Serie noruega que quizá cuenta con una factura técnica inferior a las mejores series danesas pero a cambio es más ambiciosa en sus objetivos y pretensiones. En un futuro próximo en el que los tradicionales suministradores de combustibles fósiles frenan su producción, el gobierno noruego declara que dejará de producir petroleo para generar únicamente energía limpia. La UE, aún dependiente energéticamente del crudo, pactará con Rusia una ocupación soft del país a cargo del ejército ruso para obligar al gobierno a reanudar la producción.

No es de extrañar que en Noruega anden algo paranoicos en todo lo referente a Rusia. Aunque comparten una frontera en apariencia inignificante, sus puntos potenciales de fricción son mucho mayores ya que afectan al Ártico, que en Rusia consideran completamente de su jurisdicción. Puede que el punto de partida sea todo un tour de force, pero lo interesante es ver como se va desarrollando la vida capítulo a capítulo en un país presuntamente invadido pero con sus instituciones fundamentales aún funcionando. Instituciones que tratan de seguir siendo independientes pero moviéndose con cautela, sabedores de que no tendrían nada que hacer frente a la arrolladora maquinaria militar rusa. En ese débil equilibrio entre el orgullo herido de una nación y el pragmatismo de los políticos caminando sobre un delgado hielo se debate toda la primera temporada.

La segunda quizá baja un poco el pistón, más que nada porque aunque cambia algunos roles va tratando básicamente de lo mismo. Pero en la tercera temporada vuelve con fuerza, esta vez con toda una trama de espionaje al más alto nivel que entronca directamente con hechos recientes en la política mundial, como la presunta intervención rusa en procesos electorales europeos y americanos. Uno puede llegar a perder el hilo en algunos momentos de lo complejo que se va volviendo todo, pero a poco que se esté atento no tiene por qué ocurrir.

Algunos han tachado la serie de propaganda anti rusa. Bueno, supongo que el retrato que se les hace no es benigno. Pero tampoco el que hacen de la UE, ni siquiera de los USA, por poco protagonismo que tengan. No obstante, como descripción de como puede estar funcionando el mundo, es absolutamente inquietante. Si es por mí, no se la pierdan.