Soporto mejor las películas sin pretensiones que me hacen pasar un buen rato que aquellas que crean muchas expectativas y luego se quedan en menos de la mitad que prometían, por lo menos con las primeras no siento que me han engañado. Pero no es éste el caso, puesto que si la peli no tiene pretensiones es porque tenerlas hubiera sido un acto de soberbia ya que se trata de una película tonta sin más. El humor es tonto y el personaje que interpreta Depardieu, memo, tanto que te importa un bledo lo que diga en clave de humor porque no tiene maldita la gracia.

La peli va de dos ladrones (Quentin/Depardieu y Ruby/Reno), con personalidades diametralmente opuestas, forzados a coincidir a su pesar (al menos por la parte que le toca al personaje que interpreta Jean Reno) en una celda. Se supone que la verborrea de Quentin desestabilizará al preso Ruby y hará que termine cantando donde esconde el botín que ha robado. Luego, se escapan.

Jean Reno está bien en su papel, siempre lo está. Aunque comienzo a pensar que es un caso similar al de Morgan Freeman: ambos suelen estar bien porque casi siempre interpretan un personaje con unos registros muy parecidos en sus películas. No recuerdo haber visto nunca a Morgan Freeman interpretando a un tipo tonto y vulgar sino a un hombre callado, reflexivo, y con una gran experiencia sobre lo que se tercie. Y a Jean Reno, tres cuartos de lo mismo, con el añadido de que es más vitalista y dispara y pega más. No es que Depardieu lo haga rematadamente mal en esta peli, pero tampoco es para tirar cohetes. Creo que como actor está algo sobrevalorado.

En definitiva, a mí no me pareció divertida sino una peli facilona y con situaciones pretendidamente chistosas muy poco trabajadas. ¿Se supone que el que Depardieu le explique a Reno que una vez intentó domar a una araña y que no consiguió nada porque la araña no le prestaba atención tiene que hacernos reír? Y ahora que lo pienso, tampoco otras películas de Francis Veber como “El Jaguar”, por ejemplo, me han resultado divertidas.