Eso es exactamente lo que ofrece la película, otra más de justicieros que podría ser equiparable a "The Punisher", a Harry el Sucio y la ya mencionada "Yo soy la justicia". El tema está de sobras trillado, me matan un ser querido, me vuelvo loco y decido tomarme la justicia por mi mano.

La novedad aquí es presentar a una mujer de apariencia frágil y que parezca incapaz de realizar tales actos, pero no nos engañemos porque todo es más de lo mismo, la clásica dicotomía entre el justiciero que limpia las calles y la ineficaz policía que respeta la legalidad pero no consigue resolver nada.

Es muy evidente que la película toma partido claramente a favor de la opción ser juez, jurado y verdugo, lo que pasa es que como el Sr Jordan es buen director le da un toque de clase al film y lo aleja de la zafiedad de los subproductos de justicieros junto a que también está el hecho de que es evidente que ver a, por otra parte guapísima en esta película, Jodie Foster siempre es más agradable que ver un mostacho setentero casposo.

A pesar de todo no se consigue disimular el cierto tufillo fascistoide que destila el film y por ello su resultado es como mínimo discutible. Igualmente la recomiendo porque es un film bien realizado y que cuenta con unas interpretaciones poderosas que garantizan, si uno consigue abstraerse de la posición ideológica, una buena sesión de cine.

Lo mejor: Los discursos poéticos de la Foster en la radio
Lo peor: Que por más que disimulen es más de lo mismo.