Haz click aquí para copiar la URL
España España · Valencia
Voto de Carorpar:
6
Thriller. Intriga Minnesota, 1990. El detective Bruce Kenner (Ethan Hawke) investiga el caso de la joven Angela (Emma Watson), que acusa a su padre, John Gray (David Dencik), de haber abusado de ella. Cuando John, de forma inesperada y sin recordar lo sucedido, admite su culpa, el reconocido psicólogo Dr. Raines (David Thewlis) se incorpora al caso para ayudarle a revivir sus recuerdos reprimidos. Lo que descubren desenmascara una siniestra conspiración. (FILMAFFINITY) [+]
12 de octubre de 2015
2 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
De un tiempo a esta parte, concretamente desde el estreno de “Ágora” en 2009 ―no la he visto, pero habida cuenta de la trayectoria de su director, dudo mucho que sea tan prescindible como se dice por ahí―, parece estar de moda poner a caer de un burro al que fuera niño prodigio ―y niño mimado― del cine patrio. Lo cual resulta, por cierto, muy español: endiosar a alguien para a continuación vapulearlo con morbosa fruición.
Hay quien, por lo leído y oído, no le perdona su acceso a las grandes ligas y, en consecuencia, a unos presupuestos un poco más holgados que lo que es de uso por estos miserables predios. Muchos de esos fariseos que se rasgan las vestiduras ante tamaña herejía probablemente contemplen con una descomunal erección el último bodrio elefantiásico firmado por, pongamos por caso, Ridley Scott.
Tal vez no puedan soportar que haya cambiado a Eduardo Noriega, o peor: a Bardem ― ¡¿Cómo se atreve?! ¡Al gulag con él!―, por Ethan Hawke. Yo, en cambio, me alegro. Y mucho. Que me detengan.
A todos ellos no cabe sino recordarles que “Regression” es una cinta típicamente amenabariana, valga el cacofónico neologismo. Ni más ni menos, y en la línea de aquellas mitificadas “Tesis” y “Abre los ojos” con que ahora se llenan la boca en cuñado “tío, tú antes molabas”. O sea, un McGuffin visible a cientos de kilómetros ―en el caso que nos ocupa, una macroconspiración satánica a lo largo y ancho de los Estados Unidos― que da pie a una intriga mucho más a mano (y no es juego de palabras), en la que no importa tanto la historia ―una no del todo maridada amalgama de abusos sexuales y terapia hipnoregresiva― como la sofocante atmósfera que Amenábar es capaz de generar con su imaginería siempre poderosa. El resultado es un thriller muy competente en el que quizá sí se eche en falta una resolución algo más sutil y una mayor profundización en el sugestivo personaje encarnado por Emma Watson.
Recomendable vuelta de tuerca, en cualquier caso, a un género cuyas posibilidades últimas están todavía por explorar.
Carorpar
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow