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España España · Madrid, Jaca
Voto de jaly:
9
Fantástico. Aventuras. Drama La cuarta parte de la serie del niño mago comienza con la Copa Internacional de Quidditch. Cuenta también el inicio de la atracción por Cho Chang y otro año de magia, en el que una gran sorpresa obligará a Harry a enfrentarse a muchos desafíos temibles. También habrá un torneo de magia para tres escuelas, y el temido regreso de "Aquel-que-no-debe-ser-nombrado". (FILMAFFINITY)
15 de junio de 2011
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Parece un tópico eso de decir que en cierta película de la saga de Harry Potter, los protagonistas dejan atrás la niñez para vivir la adolescencia, y con ello el tono de las cintas adquiere un tono más abyecto, más oscuro y menos lúdico. Parece un tópico, pero es evidente ese cambio en El Cáliz de Fuego, la más épica de todas las aventuras de Harry Potter hasta esta cuarta entrega y en la que finalmente la línea y el destino de todo este fascinante mundo se define de cara al futuro.

Porque tras el maestro toque que dio Alfonso Cuarón a una tercera entrega que encontraría su tesis en la concepción de la identidad del héroe, Mike Newell se enfrenta en El Cáliz de Fuego a la revelación de sus secretos, y de los oscuros rincones de su destino. No es que los personajes se hagan adolescentes tan sólo porque aparezcan las pulsiones sexuales, sino por que sus aventuras ya no son aventuras, y sus intrigas ya no son sólo casos sin resolver. Lo que ahora está en juego es el futuro y cómo el pasado y las grandes tragedias de su universo influirán en él, y el reparto se adapta a este nuevo tono de manera excepcional

A partir de El Cáliz de Fuego, Harry Potter deja de ser una comedia para convertirse en el drama fantástico de un héroe enfrentado al lado oscuro. En ese sentido, es esta la película en la que las posibilidades épicas de Harry Potter aparecen más potenciadas hasta entonces. Es cierto que Newell es un realizador mucho más impersonal que Cuarón, y que no hace distintiva su seña de identidad en la película, pero por fin Harry Potter apabulla no sólo desde su argumento y su visualidad, sino desde ambas al mismo tiempo.

Porque El Cáliz de Fuego incorpora ya hordas de personajes con identidad propia, secuencias de una espectaculariad insuperable (el prólogo en los mundiales de Quidditch, la llegada de los invitados a el gran concurso, las tres pruebas definitivas de los héroes – en donde resuenan los mitos clásicos -, y por supuesto, el primer enfrentamiento con el mal, cara a cara, personificado en un Ralph Fiennes de ecos Shakespirianos, con el suficiente peso para ser “Aquél del que no hablamos”).

El Cáliz de Fuego tiene pues la merecida importancia y la suficiente grandeza para elevar, ya, a Harry en el panteón de los grandes héroes del celuloide. En esta película queda perfectamente tratado y expuesto el cine como gran espectáculo y perfecto entretenimiento, pero también como nuevo medio para contar las odiseas de un Elegido enfrentado a su destino, un recurso que funciona desde que el ser humano inventó aquello de contar historias.
jaly
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