Añadir a mi grupo de amigos/usuarios favoritos
Puedes añadirle por nombre de usuario o por email (si él/ella ha accedido a ser encontrado por correo)
También puedes añadir usuarios favoritos desde su perfil o desde sus críticas
Nombre de grupo
Crear nuevo grupo
Crear nuevo grupo
Modificar información del grupo
Aviso
Aviso
Aviso
Aviso
El siguiente(s) usuario(s):
Group actions
You must be a loged user to know your affinity with alex
- Recomendaciones
- Estadísticas
- Sus votaciones a categorías
- Críticas favoritas elegidas por alex
- Contacto
-
Compartir su perfil
Voto de alex:
8

Voto de alex:
8
7.2
114,745
14 de febrero de 2008
14 de febrero de 2008
1 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
A pesar de que la acción se sitúa en 1980, no parece una película "de época". Esto no es un elogio ni una crítica, es una constatación. Dicen que los tiempos cambian cada vez más deprisa, pero lo cierto es que si esta película se hubiera realizado en 1980, representando, a su vez, una época distante en el tiempo 28 años (en 1952) enseguida hubiéramos reparado en la diferencia abismal en los modelos de coches, vestuario, etc. En cambio, desde 1980 hasta nuestros días han transcurrido también 28 años, pero viendo la película, no parece que las cosas hayan cambiado demasiado. Conclusión por lo que a este asunto se refiere: contra lo convencionalmente aceptado, en algunas épocas pretéritas las cosas cambiaban mucho más deprisa que últimamente, por lo menos a nivel estético.
¿Y todo esto a qué viene, os preguntareis? Pues viene a que a lo mejor esta pequeña disquisición filosófica me va a servir para posponer apenas unos segundos la exteriorización de la relativa decepción que para mí ha supuesto esta película. Digo esto porque con los Coen siempre espera uno algo excepcional, como las geniales "Fargo", "Barton Fink", o incluso "El gran Lebowsky". En esta ocasión, sin embargo, a pesar de toda la publicidad y de todo el rimbomborio, les ha fallado un poco el guion. Sobre todo en la confusa y atropellada parte final (¿alguien puede creer que no me enteré de lo que le sucedía al final al cowboy del bigote?). Lo cierto es que los diversos hilos de la narración no acaban de estar bien trenzados del todo y a veces da la sensación de que faltan cosas o que nos las cuentan de manera confusa. Otras veces, en cambio, parece que sobran, como esa larga conversación del policía envejecido con otro tipo que no se sabe muy bien quien es o de donde ha salido. O ese aburrido parlamento final del policía. Cada vez que veo la película me entra una insoportable impaciencia cuando veo esas soporíferas y anticlimaticas escenas y desearía poder cortarlas y eliminarlas del montaje.
En fin, que lo mejor para mí es el personaje de asesino pavoroso y friky encarnado de manera genial por Javier Bardem. El resto, me sabe mal decirlo, se podría haber mejorado tratándose de los Coen. Debo decir, no obstante, que aun así "No es País para Viejos" le da sopas con onda a la mayoría de los aburridos, infantiles, trepidantes, y previsibles productos que suele manufacturar Hollywood para ser consumidos en las multisalas.
Una cosa más: estoy por comprarme la novela para acabar de entender los detalles del final, pero ese estilo tan seco de Cormac Mc Carthy (una especie de caricatura de Hemingway) me acaba resultando algo cargante.
¿Y todo esto a qué viene, os preguntareis? Pues viene a que a lo mejor esta pequeña disquisición filosófica me va a servir para posponer apenas unos segundos la exteriorización de la relativa decepción que para mí ha supuesto esta película. Digo esto porque con los Coen siempre espera uno algo excepcional, como las geniales "Fargo", "Barton Fink", o incluso "El gran Lebowsky". En esta ocasión, sin embargo, a pesar de toda la publicidad y de todo el rimbomborio, les ha fallado un poco el guion. Sobre todo en la confusa y atropellada parte final (¿alguien puede creer que no me enteré de lo que le sucedía al final al cowboy del bigote?). Lo cierto es que los diversos hilos de la narración no acaban de estar bien trenzados del todo y a veces da la sensación de que faltan cosas o que nos las cuentan de manera confusa. Otras veces, en cambio, parece que sobran, como esa larga conversación del policía envejecido con otro tipo que no se sabe muy bien quien es o de donde ha salido. O ese aburrido parlamento final del policía. Cada vez que veo la película me entra una insoportable impaciencia cuando veo esas soporíferas y anticlimaticas escenas y desearía poder cortarlas y eliminarlas del montaje.
En fin, que lo mejor para mí es el personaje de asesino pavoroso y friky encarnado de manera genial por Javier Bardem. El resto, me sabe mal decirlo, se podría haber mejorado tratándose de los Coen. Debo decir, no obstante, que aun así "No es País para Viejos" le da sopas con onda a la mayoría de los aburridos, infantiles, trepidantes, y previsibles productos que suele manufacturar Hollywood para ser consumidos en las multisalas.
Una cosa más: estoy por comprarme la novela para acabar de entender los detalles del final, pero ese estilo tan seco de Cormac Mc Carthy (una especie de caricatura de Hemingway) me acaba resultando algo cargante.