Haz click aquí para copiar la URL
España España · MADRID
Críticas de Spark
Críticas 1,858
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
4
19 de enero de 2024
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Thriller neo-noir basado en la novela del mismo nombre de 1992 (de la serie de novelas de Lawrence Block sobre el ex-policía alcohólico Matthew Scudder, que no ha sido la primera vez que se ha adaptado a la gran pantalla. "Ocho millones maneras de morir" ya trasladó de forma muy libre en 1986 dos de las novelas protagonizadas por este antihéroe). Un policía reconvertido a detective privado (Liam Neeson) investiga las muertes de varias mujeres de narcotraficantes, y así poco a poco va descubriendo a unos psicópatas despiadados que gozan con la tortura, la violación y el asesinato.

En sus más de dos horas de metraje "Caminando entre las tumbas" no se sale en ningún momento de los arquetipos más simples, unidimensionales y trillados en este tipo de cine. El protagonista tan apesadumbrado como infalible, el protegido que le hará tener algo de ternura (algo que se puede tratar en los largos con maestría como en "Gran Torino" (2008) o con dejadez como en "Aves de presa" (2020)), los secundarios torpes (tan inocentones que acaban como los secundarios de cualquier slasher) y los villanos "malos muy malos" y casi inmortales. Unas temáticas que se acercan en su tratamiento argumental más a cualquier cinta reciente de acción de Nicolas Cage que a un neo-noir con perspicacia y avidez como en lo mejor de Clint Eastwood, David Fincher, Ridley Scott o Martin Scorsese. Desde luego no estamos ante "El secreto de sus ojos" (2009), "Mystic River" (2003), "Infiltrados" (2006) o "Zodiac" (2007) en cuanto a nivel de detalles humanos, sentimientos hondos, intrigas recónditas, humor ladino y dramas complejos. "Caminando entre las tumbas" tira más bien por el piloto automático estandarizado y comercial (no puedo decir si esto desmerece a la novela original en la que se basa, pues no he tenido el gusto de leerla aun. Pero si tiene el mismo tratamiento que le da Scott Frank... mal vamos).

Y lo malo no es que el libreto sea rutinario, gris y dejado (que lo es), es que el ritmo parsimonioso que imprime el film no encaja en ese desarrollo argumental tópico y superficial. Digamos que es una cadencia que le sentaría de perlas si su guion fuera el de "Apocalipsis Now" (1979) o "Érase una vez en América" (1984), pero no lo es . A este "Caminando entre las tumbas" le hubiera venido mejor la edición presta en sus escenas de acción y persecuciones que imprime a las películas "sietemachos" de Liam Neeson Jaume Collet-Serra. Pero aquí no está Collet-Serra para alzar la trama con su puesta en escena talentosa y briosa. Y por eso, y aunque "Caminando entre las tumbas" se mueva por los mismos cánones de reconvertir a Liam Neeson en un antihéroe eficaz y letal (todo empezó con la "Venganza" de Pierre Morel allá por 2008, y se ha continuado con "Infierno blanco" (2012), "Venganza: Conexión Estambul" (2012), "Sin identidad" (2011), "V3nganza" (2015), "El mediador" (2022), "Non Stop" (2014), "Ice Road" (2021), "La memoria de un asesino" (2022), "Una noche para sobrevivir" (2015), "El pasajero" (2018), "El protector" (2021)...), no logra la misma evasión nervuda que las mentadas "Venganza", "Sin identidad", "Una noche para sobrevivir", "Non-Stop" o "El pasajero" por culpa de la elección usual y sosegada a la hora de rodarla. Y es que, si no nos vas a contar nada importante o intrigante... al menos cuéntalo con algo de empuje y perspicacia.

