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España España · Valencia
Voto de Carorpar:
6
Drama Manuela (Itsaso Arana) y Olmo (Francesco Carril) son una antigua pareja que se vuelven a encontrar quince años después. Cuando eran unos adolescentes estuvieron enamorados, pero se separaron. Se trata de una película sobre el tiempo; o sobre la conciencia del tiempo: del tiempo perdido y del recuperado; sobre lo que recordamos de nosotros mismos y lo que no; sobre las palabras, los gestos y los sentimientos a los que seguimos guardando ... [+]
28 de agosto de 2017
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los adolescentes anteriores a la revolución de las comunicaciones escribíamos muchas cartas, románticas —o eso creíamos— la mayoría aunque no exclusivamente. Leídas al cabo de dos décadas o casi, provocan una entrañable mezcla de ternura retrospectiva y de vergüenza, propia o ajena en función de quién fuera el signatario.
De tales mimbres, y en precario equilibrio entre ambos extremos, se hace “La reconquista”. A partir de una premisa de apariencia insignificante —uno de esos manuscritos encontrados en casa de tus padres—, Jonás Trueba desarrolla una delicada historia de amor imposible entre dos treintañeros a la deriva.
El argumento, diríase mínimo, vertebra, sin embargo, un relato salpicado de sensaciones y estados de ánimo perfectamente reconocibles, expuestos además con la naturalidad propia del fluir vital. Así, el recurso a secuencias largas —bastantes de ellas harán rozar el hartazgo al espectador poco acostumbrado a ritmos tan calmos— está en las antípodas de la atropellada estética de videoclip que todo lo contamina.
La sinceridad alcanza también a sus intérpretes, especialmente al elenco femenino —por otra parte, mayoritario en la película—. Porque, si bien Francesco Carril resulta quizá cachazudo en exceso, tanto Itsaso Arana como, pese a su breve papel, Aura Garrido entregan un trabajo sobresaliente. A este respecto, “La reconquista” nos reserva una sorpresa por demás agradable: la irrupción, durante su último tercio, de Candela Recio, prodigio de frescura a quien el sobado término “promesa” le queda muy estrecho.
Desde su personalísimo punto de vista, Jonás Trueba parece querer poner al día la llamada “nueva comedia madrileña” que, hace ya cerca de cuarenta años, su propio padre, Fernando, contribuyera a crear con obras como su “Ópera prima” (ídem, 1980). Loable propósito, y con un resultado ciertamente recomendable.
Carorpar
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