Una vez más me quito el sombrero ante James Cameron. Su persistente sentido de la innovación le ha llevado, como de costumbre, a dar un paso más que el resto de sus colegas. Des del primer minuto hasta el último, Avatar es un derroche de imaginación, de colorido, un espectáculo cinematográfico en el que hay que dejarse llevar. Es, como algún crítico ha dicho, lo más cerca que estaremos de vivir en un planeta diferente al nuestro. Incluso los títulos de crédito asombran: primero, por que ves que en esta fiesta todo el mundo está invitado, des de Stan Winston hasta Industrial Light and Magic de Lucas, y como no, los estudios Weta Limited de Peter Jackson. Segundo, por que la cantidad de profesionales que han trabajado en este colosal proyecto es tan amplia, que los nombres están puestos en horizontal, y no en vertical como en la mayoría de los créditos finales.
Esta película es, en definitiva, una gozada donde nada sobra y de nada se abusa. El 3D no es ni mucho menos el aspecto diferencial, es simplemente una parte más de un conjunto perfecto. A nivel estético, la catarata incesante de bichos, animales, paisajes naturales, incluso naves espaciales, no dan tregua a la vista. A nivel cinematográfico, que nadie se atreva a poner en duda el sentido rítmico de uno de los mejores directores que tenemos en la actualidad. Y del argumento, muchos dicen que es funcional, simple. Yo digo que es emotivo, actual, con un claro mensaje de respeto a la naturaleza, al propio ser humano y su diversidad cultural y social de tantos y tantos pueblos que convergen en nuestro planeta.
Como siempre, el peor enemigo ha sido la propia prensa especializada, que se ha empeñado en reiterar que habría un abismo visual entre esta película y todo lo que se ha hecho anteriormente, creando unas expectativas sobredimensionadas de lo que es en realidad. Por que el salto es tremendo, pero no significa ni la mitad que supuso, por ejemplo, "2001" de Kubrick.
Sea como fuere "avatar" tiene, en mi modesta opinión, todos los números para convertirse en un clásico actual de la ciencia ficción. Puro cine, puro espectáculo, puro Cameron.