Pero no es el caso, "Caminando entre las tumbas" tienta a ser abandonada en su visionado demasiadas veces. Y, a pesar de que cuenta con un misterio criminal que siempre tiene un mínimo de tirón en el espectador (el ávido de que se haga justicia en la pantalla de ficción)... son más los instantes de exhasperacion que de curiosidad e interés en la audiencia media adulta. No es un film horrible, pues cuenta con unos escenarios dignos siempre y primorosos en contadas ocasiones (destacan las escenas nocturnas y la forma de medir con gusto su iluminación), con una cinematografía notable tanto en su grano como en su sonido, y también tenemos unas actuaciones capacitadas (Neeson se sabe este tipo de personaje al dedillo de tanto que lo ha interpretado, y le sale de forma natural. Eso, aunado al carisma que posee frente a la pantalla, es suficiente como para que nos despierte y acerque por momentos al relato con sus sutilezas actorales. Pero los secundarios psicópatas y "colegas" se mueven por el film también con asombrosa naturalidad y garra). La banda sonora por su parte no molesta pero es olvidable a todas luces.

Así pues tenemos una película de género bastante limitada y revista. Que se va salvando por su diseño de producción y sus actuaciones, pero que tiene un desarrollo argumental demasiado usual y resobado... que es llevado a escena por parte Scott Frank con la misma corrección (a ver, no hay ningún fallo de racord o salto de eje) que pereza en todos sus usuales planos. Solo recomendable a los muy muy incondicionales del cine de acción policiaca/criminal del Liam Neeson de los últimos tiempos. Pero no esperen un largo como "Sin identidad" o "Venganza", esperen más bien un "Infierno blanco" o un "V3nganza".

Lo peor: Su realización (no es mala, pero tampoco es lúcida).
Lo mejor: Liam Neeson.
Spark
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
6
18 de enero de 2024
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
En 1939 tuvimos el primer largometraje sonoro (cortos ya hubo dos previos a la cinta de Victor Fleming: uno a imagen real en 1910 y otro animado en 1930. Mientras que largos mudos... tenemos el de 1925) basado en la primera novela infantil de las 14 que L. Frank Baum publicó sobre el mágico mundo de Oz. La cándida adolescente Dorothy (aka. Dorita) se ve atrapada en un tornado que le hace volar hasta el mágico mundo de Oz. Un mundo lleno de personajes unidimensionales (los acompañantes bonachones, la "bruja mala", la "gente pequeña", el "hada madrina" y demás) que por norma general presentan una mentalidad aniñada y bobalicona en el devenir de una aventura tan clásica como efectiva para todo espectador, no ya solo infantil, sino adulto amante de la fantasía audiovisual.

Y es que, a pesar de la simpleza de sus personajes y de que nos lleve por bastantes tópicos durante el devenir argumental, lo cierto es que presenta ciertos detalles simbólicos (el descubrimiento interior de la identidad o las alegorías ensoñadoras que tenemos las personas) que hacen un clic muy especial con el espectador, así como ofrece una cadencia activa en su relato (siempre están sucediendo cosas ya sea con mejor (caso de las metáforas mentadas o de la oda elegante que hace a su fantasía) o peor (cuando sus personajes dicen cosas tremendamente pueriles y mentecatas) fortuna, y eso dinamiza la experiencia cinematográfica). Filamentos lo suficientemente robustos como para realzar un conjunto que además también se eleva por su puesta en escena.

Pues estamos ante una película muy loable (y más teniendo en cuenta el año de su producción) a la hora de confeccionar sus decorados de estupenda imaginación (ojo al contraste entre las escenas de "vida real" y las del "mundo de Oz", y ojo al mimo en la composición de colores que tiene la ciudad de "la gente pequeña" en una época en la que el cine todavía las pasaba canutas a la hora de aplicar el color a las cintas, o a los efectos "especiales" del gran mago de Oz) y su vestuario y maquillaje perspicaces que llevan a escena las ideas de L. Frank Baum con suma vivacidad y singularidad (desde esa malvada bruja memorable en su estilismo pasando por las prótesis tan disimuladas del espantapájaros y el león cobarde (con una cola también muy mimada en sus movimientos)). Todo ello observado por la cámara de Victor Fleming ("Lo que el viento de llevó" (1939), "la isla del tesoro" (1934)) siempre con tino dentro del clasicismo de esta obra, ya que la cinta nos regala muchos planos recurso amplios de grúa con los que disfrutamos de esos variopintos escenarios con árboles parlantes y caminos de colores... sin dejar de lado unos planos medios más cerrados de lo habitual para que gocemos de la caracterización de estos habitantes de fantasía.

