Añadir a mi grupo de amigos/usuarios favoritos
Puedes añadirle por nombre de usuario o por email (si él/ella ha accedido a ser encontrado por correo)
También puedes añadir usuarios favoritos desde su perfil o desde sus críticas
Nombre de grupo
Crear nuevo grupo
Crear nuevo grupo
Modificar información del grupo
Aviso
Aviso
Aviso
Aviso
El siguiente(s) usuario(s):
Group actions
You must be a loged user to know your affinity with Shikigami
0
Listas
- Recomendaciones
- Estadísticas
- Sus votaciones a categorías
- Contacto
-
Compartir su perfil
Voto de Shikigami:
5
Voto de Shikigami:
5
6.6
6,622
Documental
"L'Arrivée d'un train à La Ciotat" es sin duda uno de los filmes más famosos de la historia. La imagen de un tren llegando a una estación, pasando muy cerca de la cámara mientras reduce la velocidad, se convirtió rápidamente en una escena absolutamente icónica de esa curiosidad de reciente invención llamada "cinematógrafo". (FILMAFFINITY)
22 de marzo de 2018
22 de marzo de 2018
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay lugares mágicos por su ajetreo. Sólo por la afluencia de público, por la mescolanza de diversos tipos y reacciones humanas.
En la llegada de un tren a la estación vemos ese trajín, esa disparidad, ese caos general pero que para cada individuo supone una tarea cargada de sentido.
Lo mismo que podría ser un puerto, un mercado, una plaza de una ciudad… Hay auténticos profesionales en observar personas y situaciones en la Gran Vía madrileña, por ejemplo. La vida que se refleja ante nuestros ojos en la cotidianidad.
Eso es el cine, auténtico voyerismo lícito para el público, y para la cámara. Nuestra ventanita, real o ficticia a lo que sucede.
El cine más antiguo que existe en el mundo es uno que hay en la ciudad a la que llega este primer tren cinematográfico, La Ciotat (que es una derivación fonética de “La Ciudad” en lengua provenzal). El cine se llama Teatro Eden. En él se proyectaron en 1899 las primeras cintas de los hermanos Lumière. Y ahí siguen, estación y cine separados 300 metros.
En la llegada de un tren a la estación vemos ese trajín, esa disparidad, ese caos general pero que para cada individuo supone una tarea cargada de sentido.
Lo mismo que podría ser un puerto, un mercado, una plaza de una ciudad… Hay auténticos profesionales en observar personas y situaciones en la Gran Vía madrileña, por ejemplo. La vida que se refleja ante nuestros ojos en la cotidianidad.
Eso es el cine, auténtico voyerismo lícito para el público, y para la cámara. Nuestra ventanita, real o ficticia a lo que sucede.
El cine más antiguo que existe en el mundo es uno que hay en la ciudad a la que llega este primer tren cinematográfico, La Ciotat (que es una derivación fonética de “La Ciudad” en lengua provenzal). El cine se llama Teatro Eden. En él se proyectaron en 1899 las primeras cintas de los hermanos Lumière. Y ahí siguen, estación y cine separados 300 metros.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
A pesar de la brevedad de la cinta, hay dos partes narrativas. Una es la propia llegada del tren, en un plano con un encuadre que dota a la escena de una profundidad de campo magnífica. La cámara en el mejor sitio posible.
La otra es el entrecruzamiento de los seres a pie de vagón y a lo largo del andén: los que salen cansados del viaje, y los que suben o cargan sus equipajes, los que esperan y los trabajadores que tratan de poner orden en el caos. La cámara en el mejor sitio posible, no hubo que cambiarla de posición.
La otra es el entrecruzamiento de los seres a pie de vagón y a lo largo del andén: los que salen cansados del viaje, y los que suben o cargan sus equipajes, los que esperan y los trabajadores que tratan de poner orden en el caos. La cámara en el mejor sitio posible, no hubo que cambiarla de posición.