Decepcionante nueva película de Pedro Almodóvar, que roza momentos de brillantez cuando viaja al pasado, y aparece una magistral Penélope Cruz. En esa historia pasada hay emoción, hay intriga de novela negra y hay hasta humor, pero cuando la historia vuelve al presente, pierde interés, divaga, tiene momentos y conversaciones inverosímiles y esas emociones desbordadas no llegan a aparecer.

Almodóvar, para mi indudablemente unos de los mejores directores de la historia del cine español, vuelve de nuevo a su imaginería personal, como era de esperar, pero busca, a mi parecer, en Hitchcock (hay planos y tensiones que parecen ya vistas) y en Medem. Pero un punto común entre estos tres directores parece poco probable. Tal vez, si hubiera sido un Almodóvar-Hitchcock habría sido una película para celebrar, pero la emotividad de Medem, de sus personajes más introspectivos, no cuaja en Almodóvar, siempre más excesivo y desbordante. Un punto y aparte merecen los innecesarios maquillajes a Penélope como si fuera Audrey Hepburn.

El trabajo de actores es muy destacable en la historia pasada (con Penélope, Lluís Homar y Jose Luís Gómez) pero se vuelve absoluta estupefacción con la historia narrada en presente (con el mismo Lluís Homar, Blanca Portillo y Tamar Novas), nada parece creíble, nada queda, en medio del drama pasado, nada parece que les afecte interiormente, o al menos no es transmitido. No se ven las emociones que la historia debería poder provocar, uno al final, se queda con la duda de si es más culpa del guión, de los actores o de la dirección, probablemente sea cosa de todos.

En resumen, decepcionante, pero a Almodóvar, después de tantas películas magistrales, se le perdona.

Valoración: 6
Cine: Verdi