A esto se suma que sus intérpretes dan a sus reducidos papeles una simpatía tan natural como cómplice (desde Margaret Hamilton hasta Ray Bolger pasando por Frank Morgan, Billie Burke, Bert Lahr o Jack Haley, la verdad es que se nota que se lo pasan pipa con sus roles y eso se transmite con seducción al espectador) mientras que Judy Garland... aunque no ofrezca una interpretación tan natural y carismática como los secundarios que la acompañan... lo cierto es que tiene una voz asombrosa que nos deleita en el gran tema principal del film que resulta superlativo en su composición ("Over the Rainbow"). Pero no es el único tema musical que se torna memorable, el pegadizo "We're Off to See the Wizard" o incluso el cántico de los guardias de la bruja (Hamilton) o ese "Ding Dong!, The Witch is Dead" son tan irrepetibles como multitud de veces homenajeados en la cultura popular. El resto de canciones, si bien se olvidan nada más escucharlas, son acordes (valga la redundancia) con el tono jovial y ligero de la cinta y son aprovechados por sus actores con astucia (también tenemos en "El mago de Oz" unas coreografías que se llevan a escena por sus actores con gran dignidad aunque ninguno de ellos sea un Fred Astaire de la vida).

Con todo esto "El mago de Oz", y a pesar de (por norma general) reducirse en su desarrollo argumental a lo más básico y zoquete, nos regala suficientes alicientes tanto en su libreto como en su cinematografía, su música, su diseño de producción y sus actuaciones como para tornarse en un buen musical y en el mejor exponente en la pantalla sobre esta novela de L. Frank Baum. No me parece del sobresaliente nivel (con continuas canciones excelsas, actuaciones todas carismáticas y situaciones más multiversadas y espabiladas) de "Chicago" (2002), "Sonrisas y lágrimas" (1965) o "Mary Poppins" (1964), o si nos ponemos a comparar con musicales para toda la familia... "El mago de Oz" no le llega ni a la suela de los zapatos a las cintas animadas "El Rey León"(1994), "Coco" (2017), "La bella y la bestia" (1991), "Aladdin" (1992) o "Blancanieves y los siete enanitos" (1937). Y, aunque no es el desastre de "Cats" (2019), "The Prom" o "Annie" (la mala, la de 2014 no la de 1982). Digamos que se me pone a la decente altura de "La cenicienta" (1950), "Mamma Mia" (2008), "Hércules" (1997), "La sirenita" (1989), "Frozen II" (2019) o "Encanto" (2021). Es una cinta recomendable para el público más peque de la casa y el cinéfilo más aficionado al cine clásico o al género fantástico y/o musical. El resto solo se pierde un par de temas musicales que puede escuchar de forma separada.

Lo mejor: Me quedo con la banda sonora y los personajes de Margaret Hamilton y Bert Lahr tanto en su actuación como en su caracterización.
Lo peor: Voy a decir que Garland sobreactúa en bastantes escenas.
Spark
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
5
16 de enero de 2024
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
En Enero de 2014 nos llegó a las pequeñas pantallas una obra maestra del suspense criminal con "True Detective", una miniserie que en su primera temporada nos exponía un misterio recóndito, envuelto en una atmósfera noventera seductora y con una composición maestra de sus dos personajes principales. Meses después, en Septiembre, nos llegó a las carteleras un largo español de corte parecido (que no parejo en lo que calidad se refiere). Una cinta neo-noir con una pareja de inspectores de la policía que investigan una serie de crímenes sórdidos en un pequeño pueblo de Andalucía. Y es que pueden cambiar los noventa por los ochenta, el pueblo perdido de Louisiana por éste de las marismas del Guadalquivir y tendrán un relato similar con personajes similares... en la superficie.

