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España España · Valencia
Voto de Carorpar:
4
Serie de TV. Drama Serie de TV. Serie política de época que relata el ascenso al poder de la familia Medici y las consecuencias de la transformación económica, cultural y social que iniciaron. Una revolución que desafió el pensamiento tradicional y cambió la historia, pero que también les hizo labrarse numerosos enemigos. La primera temporada se centra en los años de ascenso de Cosimo Medici (Richard Madden), quien se ve obligado a suceder a su padre ... [+]
23 de mayo de 2020
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“Los Medici” es una serie fallida casi desde cualquier prisma que se mire. Da la sensación de haber contado con un presupuesto un tanto corto para el despliegue técnico que demandaba la historia, y que éste encima se hubiera destinado en buena medida a satisfacer los cachés de estrellas internacionales del renombre de Brian Cox, Richard Madden y Dustin Hoffman. A resultas de lo cual, debemos soportar una reiteración escenográfica más propia de una “sitcom” que de una reconstrucción histórica medianamente ambiciosa; las escenas bélicas brillan por su ausencia, tratándose de una geografía y un período pródigos en violencia; y las muchedumbres no lo son en absoluto, sino cuatro (pela) gatos mal contados vociferando consignas monosilábicas con escaso entusiasmo.
A mi juicio, el gran fracaso de “Los Medici” —posiblemente derivado del antedicho desaprovechamiento de recursos— estriba en su incapacidad para recrear la atmósfera de una época tremendamente sugestiva. Mezcla imposible de brutalidad medieval y refinamiento moderno —más si cabe durante el Alto Renacimiento, muy al comienzo del “Quattrocento”, en que se ubica la trama—, no vemos apenas nada de ello. De hecho, hay ocasiones en que la acción parece desarrollarse en el siglo XVII, y no en el tránsito del XIV al XV, tales son los niveles de torpeza que llegan a alcanzar sus responsables. Además, todo es tan aséptico y diáfano como una guardería finlandesa, incluso un brote de peste negra; y sus personajes, guapísimos y siempre recién salidos de la ducha, delineadas las barbas con pulso de neurocirujano, de un esquematismo asombroso. La verdad, si la cáfila real de intrigantes, corruptores y asesinos sin escrúpulos hubiera manifestado la inteligencia que adorna a la representación que de ellos ofrece esta serie, Maquiavelo se habría dedicado a la novela rosa. Pese a ese nombre suyo de actor porno, sólo Lex Shrapnel, en el rol de Rinaldo degli Albizzi, logra transmitir algo del insólito “zeitgeist”, y la de su muerte —no es “spoiler”, a todos nos ha de llegar la hora— es de las pocas escenas bien ejecutadas y capaces de inducirnos una razonable inquietud de entre la copiosa paja con que “Los Medici” rellena sus ocho episodios. Porque ahí radica el enésimo pecado de la serie, en que suceden muchas cosas y, sorprendentemente, casi ninguna reviste el menor interés, prueba irrefutable de la escasa —nula— pericia narrativa de sus guionistas, capaces de tornar insulsos unos hechos a priori muy jugosos.
En fin, “Los Tudor” (“The Tudors”, 2007-2010) se tomaba una sobredosis de licencias y los adefesios retratados en su día por Holbein eran un coro de querubines o el lampiño reparto de un anuncio de desodorante; pero resultaba infinitamente más divertida. Incluso “El tormento y el éxtasis” (“The Agony and the Ecstasy”, 1965) se antoja preferible, aun con las numerosas prevenciones a que invita el colosalismo de cartón-piedra de las superproducciones de entonces y la técnica interpretativa de su héroe por antonomasia, el marmóreo Charlton Heston. Para una aproximación definitivamente veraz a aquel tiempo, recomiendo la desconocida y muy sugerente “El oficio de las armas” (“Il mestiere delle armi”, 2001), una auténtica joyita en cada uno de cuyos pictoricistas fotogramas sí alienta, y con fuerza, el paradójico espíritu del Renacimiento.
Carorpar
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