya segunda entrega está a la vuelta de la esquina. De hecho es el mejor aperitivo.

Pero tal vez, con quien guardaría más parentesco, sería con otros títulos como Un cadáver a los postres, Sin pistas o La trampa de la muerte; tres cintas donde el humor rodea a todo el argumento criminal. De ahí que las principales críticas vengan del puritanismo de aquellos incapaces de salir del canon de este género cinematográfico y literario.

Es más, el propio director se ríe de ellos, concrentamente de recursos como los flashback, utilizando a David Oyelowo (guionista en la ficción) como punching ball de esta genuidad por cumplir los mandamientos de todo thriller detectivesco, concluyendo con un resolución de la historia tanto o más divertida que su desarrollo.

En definitiva, no estamos ante la película del año ni una obra maestre, no lo persigue ni es su intención, por otro lado; pero Mira como corren sí es una de esas películas que dibujan una sonrisa y dan sentido a lo que significa el entretenimiento en el cine. Es decir, pasar un buenísimo rato en la butaca.

ARGODERSE
Argoderse
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6
21 de octubre de 2022
31 de 37 usuarios han encontrado esta crítica útil
in alfombra roja ni fuegos artificiales, Netflix acaba de estrenar El extraño, un thriller policíaco atípico en el género. Oscuro, con una puesta en escena atractiva, a priori, como su trama, y dos protagonistas de mucho peso, como son Joel Edgerton y Sean Harris. Efectivamente, si estás leyendo esto, estás esperando un pero... Y por desgracia, lo hay.

La música y el silencio, el trabajo corporal y la pausa o la larga transición entre escenas marcan el desarrollo de una película que no acaba de romper toda esa tensión que generan un Edgerton contemplativo, al borde de quebrarse por completo, y un Harris que en este tipo de papeles se mueve como pez en el agua.

Se trata de dos personajes introspectivos, ollas a punto de entrar en ebullición. Por momentos, el vapor sale por la pesa, parece que van a explotar, pero nunca acaban de hacerlo. Utilizando un símil futbolístico, el equipo hace la jugada del siglo, pero a la hora del remante, manda el balón por las nubes.

El extraño es una constante trampa tejida tanto para sus protagonistas como para el propio espectador. El director y guionista no deja de jugar con las ganas de todos, y precisamente con esas ganas te quedas, al menos en mi caso. Tanto es así, que Thomas M. Wright tiene que explicar a mitad de película, a través de flashbacks, qué es lo que realmente está contando.

Realmente es interesante el proceso de acercamiento entre Joel Edgerton y Sean Harris, como se va construyendo una relación tensa, donde reina el engaño por encima de la confianza, pero su evolución es un tanto lenta, coqueteando con el tedio. Para mi, no es el ritmo que me hubiese gustado en esta especie de gato y ratón, condenados a la traición.

No obstante, dentro del thriller policíaco, es una obra con muchas oportunidades para aquellos que les guste todo lo que a mi me ha echado para atrás. Vamos, que le dé la vuelta a la tortilla. Si hay alguno en la sala, seguro que lo disfrutará.

ARGODERSE
Argoderse
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6
17 de junio de 2022
6 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sí, Nicolas Cage es el puto amo. Desde Aquel excitante curso, a La ley de la calle, Birdy, Peggy Sue se casó, Hechizo de luna, Arizona Babe, Besos de vampiro, Corazón Salvaje, Luna de miel para tres, Red Rod West, Tess y su guardaespaldas, Te puede pasar a ti, Leaving Las Vegas... Y la trilogía del cine de acción olímpico: La roca, Con Air y Cara a Cara.

En fin: City of Angels, Snake Eyes, Al límite, Asesinato en 8 milímetros, 60 segundos, Windtalkers, El ladrón de orquídeas, Los impostores, El hombre del tiempo, El señor de la guerra, World Trade Center, Ghost Rider, Kick Ass, En tiempo de brujas, Furia ciega, Travesía Salvaje, Caza al asesino, Policías corruptos, Snowden, Mamá y papá, Mandy, Colour out of Space, Prisioneros de Ghostland y, en breves, Pig.

Ni mejores ni peores, simplemente las películas de Nicolas Cage que he visto en mis 34 años. Y, efectivamente, es el punto amo. No sé cómo será en persona, pero apuesto a que es de esos tipos que no duda en reírse de sí mismo. Si no es así, al menos sí lo hace en El insoportable peso de un talento descomunal, una auténtica locura de película; una especie de fiesta orgásmica sobre el universo de 'Nick' Cage: "una maldita leyenda", como dice Pedro Pascal, su compañero de fatigas en esta cinta de Tom Gormican.

Como declarado fan de Nicolas Kim Coppola he de reconocer que Pascal se sube al mismo peldaño en esta comedia de acción, que se disfruta desde la broma infinita. Disparatada, alocada, desenfadada. Un colocón de los de época. Tan ilógica y absurdamente divertida, como las subtramas que nacen de la historia principal: el homenaje a Nicolas Cage. (¿El presidente de Cataluña y los Estados Unidos? ¡WTF!) Un totum revolutum que solo podría funcionar con esta pareja de protagonistas, no me cabe duda.

Es verdad que los dos están solos. Si Neil Patrick Harris está desaprovechado, Paco León lo intenta, pero no pega nada en absoluto en ese rol de primo ambivalente de Pascal, entre atolondrado y sádico... ¡Uff! Demasiado ya.

Insistiendo en no buscar seriedad entre el surrealismo cómico, no está de más bosquejar sobre, precisamente, el talento descomunal que lleva a muchos actores, a vagar por superproducciones mediocres, con las que pagar las malas decisiones de la vida. Y además, conceptos como la familia y la amistad.

Si bien no está en su cometido hacer un tratado sobre esto, son tres palos de la baraja, que el director y guionista Gormican sabe tocar correctamente, para bajar un tanto el nivel de adrenalina generado. Y así culmina un producto perfecto para esta época, donde poner el cerebro en piloto automático, sentarse y recordar que el cine, además de arte, es entretenimiento sin más. Y con una leyenda como 'Nick' Cage. Qué más quieres.

ARGODERSE
Argoderse
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