Porque "La isla mínima" por desgracia sufre de bastantes tics (que en su mayoría resultan de lo más rancios y absurdos hoy en día) del cine español (algo que no tenemos que padecer en la excelente obra de Nic Pizzolatto), un lastre para el film que distancia y hastía al espectador de tanto en cuanto. Los tics a los que me refiero son pinceladas de brocha gorda del guion (más en spoilers) así como una extraña recitación del mismo por parte de su plantel actoral (¡benditos subtítulos de Netflix!, que aquí hacen más falta que en cualquier película de habla inglesa). A eso se suma un sonido mejorable (que no terrible) que tampoco ayuda a la hora de unirse a esas recitaciones susurradas rápidamente (con lo estupendas que suenan las voces de los fallecidos pero eternos Claudio Rodríguez y Pepe Mediavilla en ciertas películas, resulta extraño que el cine patrio aun no haya dado con la tecla en ese aspecto sonoro).

Y es una lástima porque esas taras aploman a un largometraje que cuenta con muchos atributos dignos de mención y deleite. Porque "La isla mínima" se envuelve en una fotografía maravillosa, con una magnífica paleta cromática de ocres en cada escenario vetusto y en cada paisaje de plano amplio. Hay en el film una configuración planos sublime, una elección de los planos/contraplanos cerrados, picados, contrapicados y cenitales de lo más artística e intuitiva, una cinematografía atildada y atractiva, así como un diseño de producción tan elegante y minucioso como acertado y disfrutable (desde el vestuario casual y desvencijado hasta esas cutre discotecas de hará 40 años). El film presume además de mostrar un misterio criminal bien hilado y guardando el suspense o las revelaciones en su medida precisa, así como goza de tener unas actuaciones principales naturales y honestas (que ya es bastante dado los personajes que tienen en suerte Javier Gutiérrez y Raúl Arévalo. Porque los humanos Rust Cohle y Marty Hart, con infinidad de capas y cavilaciones no son precisamente).

Es por todo ello que el film se va equilibrando dando como resultado un pasatiempo tolerable en líneas generales, gracias sobre todo a una percha notable y a un libreto aceptable (que no sobresaliente). Y así "La isla mínima" acaba por encima de la media del cine patrio actual, pero que no me la quieran vender como "El halcón maltés" (1941), "Zodiac" (2007) o un "Mystic River" (2003) español. Pues "La isla mínima" como mucho se me pone a la altura de un "La dalia negra" (2006), un "Ciudad sin ley" (2005) o un "Gangster Squad" (2013). Es recomendable para todo público adulto en general como entretenimiento llevadero en casi todo momento, pero solo indispensable para los muy incondicionales del cine español o para los fans de su director o intérpretes (aunque Gutiérrez ha tenido papeles más elaborados en el libreto, y por consiguiente los ha dotado de grandes aristas. Me refiero a "El autor" (2017), "El olivo" (2016) y por supuesto a "Campeones" (2018)). Desde luego mejor que bodrios manifiestos del neo-noir como "El buen alemán" (2006) o "Atómica" (2017) sí es.

Lo mejor: Su fotografía.
Lo peor:...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Spark
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
4
15 de enero de 2024
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Manuela Burló nos presentó una serie basada en su cortometraje "Pipas" de 2013. En ella dos jóvenes (interpretadas por Marta Martín y Saida Benzal) retoman su amistad perdida en la infancia cuando vuelven a coincidir al vivir en el mismo barrio. Se trata de dos personajes joviales y desenfadados que deambulan (nunca mejor dicho) por la vida con descaro y desgana a partes iguales.

