Haz click aquí para copiar la URL
España España · Valencia
Voto de Carorpar:
5
Ciencia ficción. Terror Durante un viaje en el espacio rumbo a un remoto planeta al otro lado de la galaxia para colonizarlo, la tripulación de la nave 'Covenant' descubre una señal proveniente de lo que creen puede ser un paraíso inexplorado, y que resulta ser un mundo oscuro y hostil... Secuela de "Prometheus" (2012). (FILMAFFINITY)
16 de julio de 2017
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ridley Scott pretende un retorno a las esencias de la saga originaria tras el fiasco que supuso la paquidérmica “Prometheus” (ídem, 2012). Se ve en el título mismo, donde antepone la palabra mágica “Alien” al nombre de la nave espacial en que viajan los —es de prever que— sufridos protagonistas.
Lástima que la aspiración, sin duda encomiable, a volver por unos fueros que nunca debieron abandonarse no vaya más allá del poco convencido propósito de enmienda con que saldría del paso un niño cogido en falta. Porque, salvo por unos cuantos guiños forzados a los fans de la película fundacional —un par de desganados “facehuggings” y otro, igualmente descafeinado, de cajas torácicas reventadas desde dentro—, “Alien: Covenant” no desiste de su empeño en endosarnos, con calzador y sin vaselina, la grandilocuente trama paralela sobre esa supuestamente fascinante civilización de "ingenieros" que, personalmente, me da una pereza infinita.
El diseño de producción, como siempre, es de un lujo al alcance de muy pocos directores. Lo cual constituye un arma de doble filo, pues lleva a preguntarse qué hubiera hecho con tamaña exuberancia presupuestaria un realizador algo menos acomodado. Neill Blomkamp, por ejemplo; cuyo proyecto para una “Alien 5” con la propia Sigourney Weaver fue —injustamente— descartado en beneficio de la cinta que nos ocupa.
Recapitulando, y siendo constructivos quizá incluso por encima de lo que merece, “Alien: Covenant” no es tan afrentosa, siquiera prescindible como el bodrio elefantiásico de “Prometheus”. Si me apuran, diría que incluso no es una mala película, toda vez que funciona como un reloj suizo en sus tramos más netamente aventureros, y de éstos no anda ayuna en absoluto. Además, consciente, al parecer, de que Michael Fassbender era de lo poco que podía salvarse del naufragio de “Prometheus”, Scott nos lo sirve aquí en doble ración. Su trabajo supone, como siempre, un aguijonazo con que subirle la tensión a la historia
Mención aparte para el momento ducha. Gloriosa transposición, interestelar y con xenomorfo, de la celebérrima escena de Hitchcock. Una gozosísima bizarrada. En fin, pese a todo, reconozcámosle a Ridley Scott que "quien tuvo, retuvo".
Carorpar
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow