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Voto de Soñador compulsivo:
8
6.7
422
Documental Documental que sigue a una pareja de multimillonarios que viven en una mansión de 8500 metros cuadrados, inspirada en Versalles, construida sobre el éxito de la industria de tiempo compartido. (FILMAFFINITY)
10 de diciembre de 2013
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo que comienza como un sórdido retrato de los excesos, revela pronto la inteligencia de Lauren Greenfield. Su mirada sobrepasa la admiración y denuncia de la opulencia, para conectar con una variable más insólita e inesperada: seres humanos, cálidos, tan avergonzados de su riqueza como absorbidos por las comodidades que saben excesivas. La vida se funde en el absurdo, y como en los grandes documentales, descubrimos, de nuevo, que cualquier ficción es superada por las inmensas texturas de una realidad que parece parodiarse a si misma.

Esta es la historia de un hombre ambicioso y orgulloso de su hipertrofiada capacidad (adicción) para hacer dinero. Es la historia de una mujer florero profundamente imperfecta, humana y extrañamente digna en su indigna forma de vida, una mujer repleta de texturas, que es tanto una caza fortunas, como un ser inteligente, contradictorio y capaz. Es la historia de unas niñeras separadas de sus familias, que viven rodeadas por el circo surrealista de la opulencia, mientras canalizan el amor frustrado de hijos ricos con padres distantes. Es la historia (inmensa y eterna) del hombre que mira a su alrededor y solo ve impostura, que observa su imperio con ojo cansado y percibe a sus hijos como extraños. Es la historia de los anhelos de toda la humanidad, engañada, que sueña con comodidades infinitas, y descubre en la cúspide el absurdo y el hastío. Y por supuesto, la historia de aquellos que gobiernan el mundo, la realidad grosera, vulgar y profundamente humana que se esconde tras la etiqueta de "élite".

La azarosa irrupción de la crisis es idónea, quiebra la débil estructura de toda la farsa, y deja a los personajes al descubierto. Pero la rueda, ha de seguir girando...
Soñador compulsivo
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