Pero el problema de "Por H o por B" no es su propuesta de dos chonis en "una serie de catastróficas desdichas" que llegan a lo surreal e hilarante, el problema es que esa propuesta no llega a materializarse. Ya que los acontecimientos por los que navegan estos personajes resultan de un sentido del humor desganado y descafeinado, nunca con el riesgo que promete (quien busque unas tramas de enredo voraces con un sentido del humor audaz y decidido en un producto del mismo corte... mejor que se ponga la magnífica "Señoras del (h))AMPA" (2019-21) o las irrepetibles "Aída" (2005-14), "La casa de los líos" (1996-2000) o "Aquí no hay quien viva" (2003-06)). Pues las situaciones que vive este par son más rutinarias que lavarse los dientes (con "gracias" como abrir la puerta en bragas y sin pantalones, mear en un descampado o que un perro la tome con tu pierna. No son cosas "excepcionales" y tronchantes precisamente. Tienen la misma gracia que ponerse el despertador) son cosas que le pasan a todo el mundo mientras las observa con desidia (bueno, tal vez a un niño sí le resulte curioso o sorprendente). Y para rematar estos dos personajes principales suelen reaccionar a esos acontecimientos con la misma desidia dialéctica. ¡Vamos que no tienen la chispa punzante de un personaje de Tarantino!

Y es una pena porque Martín y Benzal sí que le toman el pulso a sus papeles y muestran naturalidad, desenvoltura, complicidad y cercanía con el espectador. Diría que Martín incluso presenta un atrayente carisma con su rol, pero claro si ni ella ni su contraparte tienen material de calidad con el que trabajar (no están en la comedias "The Boys" (2019-), "Mom" (2013-21) o "The Big Bang Theory" (2007-19) precisamente) pues no pueden elevar demasiado la experiencia audiovisual. Aunque casi lo consiguen junto a la puesta en escena tan lograda y singular, que aprovecha los parajes urbanitas de Malasaña y los enriquece con unos coloridos decorados interiores muy bien medidos en sus composiciones, con unos recursos musicales de lo más activos, con una iluminación elegante, una realización dinámica (entre unos hábiles planos/contraplanos y planos recurso, se destacan muchos planos medios con travellings que nos hacen caminar con los personajes) y sobre todo con una labor magnífica de vestuario y maquillaje (ni un solo look extravagante de este entorno cani y hipster tiene desperdicio) nos hacen distraernos por estos avatares aceptables pero en ningún caso desternillantes o jocosos como era la intención (es de esas comedias estupendas para ver con disimulo rodead@ de gente, pues no se va a soltar ninguna carcajada que evidencia que se está viendo algo en la pantalla).

En fin, que quería ser "Paquita Salas" (2016-), "Mr. Bean" (1990-95), "Aquí no hay quien viva" o "Póker de Reinas" (2010-15) y acaba siendo más pareja a "Ella es tu padre" (2017-18), "Hannah Montana" (2006-11), "La que se avecina" (2007-) u "Hotel, dulce Hotel" (2005-08) si de comedias televisivas reguleras se trata. Solo recomendable para el público adolescente que tal vez se ría un poco más con sus situaciones y a los muy muy fans de toda comedia patria por muy mediocre que sea.

Lo mejor: Su vestuario. Sus dos primeros episodios un poco más descarados.
Lo peor: Muchas de sus escenas de rutina que pretenden ser divertidas cuando no lo son.
Spark
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
5
13 de enero de 2024
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
De la mano del danés Nicolai Fuglsig (que debutó en los largos de ficción con esta cinta que nos ocupa, tras llevar sobre sus hombres grandes obras documentales en Dinamarca) nos llegó esta intriga bélica basada (vagamente) en hechos reales. Tras el atentado terrorista a las torres gemelas, el ejército estadounidense opta por contraatacar al régimen talibán de Afganistán que urdió el ataque (ya se ha visto el "triunfo" norteamericano contra los talibanes en Afganistán. Hace unos meses salieron por patas y ya están de nuevo con el régimen talibán por desgracia). Como avanzadilla se escoge a los 12 valientes del título, sin experiencia en combate pero con un gran entrenamiento y determinación deberán situar y señalizar los ataques... así como deberán unirse a las guerrillas locales opositoras de los talibanes.

