Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Plácido Eldel Motocarro:
7
Comedia Cayetana, su novio Paco y Venancio, su hermano de leche, cometen pequeños hurtos y, de vez en cuando, pasan unos días en la cárcel. Pero un día conocen a Federico, un ladronzuelo que ha viajado por el extranjero y que los convence de que utilizando métodos europeos el éxito está garantizado. Paco decide entonces actuar científicamente para apoderarse del material quirúrgico de un hospital. Tan científico es el plan que, de repente, el ... [+]
23 de agosto de 2022
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Divertida comedia, muy de su tiempo y de su espacio, sin más complicaciones ni pretensiones, pero que me arrancó más de una sonrisa y alguna carcajada. Una cinta que hay que tomársela como lo que es; un puro y mero entretenimiento. Pero que no por ello se pude dejar de apreciar en ella a unos excelentes actores, de una naturalidad casi insultante, aun en los casos en que gesticulan con exageración, como a veces hacen Tony Leblanc o Gómez Bur. Pero quedé admirado, ante todo, con José Bodalo. Me agradó también un incipiente Alfredo Landa y la siempre eficaz Conchita Velasco (creo que aquí aún era Conchita). Pero me cabe resaltar al fabuloso actor, Tomás Blanco, sin olvidarme del eterno damnificado, José Sazatornil, o de la entrañable Rafaela Aparicio. Y cómo un pequeño homenaje a todos aquellos que durante su carrera sólo representaron papeles menores, los mal llamados secundarios, quisiera nombrar a los que aquí aparecen, y perdón de antemano si me dejo alguno: Erasmo Pascual (eterno portero de fincas), Margot Cottens (esa elegante argentina), Xan Das Bolas (el sereno que vino de Pontevedra), Goyo Lebrero (siempre haciendo de paisano y alguna vez de gafe), Josefina Serratosa (vecina, madre y enfermera), José María Tasso (el chaval con demasiado flequillo), Fabián Conde (cómo el hombre nimio), Rafael Hernández (el de "Crónicas de un pueblo) y la bellísima María Luisa San José (más tarde encasillada cómo mujer de la vida). Además de un cameo de Antonio Mingote (humorista gráfico).

Como ya ocurriera en “Los tramposos” (Pedro Lazaga, 1959), se nos muestra algunos de los timos más corrientes que corrían por nuestro país por aquellos años, aunque creo que siempre corrieron, corren y correrán, tanto aquí, como en todas partes, desde que el mundo es mundo y mientras el mundo sea mundo. Pero volviendo al punto y tiempo concreto donde nos hallábamos, cabe recordar estafas cómo las de las antigüedades, “¡Vamos!, yo te hago un arcón rococó del siglo XXVIII en cinco minutos”, “perdigoneadme más ese retablo que le faltan aún un par de siglos”. “Pero eso sí, siempre con la del alba y sin alevosía, que cómo mucho nos caiga una quincena”.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Plácido Eldel Motocarro
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow