La gran diferencia entre el cómic de superhéroes en el que se basa la película y otros cómics de superhéroes, es que mientras los otros centran su desarrollo en las habilidades poco habituales de sus protagonistas, éste centra sus desarrollo en los problemas e inquietudes personales de ellos. De esa manera, vemos un lado poco habitual en este tipo de obras: el humano. Esta rara cualidad hacía que muchos de los seguidores del cómics ardieran en deseos de ver esta película: la necesidad de mostrar las debilidades humanas de un grupo de personas, nos permitiría de una vez por todas ver grandes actuaciones en una película de superhéroes.

Por desgracia para sus fans, el resultado final distó mucho de esa principal cualidad. Ni las interpretaciones son especialmente llamativas, ni el guión nos permite sentir el agobio por el que pasan los protagonistas. No se reflejado en la cinta el agobio producido por el miedo nuclear. En ese sentido, llama poderosamente la atención el ambiente de indiferencia por el que circulan los protagonistas. Tampoco acompaña un ritmo penósamente logrado.

Por el resto, destacar algunas secuencas como la inicial, lo bien ambientada que está la estética del cómic y que es una película que se deja ver. La pena es que vive de las rentas de un cómic fantástico que habla de temas muy profundos e interesantes.

Respecto a las interpretaciones, todas ellas bastante convencionales.