Tanto la película como el material original se acercan peligrosamente a lo que nos presentaban los Juegos del Hambre (que a su vez se acercaba a otras obras de ficción muy superiores). De hecho es imposible no quitarte la sensación de que esta es una versión del mundo de Katniss con menos dinero invertida en ella (y mira que la primera Juegos del Hambre ya era pobre...).

El problema es que en Divergente la premisa se sostiene mucho menos que su competidora, y es difícil de creer incluso con la mente abierta. Además apenas se nos explica como funciona o como surge. Pero su funcionalidad es clara: ser un alegato en contra de una sociedad que impone roles a los más jóvenes. Es funcional, pero se sostiene con pinzas incluso dentro de la coherencia interna de la trama.

Las interpretaciones son ridículas salvo quizás la de su protagonista y no es que tenga malos actores en ella. Ashley Judd brilla por ejemplo los escasos 10 minutos que tiene.

Por otro lado, en cuestiones técnicas es una película pobre, especialmente a nivel de producción artística, pero puede entenderse también por tener un presupuesto limitado. Quizás como los JDH, mejore con una segunda entrega.

Aun así es una película entretenida y muy superior a otros intentos de sagas adolescentes (vampiros, ejem) y sorprende no ser tan casposa como podría haberlo sido. Eso sí, su target son chicas adolescentes, punto.