De acuerdo, Friends with Benefits no es el colmo de la originalidad. Tampoco va a aportar un enfoque antropológico definitivo sobre las relaciones de amistad y de amor. No va a cambiar cine, desde luego. Pero Friends with Benefits al menos va a aportar algo al género de la comedia romántica, esto es: conseguir ser natural y realista, sin renunciar completamente al romanticismo, pero sin caer completamente en la zafiedad. Para aclararnos, Friends with Benefits no es como las comedias románticas “de príncipe azul” que protagonizaba Meg Ryan, pero tampoco contiene la repugnante grosería de la mayoría de la carrera de Adam Sandler. Ése es su mayor acierto.

Porque Friends with Benefits consigue lo que muchas comedias no consiguen, que es hablar como la gente de hoy en día, hacer las cosas que hace la gente de hoy en día y relacionarse como lo hace la gente de hoy en día. Es esa naturalidad lo que confiere a la película la frescura que necesita para ser creíble, la frescura que cualquier comedia necesitaría. Su guión y su montaje se convierten en verdaderas armas a favor de la historia y de su tono, algo que es de agradecer.

Y desde luego, el gran acierto de Friends with Benefits es su pareja protagonista. Al igual que es esencial que los efectos especiales funcionen en una película de ciencia ficción; o que las emociones sean verdaderas en un drama; para que una comedia romántica llegue a donde tiene que llegar, su pareja tiene que ser creíble, empastada, con química. Y Mila Kunis y Justin Timberlake, cumplen aquí de manera excepcional. El peso de la película recae al completo en su complicidad y en los matices de su relación, algo que estos dos – buenos pero aún no totalmente aprovechados – intérpretes hacen con indiscutible encanto y carisma.

Son ellos, los excelentes secundarios (Clarkson, Harrelson, Jenkis: son todos grandes actores), las localizaciones (¿Cuántas veces han aparecido Nueva York y Los Ángeles en el cine y cuán espectaculares siguen luciendo?), y ese tono que sabe dar el director a la historia, lo que convierte Friends with Benefits en una comedia que pudiendo haber sido excesiva y rutinaria se convierte en una agradable, divertida y muy entretenida película.