Vamos a ver, que la película es ensalzadora hasta lo tópico es una obviedad. Que tira de trucos baratos y holgazanes para que el espectador simpatice más con los protagonistas que con los antagonistas o los locales es completamente manifiesto. Y aunque el libreto trate de camuflarlo (valga la redundancia) cualquier espectador con dos neuronas funcionando no va a tragarse tan maña artimaña sin paliativos. Y que esos instantes de arquetipo torticero (los soldados norteamericanos y sus esposas que parecen todos salidos de las revistas de moda, los afganos feos y sucios... malos, cobardes, peseteros y tontos. Mientras que los protagonistas son intachables en todo) distancian a la audiencia sobre todo en las situaciones más flagrantes (el uso del atentado de las torres gemelas como recurso redundante para justificar el valor de los protagonistas. Que sean valerosos es algo que cualquiera puede creer, pero que lo sean solo por ese motivo canta. Tendrán más motivos en la vida para ser parte del ejército).

Y es una pena porque el guion tampoco es horroroso. Es flojo, eso sin duda alguna. Pero lo mismo que erra en ciertos aspectos de configuración de personajes (puro cliché sin desarrollar hacia ningún lado), la verdad es que es un guion que sabe hacer fluir los acontecimientos de emboscadas, ataques, huidas, bombardeos y tiroteos con un un ritmo nervudo y resuelto. Es decir, que se acaba configurando como una película de acción espectacular e inmersiva... sin una trama profunda y honesta. Porque la cinematografía es acomodada para con el espectador, el diseño de producción es tan excelso como notable (los efectos especiales son logradísimos, el sonido es maravilloso, el diseño de escenarios es magnífico en todos los detalles... y lo mismo se puede decir sobre la labor de vestuario y maquillaje), la fotografía es atildada en sus tonalidades ocres de camuflaje, la elección de planos cerrados y dinámicos entre plano recurso y plano recurso es correcta por parte de Fuglsig, y las actuaciones resultan naturales que ya es bastante dentro de los roles que les han tocado en suerte (Michael Shannon, Michael Peña y Navid Negahban exprimen sus roles al máximo que se les permite, mientras que Chris Hemsworth como protagonista le tiene tomada la medida a este tipo de personajes de acción pura y dura (y para muestra basta con revisar "Thor: Ragnarok" (2017), "Tyler Rake" (2020), "Los vengadores" (2012) o "Thor: Love & Thunder" (2022) y se desenvuelve con una carácter innato entre carga de metralleta y cabalgada a lo loco. Y es que aunque no sea un Robert DeNiro precisamente y se sitúe como un intérprete muy limitado (transmitir no transmite nada al espectador), lo cierto es que aporta una solidez precisa a un rol tan esquemático de "máquina de matar").

Así pues tenemos una película que se desarrolla con fluidez pero con superficialidad. Un producto que es espectacular en su puesta en escena y parco a nivel de desarrollo argumental. La disfrutarán más los fans del cine de acción (tipo saga "John Wick" o tipo las cintas más mediocres de la saga de "La jungla de cristal" o de la acción de las últimos tiempos protagonizada en tantos films por Liam Neeson) que los que busquen una cinta bélica de calado y honestidad tipo "La chaqueta metálica" (1987), "Salvar al soldado Ryan" (1998) o "Apocalipsis Now" (1979). Aun así como entretenimiento eficiente es una película recomendable que cumple sin mayores logros. Como película de acción bélica, "12 valientes" se me sitúa a la efectiva pero olvidable altura de "Corazones de acero" (2014), "Invasión a la Tierra" (2011), "Centurión" (2010), "1917" (2019), "La última legión" (2007) o "La legión del Águila" (2011).

Lo mejor: Me quedo con los efectos especiales.
Lo peor: La desidia argumental.
Spark
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow